Recortes y burocracia lastran Bolonia
Las universidades apoyan la reforma que intenta mejorar la ense?anza y la movilidad europea, pero reconocen resistencias y desencanto en una parte de los docentes
A la Universidad le crujen los huesos con los cambios y ahora mismo est¨¢ en mitad de uno enorme. Acaba de terminar el primer curso completo de la era de Bolonia, la reforma que pretende homologar las ense?anzas de 47 pa¨ªses europeos para crear un mercado com¨²n de educaci¨®n superior. El acuerdo se firm¨® en 1999 y para Espa?a ha supuesto un camino accidentado de una d¨¦cada, con una apat¨ªa inicial bastante prolongada, seguida de titubeos normativos y una oleada de protestas estudiantiles que, aunque se han ido apagando, a¨²n mantienen sus ecos en el Movimiento 15-M. Al final, las universidades tuvieron que dise?ar los nuevos t¨ªtulos a la carrera, seg¨²n se quejan abiertamente varias de ellas.
28 campus p¨²blicos han respondido a un cuestionario enviado por EL PA?S
El proceso de cambio est¨¢ sacudiendo viejos vicios e inercias
El nuevo modelo se est¨¢ implantando a "coste menos cero", se?alan en Sevilla
"Se ha desgastado a los comprometidos", dice una vicerrectora de la UNED
Ahora, por fin, el cambio se ha completado formalmente. En el curso que acaba de terminar ya no se han ofrecido licenciaturas ni diplomaturas, sino grados de cuatro cursos; los m¨¢steres oficiales llevan a?os en marcha y la normativa de doctorado est¨¢ lista. Los responsables de 28 campus p¨²blicos que han hecho balance para EL PA?S dibujan el panorama de un cambio en marcha, pero muy al inicio de una transformaci¨®n que creen necesaria y positiva, con una ense?anza m¨¢s activa para el alumno, m¨¢s tutor¨ªas, menos clases magistrales y m¨¢s pr¨¢cticas, m¨¢s flexibilidad para adaptar las carreras a nuevas necesidades, m¨¢s movilidad europea y mecanismos para vigilar la calidad. De momento se ha conseguido reflexionar sobre qu¨¦ ense?a la Universidad y c¨®mo, si sirve lo que se estaba haciendo hasta ahora, y sobre la necesidad de rendir cuentas. Todo ello ha zarandeado inercias y viejos vicios. Esa es una de las bondades que m¨¢s repiten los rectorados, pero tambi¨¦n uno de los obst¨¢culos a los que se enfrenta la reforma.
El de mayor tama?o es la falta de medios en mitad de una crisis econ¨®mica que reduce presupuestos (unos 300 millones de euros menos en 2011), en un momento en el que el alumnado est¨¢ volviendo a crecer y en un contexto que exige, en teor¨ªa, clases m¨¢s peque?as y m¨¢s dedicaci¨®n docente. Pero hay otros frenos, como una excesiva carga burocr¨¢tica que est¨¢ "ahogando" a las universidades, seg¨²n Lola Ferre, vicerrectora de la Universidad de Granada, y resistencias de una parte de docentes, m¨¢s o menos grande seg¨²n qui¨¦n responda.
Unos rechazan la filosof¨ªa de Bolonia y otros, el modo en el que se est¨¢ haciendo, que les exige suplir con sobreesfuerzos no reconocidos la falta de medios. Aunque las respuestas son muy heterog¨¦neas y varios campus hablan de una actitud muy positiva a pesar de las dificultades, muchos apuntan resistencias, escepticismo, confusi¨®n y des¨¢nimo. Desde Oviedo hablan de "desilusi¨®n" generalizada. "El profesorado ha realizado un gran esfuerzo para adaptarse a las exigencias de la reforma en un momento de falta de recursos. Ahora bien, este esfuerzo extra solo se puede exigir durante un tiempo l¨ªmite", escribe la rectora de la Universidad de Baleares, Montserrat Casas.
Las 28 universidades que contestaron al cuestionario de EL PA?S entre mayo y junio pasados est¨¢n en 10 autonom¨ªas y suman 800.000 estudiantes y 61.000 profesores, esto es, en torno al 63% de los campus p¨²blicos.
Sus respuestas son variadas y, a veces, hasta contradictorias. Pero los hasta aqu¨ª se?alados son los puntos que m¨¢s se repiten. El 80% se queja de tener que hacer la reforma a coste cero -"menos cero", apostilla el vicerrector de Sevilla Miguel ?ngel Castro-, y la mitad protestan por la burocracia. A la pregunta de si existen obst¨¢culos para una implantaci¨®n adecuada de Bolonia, el vicerrector de la Pompeu Fabra Josep Eladi Ba?os resume: "S¨ª, econ¨®micos (recursos para profesorado, adaptaci¨®n de espacios), actitudinales (una gran resistencia al cambio en algunos alumnos y profesores) y burocr¨¢ticos".
"La excesiva burocratizaci¨®n del proceso nos ha hecho perder mucho tiempo y ha desgastado in¨²tilmente al sector m¨¢s comprometido de la universidad", asegura Encarnaci¨®n Sarri¨¢, vicerrectora de la UNED. El vicerrector de Burgos Manuel P¨¦rez Mateos carga contra la agencia de calidad universitaria: "La forma de actuaci¨®n de la ANECA ha sido uno de los obst¨¢culos principales con el que nos hemos encontrado en la locura del incremento salvaje de burocracia y gesti¨®n, que puede hacer peligrar de manera seria los principales cometidos de la universidad: la docencia y la investigaci¨®n".
