?Quiere saber cu¨¢nto le queda?
Un test desarrollado por la cient¨ªfica Mar¨ªa Blasco se postula para medir la 'edad biol¨®gica'. Algunos dudan de su utilidad, para otros es el futuro. En todo caso, plantea una cuesti¨®n crucial
?Cu¨¢nto est¨¢ cada uno dispuesto a saber de s¨ª mismo? La biolog¨ªa molecular ha sacado esta pregunta del terreno del psicoan¨¢lisis. Quien decida leer su ADN conocer¨¢ el propio riesgo de padecer c¨¢ncer, alzh¨¦imer y otra decena de enfermedades -eso s¨ª, la fiabilidad depender¨¢ de qui¨¦n haga e interprete la prueba-. La investigaci¨®n de lo que ocurre en las c¨¦lulas ha generado un nuevo test: una prueba que mide la edad biol¨®gica. Basta una muestra de sangre para saber si se es m¨¢s viejo o joven de lo que dice el DNI. ?Frivolidad? ?El gancho publicitario de la ¨²ltima terapia m¨¢gica antiedad? La comunidad cient¨ªfica no duda de su seriedad, aunque algunos investigadores s¨ª de su utilidad. Para unos es una puerta a la medicina del futuro; para otros, un producto salido prematuramente de los laboratorios. Hagamos la prueba.
Blasco: "Sabemos que las personas con los tel¨®meros m¨¢s cortos tienen m¨¢s riesgo de padecer ciertas enfermedades"
La propuesta llega hace unas semanas de Mar¨ªa Blasco, reci¨¦n nombrada directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO) y cofundadora de Life Length -compa?¨ªa que ofrece el test y de la que tambi¨¦n son socios la Fundaci¨®n Bot¨ªn y la consultora Matlin Associates-. Creada en diciembre pasado, Life Length necesita aumentar su base de datos; si participo, puedo conocer el grado de envejecimiento de mi organismo. ?Quiero a mis 41 a?os?
Una b¨²squeda en Internet da con una noticia de The Independent: "El test de 400 libras [cerca de 450 euros] que te dice cu¨¢nto vivir¨¢s". Tambi¨¦n la revista Science ha hablado de ella recogiendo la opini¨®n de Jerry Shay, del Southwestern Medical Center en Dallas (EE UU) y asesor de Life Length; el test se basa en "el mejor biomarcador de envejecimiento hoy disponible". Tal vez por eso ¨¦l ha decidido no hac¨¦rselo.
Lo primero es aclarar qu¨¦ dice de verdad el test. O, mejor, qu¨¦ no dice: lo que te queda de vida. "Hay conexiones con la mortalidad, s¨ª, pero es absurdo decir que esto te dir¨¢ la duraci¨®n de tu vida", insist¨ªa Elizabeth Blackburn, premio Nobel de Medicina en 2009, en Nature. Blackburn es cofundadora de Telome Health, la otra empresa -estadounidense- que ofrece un test similar, aunque menos preciso, que el de Life Length.
De acuerdo. Adelante con mi test. En el fondo, lo que me importa es: cuando sepa mi edad real, ?qu¨¦ hago con el dato? Las 500 personas ya analizadas por Life Length se habr¨¢n planteado lo mismo. Y lo que est¨¢ claro es que esas preguntas no impiden que crezca la demanda. Life Length tiene ya peticiones "para al menos otras 1.000 pruebas, de m¨¢s de 40 pa¨ªses, que est¨¢n en espera porque el laboratorio est¨¢ a tope", dice Steve Matlin, su director ejecutivo. Compa?¨ªas farmac¨¦uticas y de cosm¨¦tica tambi¨¦n quieren usar el test en el desarrollo de sus productos. Seg¨²n Blackburn, Telome Health tiene igualmente exceso de peticiones.
Ahora bien, que mucha gente pida una prueba no significa que la comunidad cient¨ªfica est¨¦ de acuerdo con su valor. Entre otros, Carol Greider, que recibi¨® el Nobel con Blackburn, opina que a¨²n no se sabe lo bastante como para que la informaci¨®n que proporciona sea ¨²til. Y ha estado tan implicada como Blackburn y Blasco en desarrollar la ciencia que ha dado lugar a todo esto.
Uno de los hallazgos m¨¢s sorprendentes de la biolog¨ªa de las ¨²ltimas d¨¦cadas -que dio el Nobel a Blackburn, Greider y a Jack Szostack- es una enzima que parec¨ªa controlar el reloj biol¨®gico de la c¨¦lula. La enzima se llama telomerasa. Act¨²a sobre los tel¨®meros, unos capuchones que recubren los extremos de los cromosomas. Todas las pruebas de envejecimiento nacen de la a¨²n joven ciencia de los tel¨®meros.
Para entender de qu¨¦ va hay que hacer zoom en el interior de las c¨¦lulas, ir a su n¨²cleo, y en ¨¦l, a los cromosomas. Cada c¨¦lula -excepto las germinales- tiene 23 pares de cromosomas, que contienen el ADN. Los tel¨®meros ejercen una funci¨®n protectora: evitar que las puntas de los cromosomas se deshilachen cada vez que la c¨¦lula se divide. Ahora bien, con cada divisi¨®n los tel¨®meros se acortan, y eso es lo que da fundamento a la prueba. Cuando el acortamiento alcanza un punto cr¨ªtico, la c¨¦lula deja de dividirse.
