"En Ramad¨¢n, en Siria, todos los d¨ªas ser¨¢n de la ira"
"Se ha cumplido un sue?o", repite Haitham al Maleh, de 80 a?os, el m¨¢s c¨¦lebre de los opositores al r¨¦gimen sirio de Bachar el Asad. El "sue?o" es que a principios de este mes las autoridades de Damasco le dieron, por fin, un pasaporte para viajar.
Este exjuez, abogado y ac¨¦rrimo defensor de los derechos humanos ha pasado largos a?os en prisi¨®n, a veces -entre 1980 y 1987- sin ni siquiera ser juzgado. Fue excarcelado por ¨²ltima vez el 8 de marzo, pero un mes despu¨¦s supo, por un chivatazo, que iba a ser de nuevo detenido.
Pas¨® entonces dos meses escondido, de casa en casa, en Damasco, hasta que sali¨® a la luz y solicit¨® de nuevo un t¨ªtulo de viaje. Le fue primero denegado, recurri¨® y, al final, lo obtuvo. Con ¨¦l peregrina por Europa para pedir que "se acent¨²e a¨²n m¨¢s la presi¨®n sobre el r¨¦gimen -ser¨ªa bueno que expulsaran a embajadores sirios- pero no sobre el pueblo".
"No cabe negociaci¨®n con los autores de cr¨ªmenes contra la humanidad"
"Presi¨®n", precisa de inmediato, "no significa intervenci¨®n extranjera como en Libia". "No la deseamos". "Contamos con nuestras propias fuerzas para hacer la revoluci¨®n".
Con su flamante pasaporte lleg¨® el mi¨¦rcoles a Madrid acompa?ado por su hijo Ilyas, y ayer fue el primer opositor sirio que franque¨® la puerta del Ministerio de Asuntos Exteriores donde le recibi¨® Juan Gonz¨¢lez Barba, director general de Oriente Pr¨®ximo.
A continuaci¨®n se entrevist¨® con Elena Valenciano, secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE. Hoy dar¨¢ una conferencia en la Universidad de Granada, donde reside un pu?ado de exiliados sirios.
Pese a su edad, Al Maleh derrocha energ¨ªa cuando habla de As Saura (La Revoluci¨®n) que congrega todos los viernes a cientos de miles de manifestantes que exigen a gritos la ca¨ªda de la dictadura. "Ahora, en Ramad¨¢n [mes de ayuno musulm¨¢n que este a?o coincide con agosto] todos los d¨ªas van a ser viernes de la ira", vaticina.
"El r¨¦gimen declar¨® en marzo la guerra al pueblo", asegura, "y esa guerra ya se ha cobrado 2.000 muertos civiles, unos 10.000 presos m¨¢s de conciencia -que se a?aden a los m¨¢s de 4.000 que ya estaban encarcelados en marzo- y 15.000 refugiados que han huido del pa¨ªs".
Pero el r¨¦gimen tambi¨¦n ha hecho concesiones levantando el estado de excepci¨®n, permitiendo el pluripartidismo, etc¨¦tera. "Venga ya", replica el disidente octogenario, "si hay ahora m¨¢s presos que antes". "Hay m¨¢s de 3.000 carros de combate y veh¨ªculos blindados desplegados en las calles".
En esa represi¨®n despiadada participan, seg¨²n Al Maleh, "expertos iran¨ªes en seguridad". "Asesoran a los sirios". "Para Ir¨¢n, Siria es una baza estrat¨¦gica, es su ¨²nico aliado", recalca. "Juntos sustentan a la milicia Hezbol¨¢, en L¨ªbano, que va a estar en apuros".
El 10 de julio, cuando se dispon¨ªa a salir del pa¨ªs, recibi¨® una llamada de un responsable invit¨¢ndole a dialogar, pero rechaz¨® la oferta. "No se puede negociar con gentes que cometen cr¨ªmenes contra la humanidad", lanza. "El pueblo ha decidido derrocar al r¨¦gimen". "Debe marcharse".
El r¨¦gimen se sustenta en dos pilares, seg¨²n Al Maleh: "Un aparato de seguridad en manos de la minor¨ªa alau¨ª [una rama del islam af¨ªn al chiismo a la que adhieren el 10% de los 19,5 millones de sirios] y c¨ªrculos empresariales corruptos, de todas las confesiones, que han prosperado al amparo de los servicios secretos".
El grueso de la represi¨®n la ejerce Maher el Asad, hermano del presidente, cuya Guardia Republicana cuenta con unos 60.000 hombres. Pero bajo el uniforme hay otros 140.000 soldados que no pertenecen a unidades de ¨¦lite.
"El Ej¨¦rcito se va a dividir y una parte acabar¨¢ desempe?ando un papel similar al que jug¨® en T¨²nez y Egipto", prev¨¦ Al Maleh. "A eso se a?ade una situaci¨®n econ¨®mica desastrosa", prosigue. "Ambos factores provocar¨¢n la ca¨ªda del r¨¦gimen", vaticina.
Al Maleh repite hasta la saciedad que la rebeli¨®n popular "es multiconfesional". "Hay j¨®venes cristianos que los viernes van a la mezquita para salir con los musulmanes a manifestarse", se?ala. "Esta primavera me escond¨ª en casa de una abogada cristiana". "Es el r¨¦gimen el que intenta enfrentar a unos con otros".
El anciano opositor reconoce, sin embargo, que los alau¨ªes, esa minor¨ªa confesional a la que pertenece el presidente, "son poco numerosos en las protestas". "Se lo piensan m¨¢s porque si les atrapan el castigo que padecen es mayor". "Son considerados como los m¨¢s viles traidores". "Como letrado he defendido a opositores de todas las confesiones". "Constat¨¦ que la mayor condena, por los mismos 'delitos', reca¨ªa siempre sobre los alau¨ªes", concluye.
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