La memoria fotogr¨¢fica del terror
La muestra 'Cartograf¨ªas silenciadas' descubre, a trav¨¦s de la c¨¢mara de Ana Teresa Ortega, campos y edificios donde el franquismo ejecut¨® la represi¨®n
Seguramente uno de los mayores ¨¦xitos que puede alcanzar un r¨¦gimen dictatorial es que sus cr¨ªmenes no dejen huella e incluso se acaben olvidando. Por fortuna, hay quien sigue empe?ado en que los represores no se salgan con la suya, incluso varias d¨¦cadas despu¨¦s de que ocurran sus cr¨ªmenes. Este es el caso de la artista y profesora Ana Teresa Ortega, quien desde 2005 viene desarrollando un ambicioso proyecto que pretende documentar a trav¨¦s de im¨¢genes fotogr¨¢ficas los lugares de la pen¨ªnsula donde el franquismo mat¨® o encerr¨® a sus v¨ªctimas. Cartograf¨ªas silenciadas es el t¨ªtulo de la exposici¨®n que se ver¨¢ completa por primera vez a partir de ma?ana en las salas del Auditorio de Galicia de Santiago.
Son im¨¢genes actuales, en color pero con bastante saturaci¨®n
De la f¨¢brica de salaz¨®n de Rianxo solo queda en pie un muro
El proyecto se basa en la utilizaci¨®n de t¨¦cnicas art¨ªsticas para trata cuestiones sociales y pol¨ªticas. Ortega se vale de la fotograf¨ªa para retratar los espacios donde se cometieron fusilamientos o en el que se encontraban los campos de concentraci¨®n franquistas para mostrarnos el aspecto que tienen esos lugares hoy en d¨ªa. En muchos casos no hay huellas visibles de las tragedias que ocurrieron en esos espacios pero las fotograf¨ªas tratan de captar la atm¨®sfera inquietante que flota en cualquier lugar donde se ha producido un crimen masivo.
Entre las m¨¢s de 70 fotograf¨ªas que integran la exposici¨®n se pueden observar algunas tomadas en espacios de represi¨®n en Galicia. Ortega distingue tres tipos de lugares que forman parte de la muestra: campos de concentraci¨®n, lugares de fusilamientos y campos de trabajo. De todos ellos hay ejemplos en Galicia donde Ortega retrat¨® entre otros el puente de Castrelo do Mi?o, el Campo da Rata, los monasterios de Celanova y San Clodio, la isla de San Sim¨®n, Camposancos y los terrenos donde se encontraba la f¨¢brica de salaz¨®n en Rianxo.
En este ¨²ltimo lugar, la artista tuvo que hacer averiguaciones para saber donde se ubicaba la antigua f¨¢brica. Finalmente se encontr¨® con un espacio lleno de gr¨²as donde se estaba construyendo ya que las instalaciones de la factor¨ªa hab¨ªan sido demolidas. Tuvo que conformarse con fotograf¨ªar un muro que todav¨ªa quedaba en pie de la antigua construcci¨®n. "De todas formas mi objetivo es retratar el lugar tal y como se encuentra ahora y en este caso lo ocurrido tambi¨¦n es fiel reflejo de lo que ha sucedido en Espa?a donde se ha construido por todas partes", explica la artista, quien destaca la colaboraci¨®n por parte de los ciudadanos en la mayor¨ªa de los lugares a los que acudi¨® a trabajar con su c¨¢mara. Galicia no fue una excepci¨®n en este sentido y en general encontr¨® mucho apoyo para desarrollar su trabajo.
Ortega considera que el arte tiene que tener un sentido m¨¢s all¨¢ de la forma porque si no es as¨ª los proyectos se quedan en muy poca cosa. "Para m¨ª era importante hacer algo que hablase de la falta de memoria hist¨®rica en Espa?a. Ten¨ªa verdadera ansiedad por saber lo que eran esos espacios. Por ejemplo, aqu¨ª hablamos de campos de concentraci¨®n pero no tienen nada que ver con los campos nazis de la Segunda Guerra Mundial. Son otra cosa pero la mayor¨ªa de la gente no los conoce, por eso aparte de retratarlos intentamos situarlos en un contexto hist¨®rico", explica la artista.
Lo m¨¢s probable es que el espectador se sienta atra¨ªdo por unas im¨¢genes que no son exactamente bonitas pero s¨ª que han sido realizadas con el prop¨®sito de llamar la atenci¨®n del p¨²blico. Son im¨¢genes en color pero con bastante saturaci¨®n. Ortega no quiso emplear el blanco y negro porque quer¨ªa dejar claro que son im¨¢genes actuales aunque nos hablen del pasado. El p¨²blico que se acerque a la exposici¨®n podr¨¢ leer una ficha en la que se explica lo que sucedi¨® en el lugar que aparece fotografiado.
Cuando Ortega empez¨® este proyecto, en el a?o 2005, hab¨ªa muy poca informaci¨®n sobre los lugares donde se desarroll¨® la represi¨®n pero poco a poco se han ido conociendo m¨¢s detalles, sobre todo a ra¨ªz de la investigaci¨®n de los archivos militares por parte de los historiadores. Entre el material utilizado para documentar las fotograf¨ªas se encuentran las normas de los campos de concentraci¨®n franquistas facilitadas por el Archivo General Militar de ?vila. La artista destaca que el proyecto naci¨® de forma individual pero su ejecuci¨®n ha sido colectiva ya que "mucha gente ha colaborado de forma incondicional para hacerlo posible".
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