Cuando conciliar no es una opci¨®n
La mitad de las madres madrile?as ha tenido que dejar de trabajar para cuidar de sus hijos, una interrupci¨®n en la carrera profesional que a veces se paga cara
Beatriz Rubio est¨¢ m¨¢s animada estos d¨ªas. Espera una llamada, o tal vez dos (si hay suerte): la respuesta a las entrevistas que hizo la semana pasada. Por primera vez desde hace casi tres a?os, cuando nacieron los mellizos Laura y Jaime, puede que por fin consiga un trabajo.
Esta ingeniera forestal de 35 a?os ha sido ama de casa a tiempo completo los ¨²ltimos tres, y no precisamente porque haya querido que as¨ª fuera ("me han sobrado los ¨²ltimos 10 meses", admite). Cuenta que la despidieron de un puesto bien pagado cuando anunci¨® que se casaba, y desde entonces no ha podido reengancharse al mundo laboral. Lo ha pasado mal. "Yo no valgo para esto, es un c¨ªrculo vicioso en el que dejas de ser una persona interesante", reconoce mientras Laura y Jaime corretean por el sal¨®n de su casa, en el barrio de Usera. Jaime juega con una arm¨®nica, pero se resiste a hacerla sonar- "aunque sabe, lo que pasa es que lo hace cuando quiere"-.
Las guarder¨ªas madrile?as son de las m¨¢s caras de todo el pa¨ªs
Tres a?os despu¨¦s, Beatriz opta a trabajos por debajo de su cualificaci¨®n
"Nunca compensa dejar de trabajar", afirma un soci¨®logo experto en familia
La escolarizaci¨®n infantil solo alcanza el 50% de la demanda potencial
Al principio prefiri¨® cuidar de los ni?os, pero cuando quiso buscar empleo le denegaron la plaza en la guarder¨ªa p¨²blica, porque tuvieron en cuenta su ¨²ltima renta, cuando todav¨ªa trabajaba. Con los mellizos en casa no hab¨ªa forma de dedicarse a enviar curr¨ªculums. "Con el traj¨ªn que tienen, para que pueda abrir el ordenador..." No miente: Laura y Jaime no paran.
Aunque haya disfrutado de sus hijos ("Y mucho, dest¨¢calo, ?eh?"), Beatriz no eligi¨® ser ama de casa. Al menos no durante tanto tiempo. No es la ¨²nica. La mitad de las madres madrile?as (el 52%) han tenido que dejar de trabajar en alg¨²n momento para cuidar de sus hijos, seg¨²n una encuesta de Sigma Dos para la marca de art¨ªculos infantiles Chicco. Y Madrid es la comunidad aut¨®noma donde m¨¢s ocurre. ?Motivos de este fen¨®meno? Uno es obvio: las guarder¨ªas, tanto p¨²blicas como privadas, son de las m¨¢s caras de Espa?a (aunque la comunidad tiene tambi¨¦n el segundo mayor PIB per c¨¢pita, solo despu¨¦s del Pa¨ªs Vasco) El estudio apunta como otro factor que muchas mujeres no cuentan con ayudas familiares.
Una guarder¨ªa p¨²blica cuesta en Madrid 179 euros al mes de media, seg¨²n los datos de la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU), correspondientes a 2010. Es el segundo precio m¨¢s caro, solo por detr¨¢s del de las guarder¨ªas catalanas. En el caso de las privadas, los padres madrile?os son los que m¨¢s pagan de todo el pa¨ªs: 380 euros de media mensuales abona una familia por cada hijo. En los ¨²ltimos tres a?os, adem¨¢s, la tarifa de las p¨²blicas se ha disparado. Solo este curso, la tarifa mensual ha subido un 8,5%.
"Con los 800 euros que ganaba al mes como administrativa, no me compensaba dejar a Violeta y a Aday en un jard¨ªn de infancia", dice Raquel Salguero, de 36 a?os. "Con el sueldo de mi marido pod¨ªamos permitirnos que yo no trabajara. Al principio me lo tom¨¦ muy bien, porque he sido ni?era y s¨¦ lo que se pierden las madres que trabajan, pero tengo que reconocer que el cambio fue brusco".
