Adolfo S¨¢nchez V¨¢zquez, un fil¨®sofo tras la estela de Marx
El pensador gaditano vivi¨® exiliado en M¨¦xico desde 1939
El fil¨®sofo Adolfo S¨¢nchez V¨¢zquez falleci¨® el pasado viernes en su casa de Ciudad de M¨¦xico. Hab¨ªa nacido en Algeciras (C¨¢diz) en 1915 y parti¨® de Espa?a en 1939, tras haber batallado durante tres a?os contra la sublevaci¨®n militar que finalmente result¨® triunfante. Deja una obra numerosa y una amplia influencia, tras d¨¦cadas de ense?anza en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM). A lo largo de su vida recibi¨® diversos premios tanto en M¨¦xico como en Espa?a. All¨ª coincidi¨® con otros pensadores espa?oles exiliados, sobre todo Eduardo Nicol, Juan David Garc¨ªa Bacca y Joaqu¨ªn Xirau.
No se puede decir que sus libros no hayan sido le¨ªdos en Espa?a, sobre todo en los primeros a?os de la Transici¨®n, cuando el pensamiento de filiaci¨®n marxista gozaba de cierto predicamento. Pero el decaimiento del inter¨¦s por Marx se uni¨®, en su caso, al olvido cultivado respecto a los vencidos en una guerra que Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo prefiri¨® siempre llamar "incivil".
Su reflexi¨®n se centra en la relaci¨®n entre ¨¦tica y est¨¦tica y teor¨ªa y praxis
Los primeros textos de S¨¢nchez V¨¢zquez fueron versos, que muestran la voluntad de cierta musicalidad paralela a la de la Generaci¨®n del 27 y m¨¢s tarde, una tensi¨®n ¨¦pica, al hilo de las gestas b¨¦licas. Tras cursar el bachillerato en M¨¢laga, se instala en Madrid para estudiar Filosof¨ªa y Letras en una facultad en la que daban clases Jos¨¦ Ortega y Gasset, Xabier Zubiri y Jos¨¦ Gaos, entre otros. No obstante, sus intereses van por otra v¨ªa: le atrae sobre todo el marxismo y esa no era, al comienzo de los a?os treinta del pasado siglo, una filosof¨ªa muy atendida en la Complutense.
Los caminos que llevan a S¨¢nchez V¨¢zquez hacia Marx son de dos tipos: los del compromiso pol¨ªtico (es militante de las Juventudes Comunistas) y la preocupaci¨®n est¨¦tica. Una vez terminada la guerra y exiliado en M¨¦xico, ¨¦tica y est¨¦tica ser¨¢n los ejes de sus investigaciones, siempre tras la estela de Marx, muy en particular de sus escritos de juventud, en los que encontr¨® las fuentes para una reflexi¨®n sobre lo que pudiera ser o dejar de ser la filosof¨ªa.
En los a?os sesenta y setenta aparecen sus obras m¨¢s importantes. Coinciden en el tiempo con la eclosi¨®n del pensamiento marxista occidental, en una tradici¨®n que empieza a marcar distancias con el materialismo dial¨¦ctico convertido por la Uni¨®n Sovi¨¦tica en filosof¨ªa oficial marxista. En la revisi¨®n y difusi¨®n del marxismo de esos a?os participaron, junto S¨¢nchez V¨¢zquez, autores como Louis Althusser, Adam Schaff o, en Espa?a, Manuel Sacrist¨¢n.
La noci¨®n clave con la que trabajaba S¨¢nchez V¨¢zquez, y que le distanci¨® de los autores citados, es la de praxis. Para el marxismo, tal como ¨¦l lo interpretaba, la praxis debe ser transformadora del mundo y de las condiciones de los hombres. El socialismo (no en la versi¨®n entonces dominante del socialismo real) es una forma de superar la explotaci¨®n del hombre por el hombre en que consiste el capitalismo. Pero la praxis no debe ser solo acci¨®n: la reflexi¨®n es otra forma de praxis.
En una entrevista concedida hace unos a?os, S¨¢nchez V¨¢zquez repasaba sus m¨¢s distinguidos disc¨ªpulos en M¨¦xico y suger¨ªa que uno de ellos fue el luego conocido como subcomandante Marcos, l¨ªder de la revoluci¨®n zapatista.
La revista Anthropos le dedic¨® en 1985 un n¨²mero especial. Entre sus obras destacan: Las ideas est¨¦ticas de Marx. Ensayos de est¨¦tica y marxismo (1965); Filosof¨ªa de la praxis (1967); Est¨¦tica y marxismo (1970): Del socialismo cient¨ªfico al socialismo ut¨®pico (1975). Su obra po¨¦tica fue publicada en 2005 con el t¨ªtulo gen¨¦rico de Poes¨ªa.
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