"Este museo no es un trabajo. Es un proyecto vital"
La playa de Zarautz obliga al visitante a enfrentarse al mar como en una proyecci¨®n en cinemascope. Al final de la panor¨¢mica hilera de toldos, una carretera serpenteante conduce a Getaria, un puerto pesquero cobijado por un curioso accidente topogr¨¢fico: una monta?a con forma de rat¨®n que se zambulle en el mar. Es el camino que Miren Arzalluz recorre a diario para llegar al Museo Crist¨®bal Balenciaga, el centro dedicado al dise?ador en el pueblo en el que naci¨® en 1895.
Una tarde de julio emprendemos la ruta el sentido contrario. Desde el museo, del que es comisaria, Arzalluz conduce hasta Zarautz. Paseamos por el malec¨®n buscando un rinc¨®n tranquilo en el que el ruido de las olas no se cuele hasta el fondo de la grabadora. La calma resulta esquiva en una poblaci¨®n que se despereza del letargo invernal y cambia de piel para ofrecer su soleada encarnaci¨®n en enclave vacacional. Esa era la versi¨®n de Zarautz que la tercera hija del pol¨ªtico Xabier Arzalluz, nacida en Bilbao hace 33 a?os, conoc¨ªa hasta 2006. Ese a?o cambi¨® Londres por la casa familiar de la playa. Persegu¨ªa a un vasco serio, riguroso y opaco: Crist¨®bal Balenciaga. Miren, que lleg¨® a la ciudad brit¨¢nica en 2000 para estudiar un m¨¢ster en pol¨ªtica comparada en la London School of Economics, se fue de all¨ª convertida en historiadora de moda. Conoci¨® la disciplina en el Instituto Courtauld y la trabaj¨® en el Museo Victoria & Albert, en la casa de subastas Kerry Taylor y en el palacio de Kensington. A su vuelta a casa, sufri¨® el rosario de pol¨¦micas que rodearon al museo y que demoraron su apertura m¨¢s de lo previsto. El pasado mes de junio el proyecto vio por fin la luz. Como la costa vasca, deja atr¨¢s el invierno.
?La moda es arte? Seg¨²n. No es lo mismo un ch¨¢ndal que la alta costura
En pol¨ªtica hay gente muy comprometida, pero eso nadie se lo cree
Salt¨® a la moda desde las ciencias pol¨ªticas. ?C¨®mo se hace eso? Yo soy historiadora. Al terminar en la universidad de Deusto, en 2000, me dieron una beca del British Institute para trabajar en un think tank brit¨¢nico que se llamaba The Foreign Policy Centre. Tras ocho meses de beca, decid¨ª quedarme en Londres y comenc¨¦ a trabajar en la London School of Economics, donde estudi¨¦ un m¨¢ster en pol¨ªtica comparada. En el Reino Unido entr¨¦ en contacto con un mundo que aqu¨ª no exist¨ªa, una forma de abordar la historia m¨¢s especializada y dirigida. Siempre me hab¨ªa interesado la evoluci¨®n de la vida cotidiana, pero cuando descubr¨ª la de la moda me fascin¨®. Fue un flechazo. Pero entonces esta disciplina era un poco aventura.
?Qu¨¦ le sedujo? La moda te obliga a empaparte de la cultura, la econom¨ªa y la pol¨ªtica del momento. Son tantas disciplinas las que se entremezclan en su recorrido que es una forma muy global de abordar un periodo. Me fascina que algo que se considera tan fr¨ªvolo sea en realidad un crisol de muchas cosas. Adem¨¢s es un placer est¨¦tico y un espect¨¢culo precioso. Y lo bueno es que est¨¢ todo por hacer.
Cuando se especializ¨®, en 2004, la moda en los museos causaba controversia. Hoy se ha convertido en algo tan aceptado como habitual. ?A qu¨¦ atribuye el cambio? Por una parte, al descubrimiento de la disciplina. La moda se est¨¢ consolidando como estudio. Se ha ido ganando el respeto del mundo acad¨¦mico, aunque todav¨ªa no lo ha conseguido del todo. Por otra parte, hay una confluencia de intereses. Las marcas de moda quieren entrar en los museos porque les da prestigio y estos han comprobado que las exposiciones de moda tienen un gran atractivo para el p¨²blico.