A muchas familias-en la regi¨®n hay dos millones de hogares- les sale m¨¢s rentable que uno de los dos se quede en casa que pagar a alguien que cuide de los ni?os. No es algo exclusivo de Madrid, seis de cada diez personas (59,5%) que decidieron el a?o pasado trabajar a tiempo parcial o dejar de hacerlo para cuidar a sus hijos lo hicieron porque los servicios de atenci¨®n son "muy caros", seg¨²n revela la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
Los servicios, aunque p¨²blicos, son caros; pero eso para quienes consiguen plaza, porque el Gobierno regional admite que la escolarizaci¨®n entre 0 y 3 a?os- que en toda Espa?a no es universal y gratuita, - alcanza solo el 50% de la demanda potencial m¨¢xima. Sindicatos y profesionales del sector calculan que unas 30.000 familias se quedan sin plaza en Madrid cada a?o.
Carmen Ja¨¦n, de 39, no ha tenido que dejar su puesto como cuidadora en un comedor escolar para hacerse cargo de Laura y de Alba. No lo ha necesitado porque trabaja solo media jornada, pero tambi¨¦n porque cuando llega el verano no tiene problemas de conciliaci¨®n: "De junio a septiembre me despiden, cobro el paro y luego vuelvo al trabajo".
Si hay que sacrificar la carrera profesional de uno de los dos para cuidar a los hijos, lo normal es que sean ellas las que lo hagan. "La diferencia salarial entre hombres y mujeres en la regi¨®n es la segunda m¨¢s alta de Espa?a", apunta Nuria Manzano, secretaria de igualdad de UGT-Madrid. "Ellas suelen tener peores condiciones laborales, as¨ª que es habitual que sean las que acaban cediendo", dice.
Le ocurri¨® tambi¨¦n a Nuria Pascual. Ganaba 1.200 euros como secretaria de direcci¨®n en una agencia de publicidad, y dio a luz a mellizos. "Me cost¨® mucho tomar la decisi¨®n, pero analizando nuestro presupuesto no hab¨ªa otra opci¨®n". A sus 36 a?os, lleva ya cinco sin trabajar, y no se plantea de momento volver: "Me siento descolgada".
?Qu¨¦ consecuencias tiene para las mujeres que la maternidad interrumpa su carrera? "Los efectos se extienden a todo el mercado laboral", explica Fernando Vidal, director del Instituto Universitario de Familia de Comillas. "Se produce una descualificaci¨®n del mismo. Por lo general, a diferencia de lo que ocurre en otros pa¨ªses de Europa, las madres no dedican ese tiempo a seguir form¨¢ndose, porque no les facilitan ayudas para hacerlo, de forma que luego les cuesta m¨¢s reincorporarse".
El soci¨®logo cree que nunca "compensa" dejar de trabajar, aunque casi cueste lo mismo pagar la atenci¨®n de los ni?os que el sueldo que se percibe. "Cuando trabajas est¨¢s capitalizando el mercado, te est¨¢s formando, est¨¢s generando experiencia", se?ala.
El sindicato UGT lleva tiempo pidiendo una ley de igualdad regional, que complemente a la estatal. "Ya hay muchas autonom¨ªas que la tienen, un aspecto clave en esa norma ser¨ªa la conciliaci¨®n laboral y familiar, y se podr¨ªa exigir a las empresas que adopten m¨¢s medidas en ese sentido", afirma Manzano. Los poderes p¨²blicos tienen tambi¨¦n mucho por hacer, en su opini¨®n. "Las pol¨ªticas de igualdad del Gobierno de Esperanza Aguirre son insuficientes".
Puede que Beatriz vuelva dentro de poco a generar ingresos, a cotizar. A sentirse otra vez "interesante". Pero lo har¨¢ en puestos por debajo de su cualificaci¨®n. "He optado hasta a pe¨®n de jardiner¨ªa ". Las primeras opciones llegaron cuando elimin¨® del curr¨ªculum la edad, la foto y el sexo, como le recomendaron en la Federaci¨®n de Mujeres Progresistas."Deber¨ªamos poder dedicarnos completamente a nuestros hijos durante alg¨²n tiempo", defiende.
A la salida del piso, cuando ya no se le ve, Jaime hace sonar su arm¨®nica como despedida.
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