Dedicaci¨®n exclusiva
En el Congreso de los Diputados solo 33 diputados de 350 tienen dedicaci¨®n exclusiva, es decir, menos del 10% dedican su tiempo ¨ªntegro a la tarea para la que fueron elegidos. Los dem¨¢s compatibilizan su condici¨®n con otros cargos p¨²blicos o con actividades privadas como despachos, asesoramientos a empresas u otros. Sin embargo, todos ellos pasaron la criba de la declaraci¨®n de compatibilidad, que en su inicio estaba pensada s¨®lo para facilitar labores como las de la ense?anza, la creaci¨®n cient¨ªfica o cultural o colaboraciones con medios. En la comisi¨®n que concede estas licencias est¨¢n presentes todos los grupos pol¨ªticos y, con alguna excepci¨®n notable, siempre han autorizado estas actividades. Hoy por ti, ma?ana por m¨ª.
No s¨¦ si la ciudadan¨ªa conoce esta situaci¨®n o si le parece razonable. En el Parlamento de Andaluc¨ªa cincuenta diputados de un total de 109, declaran ejercer otras actividades, algunas de escasa importancia pero en m¨¢s de treinta y cinco casos francamente incompatibles con un desarrollo correcto de su labor. En cualquier trabajo, para cobrar el salario completo es necesaria la dedicaci¨®n exclusiva en sus horarios, excepto en el Parlamento, donde se permite cobrar las retribuciones totales aunque se alternen con otras actividades.
Treinta y seis diputados andaluces -seg¨²n los datos todav¨ªa no actualizados tras las ¨²ltimas elecciones- son, a su vez, alcaldes o concejales en sus municipios. Creo que todos, sin excepci¨®n, han optado por cobrar del Parlamento de Andaluc¨ªa sus retribuciones completas, algo que el reglamento, injustamente, permite y que no les priva de cobrar asistencias o dietas en otras instituciones.
En mi opini¨®n existen dos tipos de incompatibilidades diferentes: la de los negocios privados con la representaci¨®n p¨²blica, que deber¨ªa abordarse seriamente porque facilita el tr¨¢fico de influencias y, por otra, una incompatibilidad puramente funcional y horaria. El Parlamento de Andaluc¨ªa exige la asistencia a plenos y comisiones durante, al menos, cuatro d¨ªas a la semana, en sesiones extensas ?Puede un alcalde, especialmente de una gran ciudad, estar fuera de su municipio cuatro d¨ªas a la semana? Evidentemente no. Asisten a ¨²ltima hora de las sesiones plenarias para cumplir con las votaciones y desatienden completamente las dem¨¢s tareas, en las que son suplidos por una tropilla de diputados y diputadas que ejercen meritoriamente de todoterreno. En cuanto a la redacci¨®n de iniciativas parlamentarias, se delegan en los t¨¦cnicos o se recurre a las socorridas iniciativas escritas o colectivas que no necesitan la presencia f¨ªsica del diputado.
Esta es la raz¨®n por la que, durante a?os, se ha imposibilitado un control efectivo de actividad individualizada o de asistencia de sus se?or¨ªas, en contra de todo criterio de transparencia y de evaluaci¨®n real de sus funciones.
No es la primera vez que se intenta que los diputados tengan una dedicaci¨®n exclusiva real a esta tarea, que no es solo de representaci¨®n sino tambi¨¦n de redacci¨®n de propuestas, elaboraci¨®n de leyes y de atenci¨®n a la ciudadan¨ªa. En la anterior legislatura fue derrotada la iniciativa, que yo misma present¨¦ en representaci¨®n de IULVCA, para que las incompatibilidades fuesen reales y se controlasen las faltas.
En un momento en el que urge prestigiar la pol¨ªtica y reformar todos los vicios que la alejan de los ciudadanos, es muy oportuno plantear este debate, no para utilizarlo contra esta o aquella fuerza pol¨ªtica, sino para mejorar el funcionamiento de las instituciones.
El PP ha reaccionado airadamente, como si se tratara de una medida contra ellos o contra el municipalismo. Una forma curiosa de concebir el Parlamento como una representaci¨®n territorial y no pol¨ªtica que recuerda la democracia org¨¢nica. Ser¨ªa bueno contemplarlo desde otra ¨®ptica: ?acaso la ciudadan¨ªa no tiene derecho a que sus parlamentarios trabajen exclusivamente para ellos? o, desde el ¨¢ngulo municipal, ?no tiene derecho la sociedad a que sus alcaldes se dediquen exclusivamente a la gesti¨®n de los ayuntamientos?
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