El triunfo de la 'torifactor¨ªa'
Seis bombones, seis se lidiaron ayer en la Monumental tres artistas, tres, que cortaron nueve orejas, nueve. Seis toros de esos que desear¨ªa cualquier madre de torero que lidiaran sus hijos cada tarde. Ni un mal derrote, ni un feo, sosotes, s¨ª; escasos de fuerzas, s¨ª, pero buena gente. Entre garcigrandes y hern¨¢ndez, a falta de cuvillos, van a conseguir con sus gen¨¦ticas, ADN y c¨¦lulas madre, los toros padre. El toro que no necesita ser picado, directo a la muleta, con lo que se har¨¢ felices a toreros, a muchos aficionados y a parte de los visionarios (esos que liberan granjas de visones). Los toros de ayer eran bomboncitos y La Monumental bombocilandia, regalando orejas.
Va a cumplir 30 a?os, y ha matado cerca de 3.000 toros y cortado m¨¢s de 1.300 orejas. Al valor de El Juli se le a?ade hoy sabidur¨ªa, consistencia, empaque. Y todo eso lo hace un torero de garant¨ªas.
En el primero, de nombre Cascar¨®n confi¨® en ¨¦l desde que acudi¨® bravo al caballo para recirbir la puya y media de rigor. Y con la muleta le tore¨® profundo desde el primer pase de castigo hasta los pases de pecho a c¨¢mara lenta. Con la derecha y con la izquierda, arrastr¨® la muleta y ah¨ª fue siempre el negro Cascaron leal, fiel y bravo. Se regode¨® en la faena, porque ni le hizo un derrote ni un paso en falso. Le mir¨® al presidente, pero este le dijo que a matar, nada de indultos. Mat¨® bien y a¨²n muri¨® mejor Cascar¨®n. En su segundo, repiti¨® ganas y porf¨ªa, y alegr¨ªa. El toro no era el mismo -rampl¨®n, manso-, pero daba igual. Con El Juli a los toros solo le quedan dos alternativas, embestir o embestir. Y as¨ª logr¨® una oreja.
A Castella le toc¨® Dardo, un casta?o claro, flojo de carnes, como si siguiera la dieta Dunkan, aunque de buena cornamenta. Acudi¨® al caballo a por dos picotazos, porque Castella vio que ah¨ª ten¨ªa otro bomb¨®n. Le acud¨ªa de lejos a los caballos, a las banderillas, a la muleta, donde Castella comenz¨® con unas manoletinas en el tercio y sigui¨® con profundos redondos. Si Cascar¨®n era un chollo, Dardo era un bomb¨®n. Se arrancaba desde 20 metros. Con puyazos o sin ellos, hoy en d¨ªa muy dif¨ªcil de ver. El culmen de su faena fueron unos naturales profundos, lentos, desmayados en el centro del redondel, sin moverse. En el quinto de la tarde repiti¨® sitio y el p¨²blico le lleg¨® calentito a la muleta gracias al gran par que coloc¨® su reiletero Javier Ambel. El toro le lleg¨® divino a la muleta y ¨¦l lo aprovech¨® con torer¨ªa y calidad. A diferencia de El Juli, Castella dio m¨¢s aire a sus toros, quiz¨¢s para que recuperaran fuerzas, pero el resultado es que se amodorraba y el p¨²blico se le enfri¨®, no lo suficiente para retirarle las orejas.
Manzanares puso arte y cari?o a su primero, pero se excedi¨® su picador un poquito, lo suficiente para que el manso se quedara sin fuerzas y le desluci¨® la faena. En el que cerraba plaza, Manzanares se las vio con Exiliado, que sali¨® al ruedo mientras el p¨²blico gritaba "libertad libertad". El toro, un colorado, de ojos tristes, cojo total volvi¨® a corrales, y le sacaron otro colorao pero con 40 kilos m¨¢s. Lancha se encel¨® con el picador dos veces y porque no le dejaron m¨¢s, pero luego se qued¨® en la muleta, irregular, sin que el torero de Alicante luciera su ¨¢ngel en una tanda completa. Pero daba igual, tras 45 segundos esperando a que el toro acudiera a su encuentro, dio la estocada de la noche. Lo mejor de su faena fue la suerte final.
Si no se llevaron m¨¢s orejas fue, casi, porque no hab¨ªa, nueve de 12 no porque los toros fallaran. Ni un disgusto les dieron, ni medio susto. Son los toros con garant¨ªa asegurada, como los melones o las sand¨ªas sin pepitas. Esto es la torofactor¨ªa.
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