?Todav¨ªa hay prejuicios? Muchos acad¨¦micos no entienden que te dediques a una especialidad que consideran menor. Todav¨ªa se nos trata con condescendencia. Sobre todo los hombres. He encontrado m¨¢s comprensi¨®n en historiadoras. Entienden mejor la complejidad del fen¨®meno de la moda. La mayor¨ªa de los alumnos del m¨¢ster de historia de la moda son mujeres. Sin embargo los comisarios no son necesariamente mujeres. Sucede como en la cocina. ?Por qu¨¦ hay tan pocas cocineras entre los chefs m¨¢s respetados?
?Ha cambiado la forma en que la moda se trata en los museos? Mucho. En los a?os setenta abundaban las recreaciones y los maniqu¨ªes con pelucas... Eran muestras mon¨®tonas y did¨¢cticas. Muy rancias. Ahora son m¨¢s espectaculares. Adem¨¢s, antes era raro hacer exposiciones de dise?adores vivos y hoy es casi la norma.
En una exposici¨®n dedicada a una marca, ?d¨®nde est¨¢ la frontera entre la publicidad y el inter¨¦s art¨ªstico? La clave es encontrar el equilibrio. Por ejemplo, la exposici¨®n que se hizo sobre Balenciaga en el Louvre en 2006 era rigurosa y mostraba una selecci¨®n excepcional de lo mejor de su carrera. Y se remat¨® con una publicaci¨®n que es un referente documental para cualquiera que quiera saber algo de Balenciaga. Pero el hecho de que se incluyera la obra de Nicolas Ghesqui¨¨re [actual director creativo de la firma] tiene algo de operaci¨®n comercial. Para m¨ª, esa muestra fue un ejemplo de equilibrio, pero hubo quien se escandaliz¨®.
?La moda es arte? ?Esa pregunta! Si todav¨ªa nos estamos preguntando si la joyer¨ªa es un arte, c¨®mo no nos vamos a cuestionar si la moda lo es. Todas las disciplinas relacionadas con lo cotidiano se cuestionan como expresi¨®n art¨ªstica. ?Un dedal es arte? No, pero un determinado dedal puede llegar a serlo. No es igual un ch¨¢ndal que un modelo de alta costura y el mismo dise?ador puede entregar piezas con mayor o menor carga art¨ªstica. Un creador de moda tiene inquietud y sensibilidad. Otra cosa es que todo lo que cree sea siempre una obra de arte.
Volvi¨® a Espa?a para realizar una investigaci¨®n que acab¨® convirti¨¦ndose en el libro 'Crist¨®bal Balenciaga, la forja del maestro'. ?Por qu¨¦ decidi¨® centrarse en los a?os previos a su llegada a Par¨ªs, antes de que alcanzara la fama internacional? Se trataba de descubrir a la persona que hab¨ªa tras el mito. Si -como dice Cecil Beaton- Balenciaga era un pobre que lleg¨® a Par¨ªs con una mano delante y otra detr¨¢s, ?c¨®mo pudo situarse entre los mejores tan r¨¢pido? Eso me intrigaba. M¨¢s bien me rebelaba contra ello. Ten¨ªa que haber una historia de formaci¨®n y crecimiento previo. No sab¨ªamos mucho de los primeros a?os de Crist¨®bal. Solo que en 1937 apareci¨® en Par¨ªs.
