Dos candidatos frente a la crisis
Rubalcaba necesita arriesgar y explotar su mejor valoraci¨®n entre los ciudadanos para remontar - Rajoy precisa que la econom¨ªa sea el centro de la campa?a
Todas las encuestas coinciden en unas cuantas l¨ªneas b¨¢sicas que sirven para entender las estrategias electorales de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Mariano Rajoy: a los espa?oles les preocupa la crisis econ¨®mica por encima de cualquier otra cosa; el candidato del PP, que parte como claro favorito, es percibido como mejor gestor; el del PSOE tiene mejor valoraci¨®n global, aunque est¨¦ lastrado por el desgaste del Gobierno y, especialmente, por el de Zapatero y los dos son tan conocidos que tienen ya una imagen muy consolidada. Seg¨²n los expertos, al PP le interesa una campa?a centrada en la crisis, en la que ¨¦l pueda presentarse como un gestor fiable, previsible y serio. Ser¨¢ la primera vez en la que los dos candidatos principales sean de generaciones anteriores a las del presidente saliente, en coincidencia con la necesidad de los ciudadanos de encontrar pol¨ªticos de larga trayectoria y sin riesgos, para momentos de crisis y zozobra. Puesto que la crisis estar¨¢ en el centro de la campa?a y le ser¨¢ imposible eludirla, al PSOE le conviene poner distancia respecto a Zapatero y, especialmente, presentarse como abanderado de una pol¨ªtica social que compense a los que han sufrido el sacrificio de la crisis. Que no se le identifique con los recortes y hacerse cre¨ªble como promotor del cambio, ajeno al ciclo que se cierra. Como parte con clara desventaja, Rubalcaba necesita arriesgar, mientras que a Rajoy le basta asegurar para no perder lo que lleva avanzado por el desgaste del adversario. Dado que las encuestas le sit¨²an como candidato mejor valorado y precisa arriesgar, es el m¨¢s interesado en buscar debates cara a cara con su oponente en la campa?a electoral. El socialista, pese a su larga trayectoria, tiene como carencia, seg¨²n los expertos, la ausencia de un perfil humano y una biograf¨ªa conocida, m¨¢s all¨¢ de lo pol¨ªtico. Y en eso est¨¢n sus asesores: en humanizarle con gestos como el de ayer de llegar a un acto conduciendo su propio coche, el haber presentado su candidatura junto a su mujer y el haber utilizado el nombre de pila como referencia, entre otros. Todo en favor de la campa?a de los sentimientos. Rajoy ya tiene movilizados a sus votantes, m¨¢s por el rechazo al PSOE que por entusiasmo hacia ¨¦l, y, por eso, puede permitirse remolonear sobre los debates. Le basta mantenerse subido a la ola de cambio que ya le dio al PP la abultada victoria de las municipales y auton¨®micas. Sin romper ni manchar, como le gusta actuar y como ha pasado por los diferentes cargos. Que el desgaste del oponente le haga el trabajo.
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