Uruguay celebra el 'Maracanazo'
La 'celeste' elimina a Argentina en los penaltis el d¨ªa del aniversario de su ¨¦xito en Brasil
Aumenta el desencuentro de Messi con Argentina. Habr¨¢ pocos escenarios m¨¢s dolorosos para La Pulga que el de anoche en Santa Fe. La albiceleste fue eliminada de la que ten¨ªa que ser su Copa en su propia cancha, con Messi de capit¨¢n, nada menos que por Uruguay. No fue culpa de Leo, que particip¨® decisivamente en el gol de su equipo y transform¨® el correspondiente penalti, sino que la responsable fue la propia Argentina, abatida por su falta de juego y de punter¨ªa en el tiro de T¨¦vez, superada por la celeste, que no perdon¨® una en la rueda de los penaltis y fue m¨¢s competitiva que nunca en territorio enemigo. Ya le ocurri¨® hace justamente 61 a?os, cuando protagoniz¨® el Maracanazo en la Copa del Mundo contra Brasil. Anoche repiti¨® en la Copa Am¨¦rica en casa de Argentina. El partido respondi¨® al fin y al cabo a la condici¨®n de cl¨¢sico del R¨ªo de la Plata, al dramatismo que se exige a una contienda de tal calibre, m¨¢s que nada porque hubo un expulsado por bando, la pr¨®rroga de por medio, una actuaci¨®n sobresaliente de los dos porteros y la tanda de los penaltis como soluci¨®n definitiva.
ARGENTINA 1 - URUGUAY 1
Argentina: Sergio Romero; Zabaleta, Burdisso, Milito, Zanetti; Gago (Biglia, m. 96), Mascherano, Di Mar¨ªa (Pastore, m. 73); Higua¨ªn, Messi y Ag¨¹ero (T¨¦vez, m. 84).
Uruguay: Muslera; Maxi Pereira, Lugano, Mart¨ªn C¨¢ceres, ?lvaro Pereira (Gargano, m. 111); ?lvaro Gonz¨¢lez, Diego P¨¦rez, Victorino (Scotti, m. 20), Ar¨¦valo (Eguren, m. 111); Forl¨¢n y Luis Su¨¢rez.
Goles: 0-1. M. 5. Diego P¨¦rez. 1-1. M. 18. Higua¨ªn. Penaltis: Messi, gol (1-0). Forl¨¢n, gol (1-1). Burdisso, gol (2-1). Luis Su¨¢rez, gol (2-2). T¨¦vez, para Muslera. Scotti, gol (2-3). Pastore, gol (3-3). Gargano, gol (3-4). Higua¨ªn, gol (4-4). Mart¨ªn C¨¢ceres, gol (4-5).
?rbitro: Carlos Amarilla (Paraguay). Expuls¨® por doble amarilla a Diego P¨¦rez (m. 39) y a Mascherano (m. 87). Amonest¨® a Zabaleta, C¨¢ceres, ?lvaro Gonz¨¢lez, Milito, Burdisso, Gago y T¨¦vez.
47.000 espectadores en el Brigadier Estanislao L¨®pez de Santa Fe.
A Uruguay, un equipo canchero por excelencia, solidario en el reparto de tareas y del campo, bien trabajado y organizado, le represent¨® de salida El Ruso P¨¦rez. Fiel representante de la garra charr¨²a, El Ruso le clav¨® los tacos al tobillo de Mascherano nada m¨¢s empezar y acto seguido atac¨® con la determinaci¨®n propia de quienes visten la celeste el rechazo de Romero para poner el 0-1. La jugada subray¨® la atenci¨®n de los chicos de Tab¨¢rez y las miserias de la zaga de Batista: Forl¨¢n bot¨® la falta, cabece¨® C¨¢ceres como le dio la gana, toc¨® el arquero como pudo la pelota y remat¨® P¨¦rez a gol. A excepci¨®n del portero, los argentinos fueron los mejores espectadores de la estrategia uruguaya.
Agarrotada y descosida como escuadra, Argentina encontr¨® remedio a sus deficiencias estructurales en el oficio de Gago, la destreza de Messi y la llegada de Higua¨ªn. Los tres mezclaron estupendamente en el empate, alcanzado despu¨¦s de un robo de bal¨®n propiciado por la presi¨®n de Uruguay: La Pulga condujo bien de fuera hacia adentro, la puso mejor e Higua¨ªn cabece¨® la tercera asistencia de Messi en el torneo.
A veces pareci¨® que ambos equipos solo ten¨ªan una jugada en su repertorio, m¨¢s que nada porque la repet¨ªan sin parar: cada falta lateral de Uruguay era una tortura para los centrales argentinos y cada centro de Messi a la cabeza de Higua¨ªn era un problema para Muslera. Apenas hubo m¨¢s, incluso cuando Uruguay se qued¨® con 10 por la expulsi¨®n cantada de P¨¦rez, un futbolista temerario, incapaz de distinguir las zonas blandas de las calientes, siempre atizando a diestro y siniestro.
Aunque defendi¨® mal, a ratos Argentina atac¨® mejor y tuvo m¨¢s continuidad en el juego. Hasta el descanso al menos, porque en la reanudaci¨®n no consigui¨® sacar provecho de su superioridad num¨¦rica, bien anudado como qued¨® el equipo por el imperial Ar¨¦valo R¨ªos. Impaciente, la albiceleste perdi¨® el hilo del partido y se entreg¨® a Messi, discontinuo y, sin embargo, imprescindible. Tuvo suerte Argentina con Romero, que tap¨® muy bien a Forl¨¢n, y a Uruguay le salv¨® Muslera, soberbio en dos tiros de Higua¨ªn y uno de T¨¦vez. Ni la entrada del Apache ni la de Pastore, as¨ª como la expulsi¨®n de Mascherano, que dej¨® el brazalete a Messi, evitaron en cualquier caso la pr¨®rroga.
El intervencionismo de Forl¨¢n y la sutileza de Luis Su¨¢rez, excelente en el regate, animaron a Uruguay, definitivamente m¨¢s equipo que Argentina. A m¨¢s delanteros, menos juego por parte de la selecci¨®n albiceleste, fuera de foco, entregada a una jugada epis¨®dica de Higua¨ªn y, como mal menor, resignada a los penaltis.
A la excelente actuaci¨®n del Pipita solo le falt¨® un segundo gol que mereci¨® por la facilidad con la que arm¨® el remate en jugadas intrascendentes por poco elaboradas. Las maniobras del madridista condicionaron el atrevimiento de Uruguay. No atin¨® entonces Argentina y la celeste no desaprovech¨® la concesi¨®n en los penaltis para acudir al encuentro de Per¨² despu¨¦s de celebrar el Maracanazo con un triunfo hist¨®rico en Argentina.
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