?C¨®mo se descubre a la persona tras el mito? Primero, estudi¨¦ qui¨¦nes eran los marqueses de Casa Torres, que veraneaban en Getaria. En su casa estaba la madre de Crist¨®bal un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n. Tuve acceso a sus libros de cuentas y entend¨ª qu¨¦ vida llevaban. Eso te cambia la visi¨®n de que era un pobre chavalito que iba descalzo por el pueblo. Adem¨¢s, su padre fue alcalde. Recopil¨¦ testimonios de c¨®mo cos¨ªa desde la infancia, de c¨®mo se re¨ªan de ¨¦l y le llamaban ni?a. M¨¢s tarde, en los archivos municipales, descubr¨ª la cantidad de establecimientos de moda de lujo que hab¨ªa en San Sebasti¨¢n en la ¨¦poca. Pero lo que de verdad me asombr¨® fue la dimensi¨®n de su empresa. Manejaba varias marcas y era amigo de Chanel y Vionnet desde la d¨¦cada de los veinte. Cuando en 1937 se instal¨® en Par¨ªs, llevaba a?os viajando a la ciudad. Balenciaga construy¨® un imperio porque San Sebasti¨¢n le permiti¨® desarrollar la alta costura sin moverse de casa. El cuadro es muy distinto al que describ¨ªa Beaton.
Como las exposiciones, los libros de moda est¨¢n de moda... La moda vende y los libros con fotograf¨ªas son un bonito regalo. Est¨¢ bien que eso exista, pero no que se vendan como publicaciones serias las que se han hecho sin tocar un archivo ni una sola fuente. Cuando los libros se hacen con ligereza, da?an la disciplina. Lo que cuesta es meterse en un archivo, dejarse los ojos en una hemeroteca o recopilar testimonios.
?Complica la investigaci¨®n que Balenciaga fuera tan herm¨¦tico? Concedi¨® una ¨²nica entrevista, ?por qu¨¦ esa negativa a hablar de s¨ª mismo? No lo s¨¦. Supongo que era una mezcla de cosas. Entend¨ªa la discreci¨®n de forma rigurosa. A lo mejor, tambi¨¦n hab¨ªa pudor y timidez. Culturalmente, no me resulta complicado entender que un hombre nacido en Getaria en 1895 no quisiera hablar de s¨ª mismo. Lo que le interesaba era trabajar. No creo que buscara alimentar su ego, sino que las mujeres estuvieran perfectas. Me frustra que no hablara m¨¢s, pero tambi¨¦n lo encuentro atractivo. Aunque todo se complica todav¨ªa m¨¢s porque los que le conocieron sienten que hablar de ¨¦l es una especie de traici¨®n.
Entre los m¨²ltiples mitos que su silencio contribuy¨® a propagar est¨¢ el de que se neg¨® a reciclarse como creador de 'pr¨ºt-¨¤-porter' y sucumbi¨® a los cambios sociales y culturales de los a?os sesenta. ?Era realmente tan dogm¨¢tico? Yo creo que si el pr¨ºt-¨¤-porter le hubiera pillado con 50 a?os lo hubiera abrazado. Y lo hubiera hecho muy bien. Comprend¨ªa perfectamente el mercado y las necesidades de las mujeres. Pero reinventarte a los 73 a?os es muy duro. El cambio le pill¨® cansado y estuvo triste despu¨¦s de cerrar su casa, porque el trabajo era su vida.
Usted hizo un viaje inverso al suyo. Empez¨® fuera y luego volvi¨® a casa. ?Le cost¨® pasar de Londres a Getaria? Fue duro. Primero porque mi futuro no estaba claro. Volv¨ª porque el proyecto Balenciaga me interesaba y no quer¨ªa perder la oportunidad de participar en ¨¦l. Para m¨ª era incre¨ªble que existiera la posibilidad de trabajar en mi casa. Pero, en 2006, el museo estaba muy verde y no hab¨ªa garant¨ªas de que se fuera a materializar. Y Londres es fascinante desde el punto de vista personal e intelectual. All¨ª pasan muchas cosas y puedes desarrollarte.
?Se arrepinti¨®? Seriamente, nunca. Pero hubo d¨ªas dif¨ªciles. Entre 2006 y 2011, cuando se ha inaugurado el museo, ha habido altibajos y momentos de fe.
