Las becas de comedor municipales se destinar¨¢n a menores desprotegidos
Gallard¨®n recupera su gesti¨®n solo un a?o despu¨¦s de ced¨¦rsela a la Comunidad
Por tama?o y vocaci¨®n, Madrid es, m¨¢s que una ciudad, una forma de vida. Y sus habitantes tienden a considerar a su principal gerente, el alcalde, como primer responsable de todo aquello que esperan o reciben del Estado.
Por proyecci¨®n y convencimiento propio, el Ayuntamiento ha explotado esta cercan¨ªa con el ciudadano, ofreci¨¦ndole servicios m¨¢s all¨¢ incluso de sus obligaciones legales como Administraci¨®n local.
Esto, que no es achacable a un solo pol¨ªtico, ni siquiera a una sola ciudad, ha creado con el paso de los a?os una mara?a de papeleo y duplicidades que dificulta la gesti¨®n del dinero p¨²blico y confunde al ciudadano.
Esta situaci¨®n, origen de disputas y rencillas pol¨ªticas en ¨¦pocas de bonanza, se ha vuelto insostenible con las arcas p¨²blicas vac¨ªas, lo que ha puesto de acuerdo incluso a los rivales m¨¢s irreconciliables para buscarle una soluci¨®n.
Los fondos ser¨¢n gestionados por los servicios sociales de los distritos
Con esa voluntad, el Gobierno regional cre¨® hace unas semanas una comisi¨®n parlamentaria que deber¨ªa delimitar antes de diciembre las atribuciones de cada Administraci¨®n, permitiendo as¨ª que cada uno focalice sus dineros en lo suyo.
Y con esa voluntad, el Ayuntamiento de Madrid ha decidido ahora modificar la gesti¨®n del dinero que destinaba a becas de comedor -una competencia que, por educativa, no le corresponde-, para dedicarlo a ayudas a colectivos necesitados.
As¨ª, el Gobierno local pasar¨¢ de "cofinanciar una competencia regional a financiar y reconocer una ayuda social de emergencia a favor del menor, una competencia municipal", explican fuentes del Ayuntamiento. "En vez de incrementar el presupuesto de la Comunidad para que esta lo reparta entre todos los ciudadanos de la regi¨®n, se centrar¨¢ en la atenci¨®n de emergencias sociales de la ciudad", a?aden.
La delegada de Familia y Servicios Sociales, Concepci¨®n Dancausa, lo resume de esta manera: "Tenemos que centrarnos en los ciudadanos de Madrid, y en concreto en los que est¨¢n en situaci¨®n de mayor necesidad".
Los fondos que antes se dedicaban a las becas de comedor gestionadas por la Comunidad (3,5 millones, en 2010) pasar¨¢n pues a engrosar los 479.378 euros que el a?o pasado se emplearon en ayudas de urgencia para garantizar la alimentaci¨®n a menores de familias desamparadasHasta hace un a?o, las familias de la capital que solicitaban ayudas para pagar el comedor de sus hijos en los colegios -los centros privados est¨¢n excluidos- deb¨ªan atender a dos convocatorias distintas, municipal y regional.
Ambas se unificaron en 2010. El Ayuntamiento se comprometi¨® a entregar su contribuci¨®n (3,5 millones) a la Administraci¨®n regional para que la gestionara junto a la suya (29,3 millones).
En 2009 la Comunidad concedi¨® ayudas a 109.000 familias, y el Ayuntamiento a unas 52.000, l¨®gicamente con diferentes cuant¨ªas. En 2010 deb¨ªan beneficiarse en conjunto 112.000 hogares, pero las becas se convirtieron en un objeto m¨¢s de rifirrafe pol¨ªtico.
Este a?o, la Comunidad aportar¨¢ la misma cantidad (29,3 millones; la cifra lleva dos a?os congelada), y espera poder beneficiar tambi¨¦n a 112.000 familias a costa de reducir las cuant¨ªas: los tres tramos de ayudas (525, 395 y 265 euros) que se reducen a dos (525 y 275). Pero no podr¨¢ contar con los fondos del Ayuntamiento de Madrid (el ¨²nico de toda la regi¨®n que contribu¨ªa), que ha decidido gestionar ese dinero de otra forma. Seg¨²n su responsable, la delegada de Familia y Servicios Sociales, Concepci¨®n Dancausa, se ha hecho con el conocimiento y aquiescencia de la Comunidad.
Los motivos que aduce Dancausa son tres. En primer lugar, el ya citado de que las becas de comedor son una competencia educativa que, como tal, corresponde a la Comunidad. El vicepresidente regional, Ignacio Gonz¨¢lez, ha amagado incluso con "penalizar" a los Ayuntamientos que se excedan en sus atribuciones. Pero adem¨¢s, el Gobierno municipal ha detectado dos aspectos que no le satisfacen en esta gesti¨®n conjunta: que carece de capacidad para asegurarse de que su dinero beneficie a familias de la capital y no de otros municipios de la regi¨®n; y que los requisitos para acceder a las ayudas excluyen en ocasiones a los ni?os que m¨¢s las necesitan.
"As¨ª por ejemplo, se ha detectado a trav¨¦s de los servicios sociales, y ha sido confirmado por la Comunidad de Madrid, que muchas familias tienen que renunciar a la beca de comedor porque no pueden hacer frente al pago de la parte no subvencionada", explica el Ayuntamiento.
En la misma situaci¨®n de desamparo se encuentran los menores inmigrantes que no pueden acceder a las ayudas por no disponer de papeles; aquellos cuyos padres ("con problemas de drogas, alcohol, enfermedad mental o similar") no han solicitado ayuda "a pesar de hab¨¦rselo indicado los servicios sociales como forma de garantizar la atenci¨®n y buena alimentaci¨®n del menor"; e incluso algunos ni?os en situaci¨®n de riesgo, por posible maltrato o conducta negligente de sus progenitores, que es aconsejable que se alimenten en el comedor escolar pese a no cumplir los requisitos. El Gobierno municipal ya destin¨® 479.378 euros en 2010 para 1.622 becas de comedor de este tipo particular. En total, sumaron el 20% del total de ayudas de especial necesidad o emergencia social el pasado a?o, y se llevaron el 9% del presupuesto global de la partida.
Ahora, el Ayuntamiento sumar¨¢ el dinero que antes se entregaba a la Comunidad para becas de comedor (en 2010 fueron 3,5 millones, pero este a?o a¨²n no se ha fijado la cantidad) a esta partida de ayudas de emergencia, para alimentar a estos ni?os en situaci¨®n de riesgo social. Este dinero lo gestionar¨¢n los distritos a trav¨¦s de sus servicios sociales.
Con esta inyecci¨®n, el Ayuntamiento espera suplir adem¨¢s el adelgazamiento de recursos que ha experimentado el plan de emergencias sociales (donde se encuadran estas ayudas), toda vez que, seg¨²n denuncia, el Gobierno central han destinado gran parte de su presupuesto a servicios de ayuda a domicilio y de teleasistencia ligados a la Ley de Dependencia.
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