Rusia admira el barroco andaluz
Museos de C¨¢diz, C¨®rdoba, Sevilla y Granada exponen 24 obras en el Hermitage
Es m¨¢s que un museo. Son seis edificios a la orilla del r¨ªo Neva, entre los que est¨¢ el palacio que fue residencia oficial de los antiguos zares. El Museo del Hermitage, en San Petersburgo, es uno de los m¨¢s relevantes del mundo y una de sus salas se ha abierto para rendir homenaje al barroco andaluz. Los museos de Bellas Artes de C¨¢diz, C¨®rdoba, Granada y Sevilla exponen hasta el 25 de septiembre 24 cuadros que hilvanan la singularidad del movimiento entre piezas de Zurbar¨¢n, Murillo o Alonso Cano.
La muestra ha llegado a Rusia bajo el t¨ªtulo Di¨¢logos. "Tiene un marcado car¨¢cter andaluz ya que andaluces son los museos que ceden sus obras; andaluces, o afincados en Andaluc¨ªa, son la mayor parte de los artistas; y es lo andaluz el rasgo cultural que los une", explica el comisario y director del Museo de Bellas Artes de Granada, Ricardo Tenorio, en la presentaci¨®n de la exposici¨®n. "Queremos ofrecer una aproximaci¨®n a las colecciones de pintura barroca conservadas en los museos gestionados por la Consejer¨ªa de Cultura. Es un acercamiento a los museos de Bellas Artes".
La muestra acoge obras de Murillo, Zurbar¨¢n o Alonso Cano
La reuni¨®n de piezas no ha buscado, por tanto, el an¨¢lisis completo de la pintura barroca andaluza sino que propone destacar la singularidad de un movimiento que fue muy diverso. Es un di¨¢logo, y de ah¨ª el t¨ªtulo, entre obras de distinta procedencia pero en torno a un mismo tema de debate com¨²n. Se deja de lado la clasificaci¨®n tradicional, basada en la polarizaci¨®n en torno a Sevilla y Granada, por esta visi¨®n m¨¢s heterog¨¦nea. Despu¨¦s de elegir que las obras saldr¨ªan de museos p¨²blicos andaluces, hab¨ªa que decidir qu¨¦ obras eran las seleccionadas. Se descartaron obras como la Virgen del Lucero de Alonso Cano o la Adoraci¨®n de los pastores, atribuida a Antonio del Castillo, por ser obras de dep¨®sito del Museo del Prado. Tambi¨¦n se ha evitado el desplazamiento de piezas que por su formato, peso o estructura f¨ªsica pudiese provocar riesgo innecesario para ellas; u obras que no se ajustaran al discurso expositivo de marcado car¨¢cter andaluz.
Finalmente, a la pinacoteca rusa han llegado 24 obras de cuatro museos. El que aporta m¨¢s piezas es el de Granada con nueve obras. Le siguen Sevilla, con ocho; C¨¢diz, con cuatro; y M¨¢laga, con tres. Hay 14 autores. El artista m¨¢s demandado ha sido Zurbar¨¢n. De ¨¦l han viajado cinco cuadros y lienzos. Juan de Vald¨¦s Leal tiene tres. Hay dos de Alonso Cano y Juan S¨¢nchez Cot¨¢n. Francisco Barrera, Pedro Atanasio Bocanegra, Antonio del Castillo Saavedra, Felipe G¨®mez de Valencia, Pedro de Moya y Crespo, Antonio A. Palomino, Pedro N¨²?ez de Villavicencio, Alonso Miguel de Tobar, Juan Esteban de ?beda, Juan Van Der Hamen y Bartolom¨¦ Esteban Murillo est¨¢n seleccionados solo una vez cada uno.
La exposici¨®n, aunque reducida, se ha dividido en cuatro secciones. Tres de ellas tienen car¨¢cter religioso. En Mater Amant¨ªsima hay un acercamiento a la figura de Mar¨ªa; en Vidas ejemplares hay un repaso a los santos, ascetas y m¨ªsticos; y en Encuentros con lo divino, se muestra la popularizaci¨®n que de las representaciones de santos en ¨¦xtasis hizo el barroco. En estos tres apartados destacan el Pentecost¨¦s y San Juan Bautista, de Zurbar¨¢n; o la Dolorosa, de Murillo.
De lo sagrado a lo profano es la ¨²nica divisi¨®n no religiosa. Es menos numerosa pero est¨¢ representada por piezas de gran calidad como el Bodeg¨®n del cardo, de Fray Juan S¨¢nchez Cot¨¢n; o Vendedor de vino, uno de los raros casos de escenas del mundo cotidiano y callejero que dio la pintura andaluza en est¨¢ ¨¦poca, o, al menos, que quede conservado.
La exposici¨®n ha podido salir adelante gracias al trabajo coordinado de los cuatro museos. Se ha ubicado en el edificio New Hermitage, el m¨¢s reciente del conjunto de la pinacoteca rusa. La vocaci¨®n del di¨¢logo domina todo el entusiasmo que ha generado esta iniciativa entre sus responsables. Porque la muestra resalta la relaci¨®n entre hombre y Dios, entre lo humano y lo divino, entre lo profano y lo sagrado. Pero tambi¨¦n ha permitido dar salida al di¨¢logo, no siempre f¨¢cil, entre cuatro museos y cuatro ciudades. Su primera parada ha sido San Petersburgo, donde durante todo el verano los visitantes del Hermitage podr¨¢ admirar la calidad de esta conversaci¨®n art¨ªstica andaluza.
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