Una joya en Sant Andreu
Miquel Casablancas fue uno de los fundadores del Moviment Socialista de Catalunya, creado en el exilio y en el interior, en 1945, por gentes que no dudaban de su identidad pol¨ªtica y ten¨ªan, en cambio, muy presentes las duras lecciones de su divisi¨®n y de la derrota de la Guerra Civil. Reun¨ªa a hombres del POUM, de ERC, de la CNT y a socialistas disconformes con el comunismo estalinista adoptado por el PSUC. El obrero Casablancas muri¨® hace 30 a?os, pero no tiene a¨²n p¨¢gina propia en esa Wikipedia que ha logrado que sus vac¨ªos tambi¨¦n sean fuente de informaci¨®n. La que s¨ª recuerda al obrero Casablancas es una joya cultural del distrito barcelon¨¦s de Sant Andreu, el premio de artes pl¨¢sticas que desde hace 30 a?os lleva su nombre.
El premio Miquel Casablancas cumple 30 a?os recordando a un obrero y coleccionando arte contempor¨¢neo
El Casablancas sale barat¨ªsimo, a mucha distancia de esa cifra m¨¢gica que la semana pasada salt¨® a los titulares y es la misma que ha costado limpiar la plaza de Catalunya tras la acampada y la que el Gobierno espa?ol se ha gastado (dos veces) en cambiar las se?ales de los l¨ªmites de velocidad. Por much¨ªsimo menos, el premio Casablancas hace su trabajo a?o tras a?o y re¨²ne una colecci¨®n p¨²blica de arte contempor¨¢neo. Cuando Casablancas muri¨® en 1981, a?o significativo en tantas cosas, empez¨® su recorrido. Otro obrero y l¨ªder hist¨®rico del PSC barcelon¨¦s, Josep Moratalla, regidor entonces del distrito, logr¨® despu¨¦s que el premio, destinado a pintores aficionados, pasara al distrito. Este hombre cuyo rostro es en s¨ª mismo un mapa de la historia del siglo XX, preside cada a?o la ceremonia de proclamaci¨®n. Es un premio destinado nada m¨¢s y nada menos que al arte contempor¨¢neo, esas pr¨¢cticas art¨ªsticas radicalmente relacionadas con los indicios de la verdad que, a menudo, son acusadas de incomprensibles. La verdad, en arte como en todo, es dura de pelar. Pero solo a los artistas, curiosamente, se les exige adem¨¢s que la expongan con sencillez. Josep Moratalla, con su cara de p¨®quer hist¨®rico que ha visto de todo, parece dispuesto a seguir d¨¢ndola por la verdad del arte.
Me fij¨¦ en ¨¦l largo rato en la entrega de los premios este a?o, que han reca¨ªdo en Gabriel Steegmann y Tamara Kuselmann, un brasile?o y una argentina afincados en Barcelona. Est¨¢bamos en los extraordinarios espacios de la antigua Fabra & Coats, que han de ser destinados a talleres de creaci¨®n. Josep Moratalla no dud¨® ni un momento en proclamar la necesidad del premio Miquel Casablancas, por el recuerdo de su amigo y por lo que el concurso ha generado en el ¨¢mbito del arte contempor¨¢neo espa?ol. Los dos poetas de Ediciones Vinoamargo iban diciendo sus versos y el se?or Moratalla asent¨ªa. En la sala de al lado, se mostraban, solo aquel d¨ªa, los proyectos finalistas de los m¨¢s de 300 presentados. Alrededor del viejo socialista, la escena art¨ªstica barcelonesa joven tambi¨¦n asent¨ªa. Algo raro de ver, el pasado y el presente unidos en una cierta verdad.
Ante el presente cambio de ciclo pol¨ªtico, tal vez no sea ocioso se?alar lo que funciona. Esto de Sant Andreu es importante. De sus muchas fases, las m¨¢s sensibles son las recientes. En 2000, el artista Francesc Ruiz y la gestora cultural Esther Doblas refundaron una convocatoria que hab¨ªa quedado rancia y la centraron en el arte joven. Manuel Borja-Vilell, entonces director del Macba, que casi nunca sale para ir a inauguraciones, se desplaz¨® a Sant Andreu en 2003 y una de las obras ganadoras, Acciones en casa, de David Bestu¨¦ y Marc Vives, est¨¢ hoy en la colecci¨®n del Reina Sof¨ªa. Tambi¨¦n aquel a?o se puso en marcha el programa Pinotxo, por el que unos pisos vac¨ªos del distrito fueron destinados a residencia de artistas y gracias al cual, en 2010, por solo 7.000 euros, se han producido tres proyectos. As¨ª, el premio Miquel Casablancas es hoy una iniciativa imprescindible para descubrir nuevos talentos.
En 2008 se hicieron cargo del premio David Armengol, Amanda Cuesta y Jordi Pino, que han logrado dar m¨¢s visibilidad a¨²n al concurso y a su cada vez mayor envergadura entre los j¨®venes artistas, al presentar a los ganadores de cada a?o con una fiesta, austera y eficaz, en los locales de la antigua Fabra & Coats.
Hay que confiar en que el nuevo equipo del Icub se d¨¦ cuenta de que la ciudad tiene en Sant Andreu una joya que no debe desatender, sino, al contrario, potenciar. El premio Miquel Casablancas pide ya mirar hacia fuera y establecer redes internacionales, ahora que ha logrado hacerse un lugar indiscutido aqu¨ª.
Merc¨¨ Ibarz es escritora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.