En estado de gracia
Lo primero, felicitar al campe¨®n. El serbio Novak Djokovic ha ganado Wimbledon y ha conseguido el n¨²mero uno mundial muy merecidamente. A una final casi siempre llegan los dos mejores del torneo, y en este caso se cumpli¨® esa regla. Repasando el partido al d¨ªa siguiente, no he podido evitar compararlo con un momento de mi carrera. Este Nole de Wimbledon me ha recordado al Andy Roddick que me gan¨® en la final del Abierto de Estados Unidos de 2003. Aquel era un jugador en su mejor momento, casi en estado de gracia, igual que ahora el serbio. Aquel a?o, Roddick ven¨ªa de ganar los torneos de Canad¨¢ y Cincinnati, y aunque yo hice un gran torneo, eliminando a Lleyton Hewitt y a Andre Agassi, no tuve opciones en la final. Parad¨®jicamente, en aquel caso, el que cogi¨® el n¨²mero uno del mundo, pese a la derrota, fui yo. En este caso ha sido Djokovic. Se le ve en gran forma f¨ªsica, rapid¨ªsimo de piernas y reflejos, adem¨¢s de con una confianza y seriedad en su juego como nunca tuvo. Fue superior a Rafa.
?Qu¨¦ influye ahora en sus duelos? ?Qu¨¦ ha cambiado en sus enfrentamientos? Creo que las finales ganadas por Djokovic a Rafa en los torneos de Madrid y sobre todo de Roma, donde se jug¨® en tierra y a nivel del mar, unas condiciones de juego ideales para el tenis del espa?ol. Esas dos circunstancias han sido determinantes en la confianza de Nole, por mucho que todos sepamos que a cada partido contra Nadal entras sabiendo que vas a tener que dar lo mejor de ti mismo. Pas¨® en Wimbledon. Nadal sac¨® en la primera parte del partido tan bien como Djokovic. El primer servicio, que tantas veces ha sido se?alado como el punto m¨¢s d¨¦bil del mallorqu¨ªn, funcion¨®. Sin embargo, donde consigui¨® muchos menos puntos que Nole fue con el segundo saque. Fue el encuentro de siempre entre ellos, pero con esa diferencia: Nadal, sacando a 200 kil¨®metros por hora, logr¨® casi tantos puntos como Djokovic en el primer saque, pero con el segundo solo se llev¨® un 20 o un 30% de las bolas disputadas. Se qued¨® corto y tal vez en esas segundas opciones sirvi¨® con poca velocidad. Se dio, adem¨¢s, otra circunstancia: Djokovic rest¨® mucho mejor durante toda la final.
El tenis es as¨ª. Sin duda Nadal, como ¨¦l mismo parece haber dicho, esperar¨¢ su oportunidad. Seguramente, el tenis se la dar¨¢. Djokovic, en alg¨²n momento, va a bajar su nivel y Rafa podr¨¢ cambiar el signo del partido en los momentos decisivos. Esta vez no puedo felicitarte por la victoria, pero s¨ª repetirte lo de siempre: Rafa, tienes toda mi admiraci¨®n.
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