Traficante y cocinero de la polic¨ªa
Maximino Losada, excomisario de Lugo, reconoci¨® ante la juez del 'caso Carioca' la vinculaci¨®n de un encarcelado por comercio de armas con el club de pesca del cuerpo
La parte conocida de la historia comienza hace dos a?os, durante un golpe contra el narcotr¨¢fico en las R¨ªas Baixas. Entonces, la Guardia Civil empez¨® a tirar del hilo de otra red, estrechamente vinculada con la primera, de tr¨¢fico de armas. Un a?o m¨¢s tarde, en 2010, sali¨® a la luz una operaci¨®n bautizada con el mismo nombre que la m¨ªtica pistola de James Bond, PPK. Agentes de los equipos de Crimen Organizado y Delincuencia Organizada del Instituto Armado dieron el alto a un coche en una carretera de Meis, en la comarca de O Saln¨¦s. Los dos ocupantes eran vecinos de Lugo. En la parte delantera del veh¨ªculo llevaban envuelto en un jersey un Kalashnikov, y en el maletero, otro fusil de asalto de los que usa el ej¨¦rcito suizo.
Custodiando las armas, supuestamente listas para ser entregadas a unos narcos, viajaba el que inmediatamente fue considerado cabecilla de la banda, Jos¨¦ Rodr¨ªguez Corral, alias Pargui?as o Pardi?as, seg¨²n qui¨¦n lo pronuncie, encarcelado en Bonxe por la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Lugo, Pilar de Lara. Esta es la misma magistrada que dirige la Operaci¨®n Carioca, el dilatado caso de los prost¨ªbulos de Lugo que implica a varios proxenetas y numerosos agentes de todos los cuerpos en la ciudad.
Hace algo m¨¢s de dos semanas, en un interrogatorio que dur¨® unas cinco horas, esta juez le pregunt¨® a Maximino Losada, comisario de Lugo reci¨¦n jubilado e imputado en esta ¨²ltima investigaci¨®n, si conoc¨ªa a Rodr¨ªguez Corral, que en el sumario aparece citado como Pardi?as. Losada dijo que s¨ª. Que lo conoc¨ªa "del club de pesca de los polic¨ªas".
No se sabe por qu¨¦ raz¨®n, Rodr¨ªguez Corral, siendo civil, se convirti¨® en socio, hace ya algunos a?os, del Santo ?ngel, el colectivo que agrupa a algunos de los agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa en Lugo aficionados a la ca?a, entre ellos Losada y alg¨²n otro mando. No es cierto que sea "el ¨²nico socio civil", puntualiz¨® en su declaraci¨®n del 22 de junio el hasta ahora jefe de la polic¨ªa en la provincia a la juez. Parece ser que hay otro m¨¢s. Pero, seg¨²n fuentes de la comisar¨ªa, el imputado por tr¨¢fico de armamento fue agasajado por los socios polic¨ªas en un acto un d¨ªa del patr¨®n, y recibi¨® una metopa con el escudo del cuerpo.
Hasta que ingres¨® en prisi¨®n, Pargui?as tambi¨¦n acud¨ªa a tomar caf¨¦ a la comisar¨ªa de Lugo. Y en las comidas al aire libre que organizaban los socios del club de pesca, el que fue sorprendido en su coche con el fusil autom¨¢tico AK-47, la estrella del comercio negro de armamento, preparaba las viandas para todos.
Los encuentros campestres ten¨ªan lugar, y as¨ª lo confirm¨® en el interrogatorio ante Pilar de Lara el excomisario, en un merendero con mesas y parrillas situado junto al puente colgante de la isla fluvial de Seivane, en el r¨ªo Mi?o. En aquel paraje hay un refugio de pesca, propiedad de la Xunta, que tienen derecho a utilizar los miembros del Santo ?ngel. Maximino Losada le explic¨® a la juez que, "como socio" de este club, Pargui?as era el encargado de cuidar aquella instalaci¨®n.
Seg¨²n ¨¦l, como recoge la declaraci¨®n, tanto el excomisario como los otros socios "se enteraron por la prensa" de que, en realidad, Rodr¨ªguez Corral usaba el refugio para esconder su arsenal. Despu¨¦s de aquel registro en la carretera de Meis, los guardias civiles entraron en varios domicilios relacionados con el supuesto traficante de armas y su colaborador, que qued¨® en libertad pero con cargos, igual que los otros tres socios portugueses de esta banda organizada. Tras revisar a fondo las casas, el verdadero almac¨¦n de munici¨®n y armas apareci¨® precisamente en el local de pesca de la isla fluvial en el que los polic¨ªas celebraban sus banquetes.
Arsenal en el Mi?o
En el registro del refugio de pesca de Seivane fueron halladas 16 pistolas y rev¨®lveres, dos rifles de caza, 500 cartuchos de diferentes calibres y 15 ca?ones de arma y otras piezas sueltas que, supuestamente, iban a utilizarse para devolver la vida al armamento que la presunta banda de traficantes compraba en Portugal, probablemente en Chaves, inutilizado. La adquisici¨®n era legal porque las armas, as¨ª, no val¨ªan, pero el grupo que seg¨²n se sospech¨® desde el principio comandaba Rodr¨ªguez Corral sab¨ªa c¨®mo repararlas. Despu¨¦s surt¨ªa con esta mercanc¨ªa a diversos clanes pontevedreses del narcotr¨¢fico. Buena parte de las armas incautadas en la Operaci¨®n PPK eran de habitual uso militar o policial.
El presunto cabecilla de la organizaci¨®n criminal que preparaba churrascos en d¨ªas de fiesta para los polic¨ªas pescadores mantendr¨ªa adem¨¢s negocios con otros traficantes de armas gallegos. Los dos casos, PPK y Carioca, corresponden a la misma juez, y una de las l¨ªneas de investigaci¨®n abiertas en el segundo de ellos tambi¨¦n persigue el tr¨¢fico de armas. Supuestamente, vinculado a responsables de los clubes de alterne precintados en esta operaci¨®n que mantiene alerta a medio Lugo exist¨ªa un comercio ilegal de armamento y munici¨®n.
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