Como las denuncias por gesti¨®n irregular contra el antiguo alcalde de Getaria e impulsor del proyecto, Mariano Camio. Siguen pendientes de juicio y llegaron a paralizar el proyecto. ?Qu¨¦ sinti¨® cuando estall¨® el esc¨¢ndalo? Frustraci¨®n. Y dolor. Fue duro para todos. El momento m¨¢s complicado fue en 2008. Se abri¨® un ERE y la mayor parte de plantilla se fue a casa. No tener trabajo es dif¨ªcil. Desgraciadamente, hoy mucha gente vive la angustia, desorientaci¨®n e incertidumbre que eso provoca. Pero, para m¨ª y para mis compa?eros, este museo no es solo un trabajo. Es un proyecto vital.
?C¨®mo se viv¨ªa la situaci¨®n desde dentro? Las instituciones se fueron replanteando su apoyo por las dudas sobre la viabilidad del proyecto. Todo fue muy extra?o y complicado. Cuando las cosas se fueron aclarando y el proyecto se reactiv¨®, los trabajadores nos reincorporamos poco a poco. En septiembre de 2010, la Diputaci¨®n de Guipuzkoa y el Gobierno vasco entraron en la Fundaci¨®n en la que ya participaban el Ayuntamiento y el Ministerio de Cultura. Esa unidad fue definitiva. Se puso fecha para la inauguraci¨®n y, desde entonces, hemos ido disparados.
Balenciaga es la gran figura de la historia de la moda espa?ola. ?Qu¨¦ hay del resto? Hay muchos dise?adores de los que no sabemos nada y que resultar¨ªan fascinantes. Balenciaga fue ¨²nico por su dimensi¨®n mundial. Pero estoy convencida de que hay mucha gente que no ha sido suficientemente estudiada. Hay un trabajo ingente por hacer. Por ejemplo, Pedro Rodr¨ªguez es fascinante y gente como yo deber¨ªa estudiarlo. A ¨¦l y a otros. Pero alguien tiene que financiarlo. Y, como en otras ¨¢reas, la investigaci¨®n hist¨®rica no est¨¢ muy considerada.
?Est¨¢ bien planteada la ayuda p¨²blica a la moda en Espa?a? No conozco suficiente lo que se hace desde el Ministerio de Cultura para apoyar la moda. Pero tengo la sensaci¨®n de que est¨¢ m¨¢s enfocado al sector. Parece que todo tiene que ser contempor¨¢neo y que no gusta la historia. Es un error pensar que son incompatibles. Es posible que tenga idealizado el Victoria & Albert, pero all¨ª se hacen proyectos de investigaci¨®n hist¨®rica relacionados con la creaci¨®n contempor¨¢nea. Yo le he ense?ado cors¨¦s del siglo XVIII a Viviente Westwood. Los propios creadores tienen inter¨¦s en que se estudie el pasado. Para entender la evoluci¨®n del fen¨®meno o como pura inspiraci¨®n. No entiendo que aqu¨ª se separe la historia de lo contempor¨¢neo. La visi¨®n deber¨ªa ser m¨¢s global.
?Le interesa el dise?o contempor¨¢neo? Si has estudiado la moda a trav¨¦s de la historia, puedes desarrollar un instinto. Pero un historiador de la moda no es un especialista. A la mayor¨ªa no les importa lo que se presenta ahora. Yo s¨ª me intereso porque me gusta y le doy importancia a c¨®mo me presento ante la gente. Intento comprender qui¨¦n puede dejar huella. No tanto qu¨¦ va a ser tendencia sino qu¨¦ creadores aportan algo.
En Espa?a, el inter¨¦s por la moda se ha disparado en los ¨²ltimos a?os. ?Vivimos una burbuja? Yo no siento que todo el mundo est¨¦ hablando de moda sin parar... Estamos solo empezando. En los ¨²ltimos a?os el incremento de reportajes, exposiciones y libros es considerable. Pero hay mucho por hacer. Y hay que hacerlo con rigor. No se trata de escribir de moda porque est¨¦ de moda, sino porque hay un campo tremendo en el que profundizar. De momento, no hay bibliograf¨ªa, ni centros para especializarse.
