Sempr¨²n y la se?orita Maura
De vez en cuando alguien encuentra el tesoro que buscaba. No suele estar en una isla desierta ni contener monedas de oro. A veces tiene un valor tan relativo que es incalculable, como la foto que el escritor ya desaparecido, Jorge Sempr¨²n, pudo recuperar hace tres a?os de sus padres. "Boda del sr. Sempr¨²n y la srta. Maura", dec¨ªa la anotaci¨®n plasmada en el negativo del fot¨®grafo Luis Ram¨®n Mar¨ªn. Los Sempr¨²n, que viv¨ªan en Holanda cuando estall¨® la guerra en 1936, no pudieron recuperar un solo efecto personal de su casa de Madrid. Pero los avatares de la historia hicieron posible que los miles de negativos de Mar¨ªn quedaran tapiados en un piso de Moratalaz despu¨¦s de la guerra y que de aquel tesoro escondido un d¨ªa de 2008 el director de Exposiciones de Telef¨®nica, Francisco Serrano, encontrara en ese archivo la foto de los padres de Jorge Sempr¨²n, que, emocionado, pudo por fin colocarla en un lugar destacado de su casa de Par¨ªs.
La Guerra Civil espa?ola fue devastadora tambi¨¦n para los testimonios gr¨¢ficos. El expolio, el miedo y la represi¨®n acabaron con esos archivos tan preciados para los historiadores y tan evocadores para tantos ciudadanos que se vieron privados de su identidad y su pasado. Sempr¨²n fue solo uno de ellos. Su reencuentro con la imagen de los suyos, rescatada de un zulo emparedado o de un viejo arc¨®n escondido, no es ¨²nico. Montserrat Segarra ha recuperado, tambi¨¦n gracias a otra muestra de Telef¨®nica, una tierna foto en brazos de su padre en 1941 hecha por Josep Brangul¨ª.
Otro de los tesoros fotogr¨¢ficos que se salv¨® de la destrucci¨®n fue el archivo de Agust¨ª Centelles, guardado en una maleta por ¨¦l mismo durante su duro exilio. El pasado d¨ªa 17 una de esas fotos protagoniz¨® otro emotivo momento. Los hijos de Centelles entregaron el negativo a la hija de Mariano Vitini, el hombre que disparaba apoyado en un caballo muerto en Barcelona el 19 de julio de 1936. La foto es hoy famosa y recoge un instante real, como el de Mar¨ªn o el de Brangul¨ª. Tras los objetivos de estos tres fotoperiodistas no hab¨ªa besos fingidos como el que capt¨® Robert Doisneau en Par¨ªs, sino actores reales de un tiempo para olvidar y tambi¨¦n para recordar.
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