Hait¨ª pide una oportunidad
El nuevo presidente del pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica busca ayuda en Espa?a para superar la miseria - "No s¨¦ d¨®nde est¨¢n los millones donados tras el terremoto"
El hombre de traje gris que se reuni¨® el jueves por la ma?ana con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y por la tarde con Mariano Rajoy es la nueva cara de Hait¨ª. Pero la imagen que transmite ahora tiene poco que ver con la de hace solo tres meses. Ese hombre rapado, de 50 a?os, casado tras un divorcio y padre de cuatro hijos, que bromeaba el viernes en el Santiago Bernab¨¦u con Florentino P¨¦rez, se entrevistaba despu¨¦s con el rey Juan Carlos, almorzaba con 35 empresarios y atend¨ªa a decenas de periodistas, no parece ser el mismo cantante al que puede verse en Internet baj¨¢ndose los pantalones sobre un escenario, o bailar con minifalda y pendiente, con una especie de sujetador, humedeci¨¦ndose los dedos con la lengua y acarici¨¢ndose los pezones.
Como cantante se hac¨ªa llamar 'Sweet Micky'. Ahora solo Michel Martelly
"La presencia de Duvalier no me molesta", admite el nuevo jefe de Estado
Al mandatario le han ense?ado nociones b¨¢sicas sobre el Estado
Su director de campa?a y de imagen est¨¢ vinculado al PP
Hasta hace pocos meses lo conoc¨ªan como Sweet Micky (Dulce Micky). Era cuando dec¨ªa que los seguidores del expresidente Jean-Bertrand Ar¨ªstide ol¨ªan a mierda. Desde el 14 de mayo, como presidente de Hait¨ª se hace llamar Michel Joseph Martelly y estrena un mensaje conciliador. Pero en su pa¨ªs hay quien insiste en recordar que Martelly no era simplemente un cantante, sino un claro simpatizante de los dictadores Duvalier.
Martelly estudi¨® hasta el Bachillerato, intent¨® sin ¨¦xito estudiar varias carreras y fue expulsado del Ej¨¦rcito de Hait¨ª por dejar embarazada a la hija de un general, aprendi¨® a tocar de o¨ªdo los teclados y se convirti¨® en el rey del kompa en su pa¨ªs.
-El kompa es una especie de merengue -explica-, una m¨²sica que se baila, pero m¨¢s lenta. Es menos comercial que el merengue y ese es el problema de Hait¨ª, que no sabemos promocionarnos.
Hace apenas medio a?o Martelly apenas sab¨ªa c¨®mo funcionaba un Gobierno. De pronto, apareci¨® a su lado Antonio Sola, experto en elecciones vinculado al PP y a Rajoy desde hace varios a?os.
"La organizaci¨®n del Estado Martelly no la ten¨ªa en la cabeza", reconoce Sola, "pero a cambio ten¨ªa un gran dominio de la escena. Cuando nosotros empezamos a trabajar con ¨¦l en octubre ¨¦l era el s¨¦ptimo candidato en las encuestas. Me volqu¨¦ personalmente en la campa?a, pas¨¦ cuatro meses en Hait¨ª; el entonces presidente Ren¨¦ Pr¨¦val intent¨® expulsarme y gracias a la Embajada de Espa?a, que intercedi¨® por m¨ª, me qued¨¦. Y Martelly gan¨® con casi el 68% de los votos".
El punto amargo de aquella victoria es que la participaci¨®n no lleg¨® ni al 30%. Y en eso tuvo mucho que ver el hecho de que Lavalas, el partido de los partidarios de Aristide estaba excluido de las elecciones.
En Hait¨ª hay quien acusa a Martelly de haber formado parte de los tonton macoutes, los temibles escuadrones de la muerte de los dictadores Fran?ois Duvalier, Pap¨¢ Doc (1957-1971) y su hijo Jean Claude, Baby Doc (1971-1986). Tambi¨¦n le acusan de haberse codeado con los altos mandos del Ej¨¦rcito y de los tontons cuando regentaba el club nocturno Le Garage.
Pero Martelly parece haberse aprendido muy bien las lecciones de Sola. Habla de unidad y de mirar al futuro. Y siempre responde lo mismo cuando se le pregunta sobre la posible vuelta al pa¨ªs del exiliado Baby Doc, acusado de varios cr¨ªmenes:
-Esos son problemas con la justicia. Y yo no voy a interferir. La Constituci¨®n haitiana no prev¨¦ el exilio -coment¨® durante una entrevista en la cadena SER-. Por tanto, dictador o no, Duvalier es por encima de todo haitiano. Si ha tenido problemas en el pasado por su forma de gobernar, eso son problemas con la justicia. La presencia de Duvalier no me molesta en absoluto.