La principal fuente de burocracia ha sido el dise?o de los nuevos t¨ªtulos. Ahora ya no es el Gobierno quien establece el cat¨¢logo oficial de carreras; cada universidad las dise?a a partir de unas reglas generales. El proceso para hacerlo, dirigido por la ANECA, al parecer es complicado y tiene muchas exigencias, m¨¢s en la parte de metodolog¨ªas que en contenidos. De tal manera que a veces se acaban rellenado papeles por puro tr¨¢mite. "La presi¨®n de los plazos y la burocratizaci¨®n ha llevado a que en parte los cambios se hayan quedado en aspectos superficiales", dice Sarri¨¢, de la UNED.
Podr¨ªa tratarse de la acumulaci¨®n l¨®gica justo en el momento del cambio, pero las crecientes exigencias para asegurar la calidad docente y hacer el seguimiento y evaluaci¨®n de las carreras indican que puede seguir: el vicerrector de la Polit¨¦cnica de Madrid Carlos Conde advierte del "riesgo de un incremento a¨²n mayor" de la burocracia.
No obstante, el hecho de estar obligados a tener en la cabeza la calidad y la rendici¨®n de cuentas es una de las bondades que se?alan varios responsables. El rector de la Polit¨¦cnica de Catalu?a, Antoni Gir¨®, se felicita por haber introducido la calidad y la evaluaci¨®n docente "como premisa de funcionamiento". El Ministerio de Educaci¨®n ha prometido mejorar todos los procedimientos.
Por otra parte, la impresi¨®n general sobre los alumnos es que, tras las protestas ocurridas entre 2008 y 2010, aceptan bien el nuevo modelo, aunque quiz¨¢ les est¨¢ costando abandonar la comodidad de las clases pasivas -tomar o pedir prestados apuntes que se estudian y se vuelcan en un examen- para tener, como los profesores, mucho m¨¢s trabajo, dentro y fuera de clase. Los campus admiten que quiz¨¢ se les est¨¢ sobrecargando demasiado, aunque conf¨ªan en ir resolvi¨¦ndolo.
La Universidad espa?ola tiene grandes virtudes pero tambi¨¦n defectos que deben superar, y Bolonia puede ayudar a hacerlo, dice P¨¦rez Mateos, de Burgos. Una de las principales claves, para Francesc Feliu, vicerrector de Girona, ser¨¢n las actitudes de cada miembro de la Universidad, si son de "mejora y avance o predominantemente de conservaci¨®n".
Las claves del nuevo esquema
En 1999, 29 pa¨ªses firmaron la Declaraci¨®n de Bolonia para intentar poner en marcha una Universidad europea homologable, en la que alumnos y profesores pudieran moverse sin trabas para estudiar y trabajar.
Se trata de un compromiso de los responsables educativos de los Gobiernos; no es una directiva de la UE, de obligado cumplimiento. A pesar de ello, se ha hecho realidad, con algunas excepciones, como la de las grandes eccoles francesas. El Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior lo forman hoy 46 pa¨ªses y excede las fronteras de la UE.
En realidad se trata de compromisos de unos m¨ªnimos que cada pa¨ªs aplica con mucha libertad. El punto principal trata de copiar la estructura anglosajona de tres ciclos: grado (de tres o cuatro a?os), m¨¢ster (de uno o dos) y doctorado. Los responsables de las universidades Miguel Hern¨¢ndez y Granada se quejan de que Espa?a haya elegido una opci¨®n muy minoritaria en Europa: grados de cuatro a?os y m¨¢ster de uno. La explicaci¨®n que se dio en su momento es que tres cursos era muy poco para muchas carreras. De hecho, varios pa¨ªses se est¨¢n planteando pasar a cuatro. Pero, de momento, uno de los principales objetivos, que es la homologaci¨®n, se hace m¨¢s complicado. "El econ¨®mico y la no homogeneizaci¨®n de la estructura de los grados y m¨¢ster en todos los pa¨ªses europeos son los obst¨¢culos m¨¢s graves" para Bolonia, escribe Antoni Gir¨®, rector de la Polit¨¦cnica de Catalu?a.
Otra de las ideas fundamentales del cambio es que lo importante sea el trabajo del alumno dentro y fuera del aula; el profesor debe guiarle y atenderle personalizadamente, lo que supone menos clases magistrales. Tambi¨¦n se pretende mejorar las salidas laborales de los titulados con los nuevos curr¨ªculos. En general, los cambios se han centrado m¨¢s en m¨¦todos que en contenidos.
El vicerrector de Castilla-La Mancha, Miguel ?ngel Collado, escribe sobre todo ello: "En algunos casos se han adoptado nuevas metodolog¨ªas [...] sin adaptarlas a la realidad [...] de nuestros estudios. En cuanto a los contenidos, en algunos casos puntuales se han adaptado m¨¢s a los intereses de los profesores o departamentos que a las necesidades de los estudiantes y a las demandas del mercado".
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