Indignaci¨®n
Escribo esto no indignado, sino indignad¨ªsimo con lo que he visto en la etapa de hoy. Me refiero por supuesto al incidente del coche que ha arrollado a Flecha y a Hoogerland cuando formaban parte de la escapada. A¨²n me parece incre¨ªble que algo as¨ª haya pasado, y espero que se tomen medidas urgentes para que esto no vuelva a pasar. Mientras escribo estas l¨ªneas se est¨¢ celebrando una reuni¨®n de urgencia para clarificar este incidente, as¨ª que a¨²n no se nada, pero espero que se tomen medidas dr¨¢sticas contra el individuo que guiaba ese veh¨ªculo.
Al parecer, el culpable ha sido un coche de invitados de la televisi¨®n francesa. Se dispon¨ªa a sobrepasar a la escapada en una carretera estrecha a 36 kil¨®metros de la llegada. Cuando lo hac¨ªa, en un momento en el que los corredores atravesaban un tramo en ligera bajada y llevar¨ªan una velocidad cercana a los 60 km/h, el conductor -que ha querido hacerlo r¨¢pido y en mal momento- ha visto que le pod¨ªa pegar a un ¨¢rbol de la cuneta, y ni corto ni perezoso ha pegado un volantazo hacia su derecha. ?Ni siquiera ha tocado el freno! El golpe que ha cogido Flecha contra el asfalto y el de Hoogerland contra una alambrada de espino ha sido impresionante. Por fortuna, ambos han sido capaces de terminar la etapa y no hay noticia de que haya da?os mayores, pero la cosa ha podido ser mucho peor. Por cierto, del coche, tras el incidente, no hemos vuelto a saber nada.
Si yo fuese Flecha o Johnny, me plantear¨ªa seriamente acudir a una comisar¨ªa para denunciar este incidente
Vamos a ver, a m¨ª esto me parece inadmisible. Estamos en una carrera ciclista, en la mejor carrera ciclista por etapas adem¨¢s, y la prioridad tiene que ser siempre el ciclista. En la caravana, adem¨¢s de ciclistas circulan muchos veh¨ªculos, y todos corremos el riesgo de sufrir un accidente. Pero lo de ayer no ha sido un accidente, sino una temeridad. Como ciclista profesional asumes que las ca¨ªdas son parte de tu profesi¨®n. Sin ir m¨¢s lejos, yo tuve que dejar el ciclismo profesional por las secuelas de una ca¨ªda. Pues as¨ª es; nunca crees que te puede tocar a ti, pero si te toca, tienes que admitir que sab¨ªas que el riesgo estaba ah¨ª y que lo asum¨ªas como parte del juego.
Pero lo de ayer no. Que t¨² formes parte de una escapada, est¨¦s tranquilamente pasando al relevo, y que venga un coche de la caravana y te arrolle de esa manera es totalmente inadmisible. Desgraciadamente es un riesgo que los ciclistas tenemos que asumir en los entrenamientos a tr¨¢fico abierto, pero nunca en competici¨®n. Adem¨¢s, es que normalmente cuando caes tu cuerpo por instinto se prepara para la ca¨ªda; pero en un caso as¨ª no, pues el golpe fue totalmente lateral contra Flecha y no tuvo ning¨²n tiempo para reaccionar. Y el pobre Johnny, sali¨® precipitado contra una valla de espinos y a¨²n se me ponen la piel de gallina recordando la violencia del impacto.
Lo siento en el alma por Flecha y por Johnny. Lo deportivo es lo que menos importancia tiene, la oportunidad perdida despu¨¦s del trabajo que hab¨ªan realizado durante la etapa. Qu¨¦ importa ahora la etapa. ?nimo Flecha, estoy contigo, y ¨¢nimo Johnny, me he emocionado viendo como recib¨ªas el maillot de la monta?a y el premio a la combatividad sin poder reprimir las l¨¢grimas.
Ahora mismo recibo un comunicado oficial del jurado que dice que despu¨¦s del accidente entre el dorsal 112 y 204, y el veh¨ªculo n¨²mero 800, la direcci¨®n de la prueba y el jurado excluyen a este veh¨ªculo de la carrera. Me parece una broma de mal gusto. No ha sido un accidente, sino un atropello en el que los ciclistas no han tenido nada que ver, simples v¨ªctimas. Y el problema no es el veh¨ªculo, sino su responsable, esto es, el conductor. Si yo fuese Flecha o Johnny, despu¨¦s de leer este comunicado me plantear¨ªa seriamente acudir a una comisar¨ªa para denunciar este incidente.
Y de la actitud de los compa?eros de fuga, de Voeckler concretamente, ya no tengo espacio para hablar. Solo dir¨¦ que con su primera reacci¨®n ha demostrado su calidad moral. Vale que ¨¦l no ha tenido nada que ver -incluso casi cae ¨¦l tambi¨¦n- y que era el mayor beneficiado de la fuga pues se vest¨ªa de amarillo. Pero s¨®lo por educaci¨®n, le correspond¨ªa perder unos segundos valorando la situaci¨®n de sus dos compa?eros ca¨ªdos, y luego que hubiese hecho lo que mejor le pareciese. Pero su individualismo ha podido con todo y ha evaluado la situaci¨®n en mil¨¦simas de segundos: hacia delante, ya lo siento pero como a m¨ª no me ha tocado...
Y lo siento mucho tambi¨¦n por Luisle, por no poder dedicarle estas l¨ªneas por su fenomenal victoria. Lo siento porque me alegro tanto por ¨¦l como por toda la gente de Rabobank, que es el equipo en el que dej¨¦ muchos amigos. Pero lo de Flecha y Johnny ha sido un esc¨¢ndalo, y a¨²n se me hace mala sangre record¨¢ndolo.
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