Martelly asegura que las mismas palabras que emplea para Duvalier son v¨¢lidas para Ar¨ªstide. La diferencia, sin embargo, entre uno y otro, es que Duvalier hered¨® el poder de su padre golpista, y Aristide gan¨® dos elecciones de forma leg¨ªtima y fue destituido mediante un golpe.
Sobre la corrupci¨®n promete que habr¨¢ un antes y un despu¨¦s a partir de ahora:
-En todos los pa¨ªses hay corrupci¨®n, aunque en Hait¨ª es casi una cultura, casi legal. Pero nosotros vamos a actuar con plena transparencia. Habr¨¢ una p¨¢gina web donde denunciar de forma an¨®nima las corrupciones.
Sobre los 4.000 millones de d¨®lares donados por la comunidad internacional tras el terremoto del 12 de enero:
-No s¨¦ d¨®nde est¨¢n. Cuando preguntamos nos dicen que han sido destinados a salvar a la gente, a enterrar muertos, a curar heridos, a quitar el hambre... Son cosas que no se pueden ver y dif¨ªciles de cuantificar. No es como un edificio o una carretera. S¨¦ que han sido 4.000 millones en apenas siete meses. Pero tampoco podemos acusar a nadie. Lo que s¨ª podemos decir es que ahora cada c¨¦ntimo que se d¨¦ va a ser invertido correctamente.
Y cuando se le pregunta a Antonio Sola con qu¨¦ dinero pag¨® Martelly a una agencia tan prestigiosa como la suya, responde:
-Nosotros donamos en Hait¨ª gran parte de nuestro trabajo. Cubrimos los costes y un poco de m¨¢rgenes de beneficio, claro.
Si se pregunta qui¨¦n financi¨® la campa?a, Sola a?ade:
-Unos ¨¢ngeles... unos ¨¢ngeles que creyeron en Martelly, como cre¨ªmos nosotros. Porque est¨¢ limpio, tiene valores y nos gusta creer que es posible construir un mundo mejor.
Sola le dijo a Martelly que Espa?a ten¨ªa que ser el primer pa¨ªs que visitara de Europa. Y Martelly ha recordado que Espa?a es el tercer pa¨ªs donante, tras Estados Unidos y Canad¨¢. Y ha intentado transmitir la idea de que Hait¨ª es una tierra de oportunidades:
-Es cierto que en Hait¨ª hay basuras amontonadas, escombros en las casas. Pero es un pa¨ªs riqu¨ªsimo. Tenemos unas playas estupendas. Se puede crear un gran centro tur¨ªstico. Ustedes me pueden decir es que no hay energ¨ªa. Y es verdad. Pero eso, en vez de ser un problema es una oportunidad. Se puede crear un gran barrio que se llame Espa?a. Y despu¨¦s vendr¨¢n los franceses y querr¨¢n construir otro que se llame Francia, y despu¨¦s Estados Unidos. Y Espa?a ser¨¢ la due?a de la energ¨ªa.
?Pero c¨®mo promocionar el turismo en un pa¨ªs donde apenas hay taxis? Tras el terremoto, decenas de periodistas se mov¨ªan en moto taxis o en veh¨ªculos privados alquilados para la ocasi¨®n.
-Por supuesto que hay taxis en Hait¨ª. Y tap-tap (autobuses). Tal vez usted tuvo mala suerte alg¨²n d¨ªa.
Entre las muchas entrevistas period¨ªsticas, Antonio Sola abri¨® un hueco en la agenda del presidente para que los directivos de la empresa Indra hablasen con ¨¦l. Y Martelly parec¨ªa contento. Logra transmitir la energ¨ªa de quien parece creerse lo que dice, aunque lo que dice no siempre sea f¨¢cil de creer.
El nuevo presidente regres¨® a su pa¨ªs convencido de que Espa?a, una vez m¨¢s, estar¨¢ a la cabeza en las ayudas a Hait¨ª. Pero una vez en su pa¨ªs, se enfrentar¨¢ a enormes problemas. Uno de ellos es que el Parlamento est¨¢ conformado por una mayor¨ªa af¨ªn al expresidente Ren¨¦ Preval. Y otro gran problema es que no se pueden construir casas para los cientos de miles de desalojados por el terremoto, porque no existe un registro de propiedad indiscutible del suelo.
Le espera por delante una gran tarea. "Tenemos al Parlamento en contra, pero al pueblo a favor", dice Antonio Sola. En realidad es solo una parte de ese 30% del pueblo que decidi¨® votar en marzo. Pero, al menos, Martelly tiene de su parte a las grandes siglas de la comunidad internacional: la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), la Uni¨®n Europea y EE UU. Eso es mucho m¨¢s de lo que el cantante pod¨ªa so?ar hace solo seis meses.
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