Felicidades
De coraz¨®n hay que felicitar a Donostia por su elecci¨®n de capital europea de la cultura para el 2016. Una buena noticia que nos permite sobrevivir en algo que hemos convertido en deporte nacional, aguantarnos en tan poco espacio hasta lo inveros¨ªmil unos vascos a los otros, porque de vez en cuando sale el sol por Antequera con alg¨²n que otro acontecimiento que favorece la esperanza. Adem¨¢s, la Bella Easo, nuestra Disneylandia, como de vez en cuando la calificaba el inolvidable Juan Carlos Eguileor -extra?o y encomiable caso de donostiarra que ejerc¨ªa de bilba¨ªno- se lo merece.
Ello debiera crear toda una din¨¢mica de encuentro positivo y expectativas econ¨®micas dif¨ªciles de destrozar a poco sentido com¨²n que impere. Bildu debiera acabar descubriendo que la unidad es buena y el impulso econ¨®mico tambi¨¦n, aunque, como casi todos hacen, y ellos m¨¢s, lo capitalice la misma Bildu. Todo un pueblo detr¨¢s de una idea es el m¨¢s bello proyecto demag¨®gico que cualquier pol¨ªtico actual desea para s¨ª, de ah¨ª los mosqueos de otros. Y si el entretenimiento se lo tomara con cierta pasi¨®n podr¨ªamos esperar inesperadas conversiones. Cosa dif¨ªcil porque ETA se mantiene, aunque hibernada, viva, lastrando cualquier paso de ese colectivo hacia la asunci¨®n de la democracia y no su mera instrumentalizaci¨®n como ocurre hoy. Craso error no haber esperado la ruptura con ETA para su legalizaci¨®n. De todas formas ah¨ª tienen un gran juguete para justificar ante los que lo tenga que justificar que hay que hacer pol¨ªtica y dejarse de muertos. De momento, creo que siguen pensando que han llegado aqu¨ª por haberlo hecho sin ruptura, no como los de Aralar, que les ha ido tan mal, y eso deteriora las esperanzas de normalizaci¨®n democr¨¢tica.
El "gordo" de la capitalidad cultural en estas circunstancias me recuerda a lo que pas¨® con los Juegos Ol¨ªmpicos de Berl¨ªn de 1936. No fue Hitler el que las solicit¨®, estaban concedidas en 1931, dos a?os antes de que los nazis en minor¨ªa llegaran al poder por la incompetencia y exceso de confianza del resto de los partidos, que prefirieron el radicalismo nacionalista a la b¨²squeda del encuentro democr¨¢tico que lo evitara. Evidentemente, Hitler intent¨® capitalizarlo, la represi¨®n antijud¨ªa y anticomunista pareci¨® suavizarse, los escaparates no estaban rotos, pues los que los romp¨ªan estaban en el poder, y los adinerados turistas americanos y brit¨¢nicos volvieron de all¨ª encantados con el orden y la limpieza que hab¨ªan visto. El problema para Hitler fue Jesse Owens, el atleta de color que ech¨® abajo la superioridad de la raza aria ganando cuatro medallas, y el problema de Bildu es c¨®mo va a explicar al mundo el conflicto y la opresi¨®n del pueblo vasco gestionando ellos la capitalidad europea, salvo que se den cuentan y ETA sazone la realidad.
De momento, su objetivo es aprovechar este mandato para la negociaci¨®n y la autodeterminaci¨®n, por lo que no perder¨¢n mucho tiempo en la capitalidad de una cultura extranjera, m¨¢s bien lo contrario, ofrecer¨¢n la capitalidad de una naci¨®n oprimida. No es, pues, para felicitarse tanto, pero la oportunidad existe.
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