El amigo Samuel, el rival Evans
Solo el corredor del Euskaltel, al que avis¨®, y el australiano resistieron a Contador
En la meta, humor variable como variable era el tiempo en Gap, lluvia, nubes, sol, rabia, alegr¨ªa, miedo, llanto y crujir de dientes, como variable es, por fin, la geometr¨ªa del Tour. En la meta, dos amigos, Alberto Contador y Samuel S¨¢nchez, un rival que se siente fuerte, Cadel Evans, una panda de derrotados, Basso, Voeckler, los hermanos luxemburgueses. Y un director de orquesta, Bjarne Riis, al que por fin han dejado de desafinar los solistas.
"Nos ha sorprendido el ataque de Contador, no nos lo esper¨¢bamos", explic¨® Frank, el hermano mayor de los Schleck, el que menos tiempo perdi¨® (18s). "Evidentemente, se ve la mano de Riis detr¨¢s. ?l nos conoce muy bien y sabe que no nos gusta el fr¨ªo y que el descenso final era peligroso. Han hecho una buena jugada. Chapeau". Riis, uno que da por sentado que todo el mundo conoce su valor como estratega, y lo admira, admiti¨® complacido el cumplido. "Esta ma?ana lo habl¨¦ con Alberto en el autob¨²s", dice el director del Saxo. "Y, llegado el momento, le anim¨¦. Pusimos a trabajar a Navarro para acelerar la marcha y ¨¦l se ha sentido bien y ha atacado. Yo solo le dije, 'est¨¢n todos muertos', ahora no te pares, sigue, sigue..."
"Riis ha hecho una buena jugada; sab¨ªa que no nos gusta el fr¨ªo", dijo Frank
Si fue inesperado para los hermanos, y tambi¨¦n para el l¨ªder, Voeckler, quien reconoci¨® que ese era su l¨ªmite -"era mi terreno, me sent¨ªa perfecto, y he perdido tiempo. Hasta aqu¨ª puedo llegar, no m¨¢s", dijo el franc¨¦s, quien reconoci¨® que Contador "asusta" cuando ataca-, no tanto lo fue para los dos ¨²nicos que pudieron aguantar su rueda. Para Samuel S¨¢nchez no fue sorpresa porque Contador, su amigo, le hab¨ªa avisado - "¨¦l me dijo que estuviera atento", reconoci¨® el asturiano, que no estuvo tan brillante como acostumbra en el mojado descenso- y ¨¦l estaba preparado. "S¨ª, le dije que iba a atacar y ¨¦l me dijo que perfecto, que l¨¢stima que estuviera un poco justito", dice Contador, quien solo tras pasar el control antidopaje supo que a Andy le hab¨ªa sacado m¨¢s de un minuto. "Jo, pens¨¦ que solo eran 20s. Ten¨ªa clar¨ªsimo que iba a atacar y me daba igual que alguno cogiera mi rueda. No iba a parar".
A Evans, ya viejo corredor de colmillo retorcido, tampoco le sorprendi¨® el ataque. El australiano sabe que en el Tour nunca hay que perder de vista a los campeones. "En cuanto se fueron Samuel y Contador quedaban a¨²n 20 kil¨®metros y yo me tom¨¦ mi tiempo, control¨¦ que detr¨¢s no se moviera nadie, y luego fui a por ellos", dice Evans. "Ha sido un buen d¨ªa". "Hab¨ªamos estudiado muy bien el recorrido y sab¨ªamos que hab¨ªa que estar atentos", dice John Lelangue, el director del australiano. "Sab¨ªamos que pod¨ªa ser una buena oportunidad porque Cadel, especialista de mountain bike, baja muy bien". Despu¨¦s de seguir su rueda en el ascenso, efectivamente
"Evans es, justamente, el gran rival", dice Riis. "Si aguanta as¨ª en los grandes puertos va a ser duro derrotarlo".
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