Su padre, Xabier Arzalluz, fue presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV) durante casi 25 a?os. ?Cu¨¢l es su relaci¨®n con la pol¨ªtica? He conocido con mucha intensidad la pol¨ªtica de los ¨²ltimos 25 a?os. Me interesa y me interesar¨¢ siempre. Pero la vivo como un compromiso vital, mientras que la historia de la moda y Balenciaga son una pasi¨®n intelectual y un reto profesional.
?Qu¨¦ opina del movimiento 15-M? Hay una parte de la sociedad que se siente frustrada y est¨¢ harta de la clase pol¨ªtica. Yo lo he vivido desde el otro lado y creo que a veces los pol¨ªticos est¨¢n mal vistos injustamente. Conozco a mucha gente muy comprometida, pero nadie se lo cree. Es cierto que la clase pol¨ªtica da motivos para desprestigiarse, pero tambi¨¦n que se manipula mucho. Los pol¨ªticos utilizan ciertas informaciones parciales como armas arrojadizas y esa din¨¢mica de la pol¨ªtica mal entendida acaba desprestigiando a sus representantes.
?Qu¨¦ dijo su familia cuando decidi¨® dedicarse a la moda? Siempre me han apoyado. En mi casa todos son grandes apasionados de la historia. Incluso cuando decid¨ª dejar la ciencia pol¨ªtica, un campo prometedor, y dar un cambio dr¨¢stico. A mi padre todo lo que sea ahondar en mis pasiones relacionadas con la historia le parece fant¨¢stico.
?Su apellido condiciona? S¨ª. Casi todo el mundo tiene una idea preconcebida de m¨ª. Pero es algo que conozco desde ni?a y cada uno tiene que vivir con lo que le toca. Lo mejor es no recrearse en ello, trabajar y demostrar lo que vales. No hay que hacerse la v¨ªctima, porque a otras personas les suceden cosas mucho peores. Pero a veces me enfado. El argumento es muy f¨¢cil: si algo te sale bien siempre es porque alguien te ha favorecido. Parece que te arrebatan el derecho a merecerte algo. Contra eso no se puede luchar, solo trabajar y hacer las cosas bien. Los prejuicios infundados caen por su propio peso.
?Le gusta el papel de especialista? Me gusta en la medida que ser un especialista en cualquier cosa es tener la capacidad de aportar algo. No se trata de ser el que m¨¢s libros se ha le¨ªdo, sino el que interpreta y aporta algo de su propia visi¨®n. Lo interesante es ser creativo en la investigaci¨®n.
?Cu¨¢les son sus objetivos? Ahora mismo crecer con el museo, que tiene mucho que ofrecer. ?Hay tantas cosas que quiero hacer con Balenciaga! Adem¨¢s tengo ganas de retomar mi tesis doctoral, quiero escribir m¨¢s libros, seguir investigando...
SELECCI?N SUB 35 es una serie de seis entrevistas con mujeres y hombres de la generaci¨®n que naci¨® con este peri¨®dico hace ahora 35 a?os. Personajes de futuro que ya han conquistado el presente. Una apuesta de 'El Pa¨ªs Semanal'.
Sin rodeos
?C¨®mo definir¨ªa su car¨¢cter? Vehemente. Perseverante. ?Cu¨¢l es su mayor miedo? La soledad. ?Cu¨¢l es su palabra favorita? Rigor. Algo que le gustar¨ªa hacer antes de cumplir los 35 Escribir otro libro. ?Qu¨¦ es lo primero que hace al levantarse? Mirar mi agenda. ?Twitter o Facebook? Facebook. Aunque acabo de iniciarme en Twitter, y promete. Lo ¨²ltimo que le hizo re¨ªr: Christopher Plummer en Beginners. Lo ¨²ltimo que le hizo llorar: una decepci¨®n. Y Christopher Plummer en Beginners. Una pel¨ªcula: Tantas. Brief encounter. Un libro: el ¨²ltimo: Wolf Hall, de Hilary Mantel. Una canci¨®n: You really got me, de The Kinks. Un h¨¦roe: no soy mit¨®mana. Casi todos son tambi¨¦n villanos. Un sue?o recurrente: entrevistar a Balenciaga. Un plan para este verano: descansar.
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