Juan Arza, el 'pichichi' que gan¨® a Di St¨¦fano

Hasta hace poco m¨¢s de un a?o, a Juan Arza (Estella, Navarra, 1923) a¨²n se le pod¨ªa ver cada ma?ana dando unas vueltas a ritmo trot¨®n por el S¨¢nchez Pizju¨¢n, siempre enfundado en su ch¨¢ndal, siempre sonriente. Estaba en su casa, el Sevilla, club al que defendi¨® como jugador (1943-1959), que dirigi¨® como t¨¦cnico en varias ¨¦pocas -casi siempre para salvarlo del descenso- y que represent¨® como delegado en la d¨¦cada de los ochenta y noventa. Ayer, ya con marcapasos, falleci¨® toda una leyenda del Sevilla. "El jugador m¨¢s importante en la historia de esta entidad", le defini¨® el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido.

De padre taxista y poco dado al balompi¨¦, en casa se le exigi¨® jugar a la pelota vasca, un deporte que parec¨ªa su futuro porque le llam¨® el Euskalduna. Pero una oferta del Alav¨¦s, que le vio jugar en el Izarra, el equipo de su pueblo, vir¨® su destino. Tras unas temporadas notorias, el Athletic le adelant¨® 2.000 pesetas para ficharle. "Ah¨ª estaban tipos como el insaciable Zarra", recordaba, "y yo, como ganador que soy, prefer¨ªa ir donde me garantizaran la titularidad". As¨ª que escogi¨® el M¨¢laga. Un curso y al Sevilla, al club de su vida.

Con 20 a?os, rubio, un tanto escuchimizado y bajito -60 kilos y 1,69 metros-, en Nervi¨®n fruncieron el ce?o al verle de corto. Algo que no compart¨ªa la directiva, que pag¨® por ¨¦l 90.000 pesetas -todo un r¨¦cord para la ¨¦poca-, ni el entrenador Patrick O'Connell, Patricio, que nada m¨¢s verle correr con el bal¨®n entre las piernas, todo quiebro y habilidad a una velocidad de v¨¦rtigo, le apod¨® para la eternidad Ni?o de Oro. Juan hizo honor al sobrenombre.

A pesar de ser un jugador un tanto liviano, nunca se lesionaba, quiz¨¢ porque no hab¨ªa quien le echara el lazo. "En ocho a?os solo me perd¨ª un partido", se?alaba, orgulloso. Y fue porque, por una vez vehemente -"pegar patadas no sab¨ªa", reconoc¨ªa-, le dijo al ¨¢rbitro eso de "?Est¨¢s ciego?", y se fue a la caseta antes de tiempo. Con 349 partidos como sevillista y 182 goles, tiene tres honores que le distinguen: marc¨® el gol n¨²mero 1.000 del Sevilla en la Liga, se le concedi¨® el primer Dorsal de Leyenda de la entidad -el 8- y es el ¨²nico pichichi de una Liga en toda la historia del Sevilla, cuando en 1955 endos¨® 28 goles en 29 encuentros, dos m¨¢s que Di St¨¦fano. Registros sensacionales porque no era delantero centro, sino un interior ofensivo. "Nunca fui de bajar", explicaba; "a m¨ª la defensa del equipo me dec¨ªa 'anda, vete pa'll¨¢, vete pa'll¨¢...".

Fue en el ¨²nico sitio donde no le quisieron, adorado tambi¨¦n por el Celta, C¨¢diz y Deportivo, donde entren¨® a?os m¨¢s tarde. "Si tengo el pelo blanco", sol¨ªa decir, "no es porque envejezca, sino porque los banquillos te matan de los nervios". Pero con calz¨®n o con el pelo blanco, Arza siempre ser¨¢ el Ni?o de Oro, el ni?o del Sevilla.