Los cient¨ªficos creen que eso es lo que pasa en el envejecimiento. "Sabemos que las personas con los tel¨®meros m¨¢s cortos tienen m¨¢s riesgo de padecer determinadas enfermedades", explica Blasco. El acortamiento se asocia a enfermedades cardiovasculares, diabetes y alzh¨¦imer, entre otras. "No implica que vayan a morir dentro de X a?os, pero s¨ª se ha visto que tienen un riesgo significativamente m¨¢s alto de desarrollar estas enfermedades".
Si los tel¨®meros apuntan a que hay algo mal, pero no el qu¨¦, ni c¨®mo arreglarlo, ?qu¨¦ se hace? Hoy no hay ning¨²n f¨¢rmaco que alargue los tel¨®meros -aunque s¨ª una p¨ªldora, la TA65, que se vende en Estados Unidos como complemento nutricional y que supuestamente activa la telomerasa-. Pero Blasco cita publicaciones que asocian el tabaquismo, la obesidad y el estr¨¦s con los tel¨®meros cortos. Tambi¨¦n hay trabajos que sugieren que con un cambio de vida es posible volver a tener tel¨®meros largos.
Para explicar la utilidad de la prueba, Blasco la compara con la del colesterol hace 30 a?os: entonces estaba claro que era malo tenerlo alto, pero no por qu¨¦ exactamente; tampoco hab¨ªa f¨¢rmacos para controlarlo, pero se sab¨ªa que mejoraba con un estilo de vida sano. "Con los tel¨®meros estamos en esa misma fase", dice Blasco. Ella est¨¢ convencida de que hacerse la prueba "puede ser un revulsivo para llevar una vida m¨¢s saludable". Esto, asegura, fue su principal motivaci¨®n a la hora de cofundar Life Length.
"Hac¨ªa a?os que ten¨ªa la idea de crear una empresa a partir de las t¨¦cnicas desarrolladas en mi laboratorio", explica. Al publicarse las t¨¦cnicas en cuesti¨®n -cuenta Blasco- empezaron a llegar peticiones de otros investigadores y tambi¨¦n de compa?¨ªas, desde las interesadas en buscar f¨¢rmacos antiedad hasta empresas de cosm¨¦tica que quer¨ªan medir el efecto de sus productos en los tel¨®meros. "Pero mi laboratorio es de descubrimiento, no es para dar servicio; estoy convencida de que esto lo debe hacer una empresa".
As¨ª, el CNIO concede a Life Length la licencia para explotar comercialmente la tecnolog¨ªa y obtiene las regal¨ªas que se generen. "El CNIO solo puede beneficiarse", dice Blasco. Life Length tambi¨¦n alquila equipamiento al centro. La compa?¨ªa espera ampliar capital en oto?o y asociarse con laboratorios capaces de asumir una demanda que esperan alta.
Hoy su prueba cuesta casi 500 euros, pero la mayor¨ªa de quienes se la han hecho no han tenido que pagarlos. La raz¨®n est¨¢ en la propia validez del test. El resultado se basa en la comparaci¨®n de los tel¨®meros de cada persona con los de la poblaci¨®n, por lo que Life Length necesita construirse una base de datos que servir¨¢ tambi¨¦n para hacer investigaci¨®n. Por eso, todos los que nos hemos hecho su prueba hemos respondido un extenso cuestionario no solo sobre fumar o hacer ejercicio; tambi¨¦n sobre estado an¨ªmico y actividad sexual: "Cuando tengamos miles de muestras podremos profundizar en la relaci¨®n entre longitud de los tel¨®meros y variables de historia personal y estilo de vida", dice Matlin.
Para algunos investigadores es precisamente este aspecto estad¨ªstico lo que resta valor al test. Hoy por hoy se desconoce la relaci¨®n causa / efecto. "Algunos de estos estudios dan resultados poco claros", declara en Science el experto en c¨¢ncer Alan Meeker, de la Johns Hopkins University School of Medicine (Baltimore, EE UU). Greider tiene a¨²n m¨¢s dudas: "Hoy no est¨¢ claro cu¨¢l es la mejor forma de determinar la longitud de los tel¨®meros, y qu¨¦ dice exactamente esta medida para el 99% de la gente".
Sea prematuro o no el test de edad biol¨®gica, la medida de los tel¨®meros puede convertirse en un dato m¨¢s sobre uno mismo que habr¨¢ que aprender a procesar. El psic¨®logo estadounidense Steven Pinker, autor de reflexiones sobre el poder de la gen¨¦tica a la hora de determinar el comportamiento humano, ha escrito que "para bien o para mal, la gente querr¨¢ saber qu¨¦ hay en sus genomas", impulsada por la intuici¨®n de que "las cosas vivas albergan cierta sustancia oculta que determina sus poderes". Pero cuando Pinker hizo que su genoma fuera secuenciado no quiso saber si conten¨ªa la variante del gen que multiplica por 15 el riesgo de desarrollar alzh¨¦imer.A todo esto, yo tengo 24 a?os (biol¨®gicos), seg¨²n el test.
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