Curso de verano
Ahora que la fiesta de los toros depende del Ministerio de Cultura en lugar del de Interior, bien podr¨ªa incluirse la corrida de ayer en Azpeitia en uno de los cursos de verano que pueblan la geograf¨ªa universitaria del pa¨ªs durante el per¨ªodo estival. Lejos de ser una tarde redonda, el festejo dej¨® unas ense?anzas muy claras de diferentes aspectos del toreo: la clase magistral, a cargo de El Fundi; el suspenso, para Luis Bol¨ªvar; y un aprobado por su buena disposici¨®n para el murciano Paco Ure?a. Pero Azpeitia deja muchas m¨¢s se?as de lo que es y significa la fiesta de los toros.
En La Bombonera, como muchos guipuzcoanos conocen al coqueto coso, se profesa afici¨®n por los valores fundamentales de los toros. Se admira al animal, que es recibido con expectaci¨®n, aplausos y comentarios; y la corrida se ve desde el toro. Por ello, se cuida el tercio de varas con el detalle de que suenen las notas de un grupo de txistularis mientras el picador ejerce su funci¨®n.
PALHA / FUNDI, BOL?VAR Y URE?A
Seis toros de Palha, desiguales de presentaci¨®n, aunque todos serios. Destac¨® el segundo.
El Fundi: pinchazo y casi entera alivi¨¢ndose (silencio) y estocada desprendida (oreja). Luis Bol¨ªvar: estocada desprendida (oreja) y estocada desprendida (saludos). Paco Ure?a: media estocada (saludos) y estocada ca¨ªda (oreja). Antes del destejo, el ganadero de Palha, Joao Folque de Mendoza, recibi¨® el premio al mejor toro de la feria 2010.
Plaza de Azpeitia. 31 de julio de 2011. Casi lleno. Segunda de Feria.
Una oreja de muy distinto peso para cada torero, con un Fundi magistral
El p¨²blico quiere bravura, desea ver al toro arrancarse desde lejos y empujar al caballo, como lo hicieron los dos primeros de Palha, uno derribando y el segundo, poniendo en un aprieto al caballero. Los tendidos se ilusionaron cuando Paco Ure?a dej¨® a sus dos toros en los medios para que se arrancasen a un segundo encuentro; ambos lo hicieron, aunque con poco brillo. Es la suerte de varas, ese tercio que los matadores de hoy en d¨ªa parecen dispuestos a dilapidar basados en un ¨²nico picotazo sanguinario que nada tiene que ver con una prueba de bravura y preparaci¨®n para la lidia.
Luis Bol¨ªvar, adscrito a esta moda del monopuyazo, dej¨® que a su primer toro le diesen un largo primer castigo y as¨ª priv¨® al p¨²blico de una emocionante pelea. Seguro, porque Tempestade, el nombre del Palha, fue bravo y mereci¨® demostrarlo. Fue el primer error del colombiano en el examen; despu¨¦s lleg¨® la pregunta de la muleta y ah¨ª demostr¨® no tener la lecci¨®n aprendida. Nunca baj¨® la mano a un toro con movilidad y transmisi¨®n para una faena grande y se defendi¨® con muletazos de recurso, molinetes y pases despegados que fueron tan efectistas como faltos de profundidad. En el quinto, el toro no fue tan bueno y las precauciones de Bol¨ªvar quedaron tan al descubierto que algunos pitos se asomaron entre los aplausos de un cari?oso p¨²blico.
Por el contrario, sali¨® el mejor Fundi. En el manso cuarto regres¨® el buen torero de hace tres temporadas. El de Palha derrochaba peligro por ambos pitones, pero el de Fuenlabrada lo supo tapar y acab¨® por convertirlo en un d¨®cil animal detr¨¢s de la muleta. Pareci¨® magia, pero estaba basada en firmeza de piernas, buena colocaci¨®n y una destreza sublime al correr la mano. Hasta hubo muletazos relajados, de cadencia. Una clase magistral ante un manso que acab¨® vencido.
Pero el toreo es tambi¨¦n voluntad y Paco Ure?a, que es uno de esos legionarios de las corridas duras, no pudo m¨¢s que echar mano de ella para solventar la papeleta ante dos toros escasos de fuerza y que apenas sirvieron para el lucimiento. Una efectiva estocada le permiti¨® igualar en trofeos a sus compa?eros de cartel.
Todo un curso de toros en poco m¨¢s de dos horas; sin necesidad de llamativos triunfos de cart¨®n piedra. Un curso de verano en el que tambi¨¦n habr¨ªa tiempo para explicar a los que piensan que la fiesta de los toros es algo ajeno a Euskal Herria. La tarde en Azpeitia les habr¨ªa demostrado que es una tradici¨®n entroncada en las ra¨ªces de un pueblo espejo de virtudes vascas. Si no, que escuchen a los tendidos cantar a coro Isil-isilik, Maite y otras populares mientras los banderilleros se afanan en su trabajo. La cultura taurina de Azpeitia es la que necesita el Ministerio si quiere manejar los toros y no la que pretenden imponer los toreros protagonistas de la fiesta. Un curso de verano en la localidad guipuzcoana les vendr¨ªa bien.
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