El silencio de Ra¨²l Castro
La est¨¦tica de los actos pol¨ªticos en Cuba ha envejecido junto a sus protagonistas. Antes, el p¨²blico se manten¨ªa de pie en la plaza y coreaba consignas sin parar. Ahora, ya solo se lanzan vivas cuando la pausa del orador as¨ª lo se?ala. Una abultada zona de sillas permite a las primeras filas de dirigentes sentarse mientras dure el suceso. Algunos asientos especialmente acolchados para los de m¨¢s alto nivel. Por detr¨¢s de ellos, la quieta multitud parece conocer al dedillo lo que ocurrir¨¢ sobre la tribuna. Sabe que en un momento aparecer¨¢ alg¨²n locutor televisivo para presentar al coro que entonar¨¢ las notas del himno nacional. Despu¨¦s, se proceder¨¢ a leer los nombres de los destacados en la emulaci¨®n y les entregar¨¢n alguna que otra bandera de reconocimiento o un apretado abrazo. El punto final lo pone casi siempre el discurso del l¨ªder, quien termina gritando consignas que convulsionar¨¢n a la muchedumbre. As¨ª se repite -apenas sin cambios- el guion de cada evento p¨²blico, de cada congregaci¨®n masiva organizada oficialmente.
No hay nada nuevo que anunciar en Cuba. Todo va a un ritmo lento y desesperante
Sin embargo, tambi¨¦n pueden ocurrir peque?as variaciones en tan aburrida dramaturgia, como la de este 26 de julio en la provincia de Ciego de ?vila, donde Ra¨²l Castro, el esperado orador, se qued¨® sentado lejos del micr¨®fono. En su lugar, una de las voces m¨¢s ortodoxas del Gobierno cubano tom¨® la palabra.
Orden, disciplina y rigor, recalc¨® en su alocuci¨®n Jos¨¦ Ram¨®n Machado Ventura, primer vicepresidente del Concejo de Estado y de Ministros. Lo dijo sin demasiada pasi¨®n, bien lejos de aquel tono altisonante que empleara Fidel Castro en sus kilom¨¦tricas arengas. A diferencia del comandante en jefe, este funcionario no particip¨® en los sucesos del asalto al Cuartel Moncada hace ya 58 a?os. Esto lo convierte en el ¨²nico orador que ha protagonizado -por dos a?os consecutivos- el acto por la rebeld¨ªa nacional, sin haber sido parte de la acci¨®n militar que este conmemora. La ascensi¨®n de Machado Ventura al podio estaba revestida as¨ª de simbolismo, pues incluso su falta de brillo personal y su nada atractiva ret¨®rica son una manera de decir que el tiempo del carisma ha quedado atr¨¢s. Ya no se trata de hipnotizar a la multitud para que haga determinada acci¨®n, sino de rega?arla por lo que no ha logrado hacer. El triunfalismo de aquellas frases de anta?o ha dado paso a otras que tienen la urgencia del naufragio, el marcado apuro de quien sospecha el descalabro. Pero tal vez lo que llev¨® a Ra¨²l Castro a delegar su turno frente al micr¨®fono fue la ausencia de novedades que anunciar y la marcada carencia de resultados. Tres meses despu¨¦s del sexto congreso del Partido Comunista, la implementaci¨®n de los acuerdos tomados en ¨¦l va a un ritmo desesperantemente lento. La tibieza es sin duda un signo caracter¨ªstico del mandato del hermano menor, de ah¨ª que el a?o pasado 38.165 cubanos emigraron, cansados de esperar las prometidas reformas.
Muchos deseaban que en esta jornada el actual presidente diera un parte sobre la entrada en funcionamiento de las flexibilizaciones para la compra y venta de autos y casas. Le correspond¨ªa tambi¨¦n haber confirmado -o desmentido- ciertas informaciones que han ido saliendo a retazos de entre el espeso cortinaje gubernamental, como el posible despido en los pr¨®ximos meses de m¨¢s de 15.000 trabajadores del sector de la educaci¨®n. Deb¨ªa haber aclarado en sus palabras, por ejemplo, qu¨¦ ocurre con el cable de fibra ¨®ptica llegado desde Venezuela, que ya deb¨ªa estar operativo y brindando acceso a Internet en este julio de 2011. Algunos, muy ilusos, apostaban incluso a que informar¨ªa de una revisi¨®n en las leyes migratorias, camisa de fuerza que impide la libre entrada y salida de los cubanos a su propio pa¨ªs. Pero haciendo uso del turno de Ra¨²l Castro, el apagado vicepresidente se limit¨® a repetir que se deben eliminar los prejuicios contra el sector no estatal de la producci¨®n. Eufemismo con el que se intenta sustituir el concepto de "empresa privada" al definir las labores por cuenta propia. Volvi¨® a comprar a su vez un nuevo plazo de tiempo, hasta enero de 2012, cuando se celebrar¨¢ una conferencia nacional del PCC. Se espera que en ella se debata sobre la propia estructura de un partido que sigue rigiendo apoy¨¢ndose en la ilegalizaci¨®n de todas las otras fuerzas pol¨ªticas. De aqu¨ª a esa fecha, el pa¨ªs puede ver partir otra cifra colosal de ciudadanos, que ya no quieren aguardar m¨¢s.
Los actos pol¨ªticos van tomando la fisonom¨ªa de sus art¨ªfices, se parecen a quienes los organizan. Por eso, en la ma?ana del 26 de julio, vimos el espect¨¢culo de la falta de creatividad y de frescura que caracteriza desde hace tiempo al sistema cubano y a su jerarqu¨ªa. Un par de horas despu¨¦s solo pod¨ªamos recordar el silencio de Ra¨²l Castro y la imagen de su escolta personal que no le perd¨ªa ni pie ni pisada. Como m¨²sica de fondo una retah¨ªla de lugares comunes en el discurso de Machado Ventura y los aplausos uniformes que estallaban en las programadas pausas. All¨¢ arriba el sol pon¨ªa la ¨²nica nota juguetona, el poco brillo de una jornada opaca.
Yoani S¨¢nchez, periodista cubana y autora del blog Generaci¨®n Y, fue galardonada en 2008 con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo. ? Yoani S¨¢nchez / bgagency-Mil¨¢n.
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