Minas a cielo abierto
Rodalquilar, uno de los principales reclamos del Parque Natural de Cabo de Gata-N¨ªjar, est¨¢ rodeada de canteras de oro y otros minerales
Hay playas que se consideran un tesoro por su valor paisaj¨ªstico, por la calidad de sus aguas o porque a¨²n no han sido castigadas por la acci¨®n del ser humano. Pero muy pocas a?aden a estos factores el hecho de estar asentadas o rodeadas de canteras desde las que se extrae oro, alumbre, caol¨ªn, bentonita, ¨¢gata o amatista, entre otros minerales.
Es el caso de Rodalquilar, una de las paradas obligadas para descubrir el Parque Natural de Cabo de Gata-N¨ªjar (Almer¨ªa). Pertenece al t¨¦rmino municipal de N¨ªjar y su playa es un reclamo en verano, aunque en menor medida que las vecinas M¨®nsul, Genoveses o Los Escullos (San Jos¨¦). Pero antes de llegar al mar, Rodalquilar merece ser conocida desde la monta?a, desde el Cerro del Cinto, principal cantera de oro de este poblado minero y lugar en el que el director Steven Spielberg hizo estallar un avi¨®n nazi en la tercera saga de Indiana Jones.
El pueblo, tranquilo y hospitalario, se asienta en una caldera volc¨¢nica
El Jard¨ªn Bot¨¢nico del Albardinar conserva plantas amenazadas
Antes que ¨¦l ya visit¨® la mina Francisco Franco, quien en 1956 inaugura la planta metal¨²rgica de cianuraci¨®n Denver, la m¨¢s grande de Europa entonces. Aunque mucho m¨¢s deteriorada, su estructura se mantiene, es el principal reclamo para el visitante y uno de los mejores lugares desde el que inmortalizar la tranquila y hospitalaria poblaci¨®n de Rodalquilar, ya que la planta corona todo el enclave sobre el que se asienta: una caldera volc¨¢nica.
Desde all¨ª se pueden contemplar hacia el sur otras canteras, como las de alumbre descubiertas en el siglo XVI y por las que se construy¨® el Castillo de los Alumbres, donde se guardaba el material y que posteriormente se reutiliz¨® como fortaleza militar. El oro fue descubierto en Rodalquilar en 1883, y hasta 1966 se extrajeron s¨®lo siete toneladas de metal de las canteras locales. El alumbre se comercializaba exclusivamente desde cuatro localidades en esa ¨¦poca -en Rodalquilar se hall¨® sobre el a?o 1506- y era muy codiciado para la industria textil por su propiedad para fijar los tintes en la ropa. Su poder estaba en manos del clero y de grandes empresas. En Almer¨ªa su explotaci¨®n se concedi¨® a Francisco de Vargas, secretario de la reina Juana, y el metal era conducido por mar desde el Playazo (nombre de la playa de Rodalquilar) hasta Amberes.
Muchos estudiosos consideran que el pasado minero del alumbre fue, en comparaci¨®n, mucho m¨¢s importante que el del oro, como apunta Francisco Hern¨¢ndez Ortiz, doctor en Geolog¨ªa y autor de tres obras sobre la riqueza minera de este municipio.
Sin embargo, Rodalquilar debe su fama al oro y todos sus habitantes tienen pasado minero aunque muchos no llegaran a conocer a sus antepasados a causa de la silicosis. Todos los trabajadores viv¨ªan en el otro extremo de la localidad, en las casas de los mineros que a¨²n se conservan pese a su avanzado estado de deterioro. Es otra de las paradas obligadas dentro de la ruta minera de Rodalquilar. Desde all¨ª se puede sentir a¨²n el bullicio de cientos de familias que disfrutaban de los c¨¢lidos atardeceres de esta poblaci¨®n en la que llegaron a convivir unas 1.500 personas en la d¨¦cada de los cuarenta. Ahora residen unas 200 en este paradis¨ªaco lugar de igual belleza que otras localidades vecinas del Parque Natural y que igualmente viven de la mina que es el turismo.
El mineral no se ha agotado en Rodalquilar aunque su declaraci¨®n como Parque Natural no permite la explotaci¨®n de canteras, pero s¨ª la realizaci¨®n de estudios sobre el terreno debido a su gran inter¨¦s geol¨®gico. Rodalquilar, a buen seguro, guarda m¨¢s tesoros para los amantes de esta disciplina, pero tambi¨¦n para los aficionados a la biolog¨ªa y bot¨¢nica que encontrar¨¢n en el Jard¨ªn Bot¨¢nico del Albardinar endemismos y plantas amenazadas de la flora almeriense.
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