Harvey Keitel busca su cueva
El actor y su esposa rastrean en Mallorca los escenarios para su pr¨®ximo filme
Desayuna vestido de negro, en chanclas y pantal¨®n de cama de seda. El actor Harvey Keitel pide cuatro huevos pasados por agua y se los come durante la entrevista. "Los actores sabemos hablar y comer a la vez, es nuestro trabajo", apunta, ir¨®nico y relajado, antes de las diez de la ma?ana en el jard¨ªn de un hotel de lujo de Dei¨¤. Junto a su mujer, la actriz, guionista y directora Daphna Kastner, busca localizaciones en Mallorca para su nueva pel¨ªcula.
"Es la aventura de una familia de tres personas, una pareja y un ni?o pero sin v¨ªnculos de sangre. Transcurre entre Nueva York y Mallorca", desvela telegr¨¢ficamente. Ser¨¢ por superstici¨®n. "Un italiano me dijo en Nueva York antes de venir a Mallorca que ser supersticioso es una tonter¨ªa, pero no serlo es mala suerte".
"He visto belleza, belleza, belleza", se extas¨ªa el actor, rodeado de olivos
En la pel¨ªcula, un exmafioso siciliano (Keitel) se refugiar¨¢ en una caverna de un acantilado marino y en la Tramontana mallorquina, entre Valldemossa, S¨®ller y Pollen?a. Su vida y negocios se cruzar¨¢n con una mujer (Kastner) y con el joven protagonista del tri¨¢ngulo (el hijo de la pareja).
"Quiz¨¢s Mallorca saldr¨¢ en el t¨ªtulo", dice la directora. La Mallorca Film Comission trabaja duro para atar el rodaje. Aparecer¨¢ alg¨²n viejo contrabandista de tabaco, due?o de los secretos y el litoral. Kastner a¨²n traba escenas y di¨¢logos. Keitel la adora: "Sus pel¨ªculas son las m¨¢s rom¨¢nticas que he visto. As¨ª me enamor¨¦ de ella, vi¨¦ndola. No quise ser director -o no tuve tiempo- y me cas¨¦ con una directora. Pero a¨²n estoy aqu¨ª y todav¨ªa hay tiempo".
La mirada cercana de Harvey Keitel desdice su rol de duro con el gesto trabajado que flota en parte de sus m¨¢s de 80 pel¨ªculas, rodadas desde 1967. "No recuerdo todos los t¨ªtulos para nombrar las que no har¨ªa de nuevo. Tampoco dir¨¦ qu¨¦ director me dej¨® la mejor huella; no quiero que me maten", r¨ªe, bregado en mil trampas.
El veterano actor ha entrenado en la piscina a primera hora. Otros d¨ªas lo ha hecho "nadando entre las rocas de la costa o en la playa, con mi hijo". Ha recorrido zonas de monta?a y dice que ha catado la comida aut¨®ctona. Descubri¨® el aceite de oliva de Mallorca y en cada restaurante lo solicita para mojar pan. "He visto belleza, belleza, belleza", se extas¨ªa, rodeado de olivos y casas antiguas.
"El talento es un gran hallazgo, una cosa muy bonita si se encuentra; necesita su tiempo y planteamientos". Se dice "contento" por haber trabajado "con directores que han dejado su huella en el cine, los mejores. Con Scorsese empezamos en el cine juntos y con Tarantino hice su primera pel¨ªcula. Con Angelopoulos ahora rodar¨¦ de nuevo, y Scorsese producir¨¢ la pr¨®xima pel¨ªcula". Recuerda, afable, sus rodajes con directores espa?oles: Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez, Fernando Colomo, Gerardo Herrero y en el ¨²nico filme de Antoni Aloy. "Todo el mundo tiene que empezar; tambi¨¦n lo hicieron los directores que me dieron la oportunidad".
Durante su estancia, Keitel cen¨® con la dise?adora y activista Sybilla cuyos dise?os fascinan a su pareja y a ¨¦l. Tambi¨¦n comprometi¨® a la actriz Rossy de Palma para que le preparase una paella.
Keitel supone que "el cine sobrevivir¨¢ a la crisis. Hollywood sabe financiarse muy bien. No necesita que le ense?en c¨®mo ganar dinero. Funcionar¨¢ y sabr¨¢ adaptarse. Pero en la parte cultural Hollywood tiene mucho que aprender. La avaricia es el gran problema econ¨®mico". Defiende que en Estados Unidos se vean pel¨ªculas europeas subtituladas: "La versi¨®n original, la voz propia, sin p¨¦rdida de la esencia".
El personaje no tiene prisa. R¨ªe y gesticula. Se seca una mota de yema del ¨²ltimo huevo casi crudo de la comisura. Regresa el maquillador. ?Qui¨¦n es Harvey Keitel, finalmente? "Un d¨ªa, en 1992, en el rodaje de Reservoir Dogs un periodista me dijo: 'Los actores le tienen por un gur¨²". ?Se ve as¨ª? ?C¨®mo lo lleva? "No puedo responder, tendr¨¢ que preguntar a los disc¨ªpulos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.