El encanto ¨¢rabe de la Axarqu¨ªa
La comarca malague?a ofrece rutas para descubrir su pasado andalus¨ª y catar sus productos estrella: vino moscatel, aceite verdial y frutas tropicales
Hasta 1487, la comarca malague?a de la Axarqu¨ªa resisti¨® el avance de las tropas cristianas durante la Reconquista convirti¨¦ndose en uno de los ¨²ltimos territorios bajo la dominaci¨®n ¨¢rabe. Fruto de este pasado es su herencia arquitect¨®nica, vestigios del esplendor andalus¨ª que a¨²n se aprecian en muchos de los 31 municipios que componen la comarca. Para conocer su historia a trav¨¦s de su arquitectura se cre¨® la Ruta mud¨¦jar, t¨¦rmino que proviene de la voz mudayya y que se aplica a los hispanomusulmanes que, tras la conquista cristiana, permanecieron bajo el nuevo Estado castellano conservando su religi¨®n, lengua y organizaci¨®n jur¨ªdica.
Estas ra¨ªces ¨¢rabes de la Axarqu¨ªa se evidencian en los cinco peque?os pueblos de interior que recorre la ruta -Arenas, ?rchez, Salares, Sedella y Canillas de Aceituno-, salpicados de alminares y arcadas. Pueblos que, adem¨¢s, se encuentran en las faldas del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama. Durante los 40 kil¨®metros de ruta se puede visitar el castillo de Bentomiz en Arenas, fortificaci¨®n fundamental en la rebeli¨®n morisca de 1568 y que ofrece una de las mejores vistas panor¨¢micas de la comarca. Otros vestigios son los cuatro alminares ¨¢rabes adosados a iglesias cristianas que se conservan en Daimalos (Arenas), Corumbela (Sayalonga), ?rchez y Salares, estos ¨²ltimos declarados monumentos nacionales. Son construcciones realizadas entre los siglos X y XIV que serv¨ªan para llamar a los fieles a la oraci¨®n. Algunos de ellos fueron transformados para a?adirle alg¨²n campanario o s¨ªmbolo cristiano, pero otros se mantienen intactos.
En la zona se encuentran pueblos salpicados de alminares y arcadas
El trazado de las calles de Frigiliana conserva su herencia morisca
Un pasado andalus¨ª que tambi¨¦n sorprende en el trazado de las calles de muchos pueblos, como Frigiliana, famoso por su premiado casco hist¨®rico de herencia morisca. Calles estrechas, sinuosas y empinadas; pasadizos y adarves forman un entramado urbano de peque?as casas encaladas encaramadas unas sobre otras. A la entrada de Frigiliana recibe imponente El Ingenio, una casa solariega del siglo XVI, que alberga una de las pocas f¨¢bricas de miel de ca?a que existe en Europa, adem¨¢s de una almazara que a¨²n moltura con m¨¦todos artesanales. La Fuente Vieja, la Ermita de Ecce Homo, los Reales P¨®sitos o el Torre¨®n son algunos de los ejemplos de los monumentos que encontrar¨¢ en su paseo por Frigiliana.
Otra ruta a realizar, esta m¨¢s espirituosa, es la del vino y la pasa, que recorre los municipios de Total¨¢n, Comares, C¨²tar, El Borge, Alm¨¢char, Moclinejo y C¨®mpeta. El paseo atraviesa buena parte del interior ax¨¢rquico, conectando las costas del Rinc¨®n de la Victoria con la entrada a los Montes de M¨¢laga. El recorrido discurre por laderas en las que los cultivos de la vid rompen las normas de la f¨ªsica creciendo en desniveles imposibles. Salpicando el recorrido, los paseros, casas y cortijos completan una ruta ¨²nica en Europa gracias a una variedad de pasa reconocida mundialmente y al vino moscatel, un caldo dulce que cuenta con su propio museo en C¨®mpeta, donde el 15 de agosto se celebra la Noche del Vino. Tambi¨¦n la pasa tiene su fiesta en El Borge, el tercer domingo de septiembre. Junto a los frutos de la vid, la Axarqu¨ªa ofrece tambi¨¦n un aceite, el verdial, de sabor afrutado y que se produce en los parajes m¨¢s abruptos de la alta Axarqu¨ªa, en las almazaras de Periana, Mondr¨®n o Riogordo.
Otra ruta discurre por los campos de cultivos subtropicales en seis municipios: Rinc¨®n de la Victoria, Macharaviaya, V¨¦lez-M¨¢laga, Benamocarra, Iznate y Benamargosa. Mangos, papayas, chirimoyas y, sobre todo, aguacates -el 70% de la producci¨®n europea se da en la zona-, conviven en perfecta armon¨ªa con los tradicionales cultivos de la Axarqu¨ªa.
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