Silencio inc¨®modo, pero silencio
La direcci¨®n nacional del PP no tomar¨¢ ninguna medida contra Francisco Camps, aunque vaya a sentarse en el banquillo y aunque pudiera ser condenado. Ni siquiera la direcci¨®n del PP emiti¨® ayer opini¨®n alguna sobre la situaci¨®n procesal del presidente de la Generalitat valenciana.
La agilidad con la que reaccion¨® el PP esta semana a otro auto de procesamiento se transform¨® ayer en silencio pol¨ªtico en G¨¦nova. La decisi¨®n de la justicia solo mereci¨® en esta ocasi¨®n el silencio de la direcci¨®n nacional. "No he tenido ocasi¨®n ni tiempo de leer el auto y analizarlo", se limit¨® a responder ayer el vicesecretario general del PP y l¨ªder del partido en Andaluc¨ªa, Javier Arenas.
Solo hay versiones extraoficiales que aseguran que el partido est¨¢ dispuesto a asumir que sea juzgado como presidente auton¨®mico y que, en el peor de los casos, si es condenado a una multa ser¨¢ pagada y se intentar¨¢ pasar p¨¢gina cuanto antes, covencidos de que los hechos ya est¨¢n amortizados pol¨ªticamente y que Camps tiene margen suficiente para seguir al frente de la Generalitat, tras el contundente resultado a su favor del pasado 22 de mayo.
El presidente valenciano tiene permanente contacto con la direcci¨®n del partido, por ejemplo, a trav¨¦s de Federico Trillo, quien controla directamente los pasos que va dando el proceso y la defensa. Sin embargo, desde hace meses nadie oculta que a Rajoy le desagrada profundamente Camps, todo el asunto que le envuelve y la forma en la que responde en p¨²blico del caso. Le ha defendido en p¨²blico quitando importancia al esc¨¢ndalo y le ha mantenido como candidato -"Diga lo que diga la Justicia", dijo-, pero le desagrada. Y dirigentes del partido explican que este asunto, aunque se haya demostrado que no tiene coste pol¨ªtico ni electoral, s¨ª distorsiona su discurso y da?a su credibilidad para exigir responsabilidades pol¨ªticas por actuaciones judiciales. Pero explican que, una vez que Rajoy no pudo o no quiso impedir que Camps fuera candidato, ahora no les queda otra m¨¢s que agachar la cabeza y esperar a que escampe.
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