Ram¨®n S¨¢nchez Lizarralde, la voz del alban¨¦s en Espa?a
El domingo, en Asturias, se nos muri¨® a los traductores Ram¨®n S¨¢nchez Lizarralde, e Ismail Kadar¨¦ se qued¨® sin voz, presa de una s¨²bita afon¨ªa, y como en una extra?a interferencia sus lectores de lengua espa?ola pensaron que hab¨ªa enmudecido.
Ram¨®n S¨¢nchez Lizarralde (Valladolid, 1951) empez¨® a regalarnos a Ismail Kadar¨¦ a su regreso de Albania, donde le hab¨ªan llevado la curiosidad y la pol¨ªtica. Escritor y traductor entraron en el panorama editorial espa?ol como un torrente: 30 libros en 25 a?os, que reportar¨ªan al autor nada menos que el Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras y a su traductor el Premio Nacional de Traducci¨®n.
Durante todos estos a?os, Ram¨®n ha sido el embajador de la literatura albanesa, que es como decir la voz de Albania, en una Espa?a que lo ignoraba todo de ese pa¨ªs peque?o y torturado por sus propios Gobiernos y por el olvido. Adem¨¢s de al universal Kadar¨¦, tradujo a Fatos Kongoli, Bashkim Seku, Luan Starova y otra media docena de autores albaneses, a quienes prest¨® sus imprescindibles palabras para que desde su rinc¨®n de Europa pudieran llegar a 400 millones de hispanohablantes. As¨ª lo reconoci¨® el Gobierno alban¨¦s al distinguirle con la Pluma de Plata, y el espa?ol al otorgarle la Orden del M¨¦rito Civil por su contribuci¨®n al conocimiento y la amistad entre ambos pueblos.
Gracias a ¨¦l, Ismail Kadar¨¦ lleg¨® a 400 millones de hispanohablantes
Pero Ram¨®n daba para mucho m¨¢s: los traductores le recordaremos como el presidente de nuestra asociaci¨®n entre 1995 y 2001, nuestro representante en Cedro durante muchos a?os, el primer director de la revista Vasos comunicantes y, sobre todo, aquel compa?ero alto de larga melena negra, de perfil aguile?o que recordaba vagamente a los autorretratos de Gauguin, que siempre ten¨ªa una palabra amable para los compa?eros entonces j¨®venes que nos pas¨¢bamos por la vieja sede de la asociaci¨®n. Lo recuerdo en la nave central de la iglesia del monasterio de Veruela, inaugurando a?o tras a?o las jornadas de traducci¨®n literaria de Tarazona, llamando la atenci¨®n sobre nuestros problemas, peleando por los derechos de autor de los traductores. Le recuerdo en los bares de Tarazona en los que prolong¨¢bamos los talleres y conferencias en largas veladas literarias. Ese recuerdo es hoy el recuerdo de muchos.
Su ausencia deja un vac¨ªo y un reto: alguien tendr¨¢ ahora que devolver la voz a un Kadar¨¦ seguramente mudo por la tristeza cuando haya recibido la noticia, como tantos otros. A la representante de la asociaci¨®n de traductores le lleg¨®, al d¨ªa siguiente al fallecimiento, un escueto comunicado de la sociedad de gesti¨®n de derechos de autor Cedro que se me antoja escrito por el propio Ram¨®n, porque representa perfectamente su sentido de la dignidad y la lucha. Si no son sus palabras, bien podr¨ªan serlo, y creo que deben poner colof¨®n a esta despedida. Dicen que Ram¨®n "ha muerto sosegadamente, tras disfrutar las tardes y noches anteriores de la luz, la lluvia y el paisaje, la m¨²sica, los cigarrillos BN, el gin-tonic y la tertulia con su mujer y sus amigos".
Carlos Fortea es decano de la Facultad de Traducci¨®n y Documentaci¨®n de la Universidad de Salamanca.
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