?Por qu¨¦ no reformar los mercados?
Algunas actividades que se atribuyen al 15-M han promovido ya discusi¨®n en los medios pol¨ªticos y period¨ªsticos, en los que se habla como si indignados en este pa¨ªs estuvieran solo los j¨®venes que han hecho acampadas en las plazas p¨²blicas y se manifestaron ante edificios oficiales.
Pero el problema es bastante m¨¢s grave: aunque todav¨ªa no se manifiesta en la calle, la indignaci¨®n est¨¢ igualmente viva en gran parte de los afiliados de los partidos pol¨ªticos existentes, personas que han votado, que no acaban de entender la pol¨ªtica que hacen sus dirigentes, pero que han perdido confianza en ellos aunque se resisten a romper con los partidos que han guiado desde siempre su vida. Y la raz¨®n es l¨®gica: la crisis y la pol¨ªtica que la UE est¨¢ imponiendo a los Gobiernos elegidos que, por ejemplo en Espa?a, se empe?a en que los trabajadores y las clases medias acepten unas condiciones tan indignas de vida, que ni el franquismo pudo perpetuar.
Hay que transformar el sistema financiero en un servicio p¨²blico a cargo de los Estados
La pol¨ªtica de la UE es exactamente la contraria de la que hace falta para crear empleo
Todo empieza con la pol¨ªtica de intentar resolver la crisis ara?ando en los recursos de los trabajadores y las clases medias y las arcas semivac¨ªas de los Estados, las cantidades necesarias para reponer las deudas de los bancos contra¨ªdas por la irresponsabilidad y la falta de sus ejecutivos, que ellos s¨ª nadan en la riqueza.
De golpe, el porvenir que se ofrece a los ciudadanos es la liquidaci¨®n del Estado de bienestar, la sanidad p¨²blica gratuita, la educaci¨®n p¨²blica, las pensiones, el derecho al descanso. Es decir la vuelta a las condiciones de vida del siglo XIX anulando el progreso alcanzado en m¨¢s de 100 a?os de lucha y que han sido la base de la democracia moderna.
Y por el momento, un desempleo brutal que afecta ya gravemente tambi¨¦n a aquellos que a¨²n tienen un trabajo que conservar cediendo a las exigencias de los empresarios; la puesta en cuesti¨®n de progresos como la negociaci¨®n colectiva, la reducci¨®n de salarios; la precariedad de los empleos; la disminuci¨®n del sueldo de los funcionarios y la reducci¨®n de su n¨²mero; y los desahucios; la falta de cr¨¦dito para las empresas, etc¨¦tera.
Todo esto es la causa de que la indignaci¨®n cunda incluso dentro de los partidos que se disputan el poder y hace que el 15-M no sea m¨¢s que la superficie de un oculto iceberg, que puede hacerse insostenible.
El caso es que llevamos un tiempo largo aplicando esa pol¨ªtica y que la situaci¨®n empeora cada d¨ªa m¨¢s; que se nos amenaza cada d¨ªa con m¨¢s austeridad, m¨¢s recortes, m¨¢s sacrificios, por Gobiernos que se han puesto a disposici¨®n de los mercados, vale decir, del capital financiero, los mismos que deber¨ªan estar purgando sus castigoscomo responsables de la crisis.Figuras importantes de la ciencia econ¨®mica est¨¢n ya lanzando advertencias.
Jos¨¦ Borrell, pol¨ªtico y economista espa?ol, desde su Observatorio del Instituto de Estudios Europeos de Florencia escrib¨ªa en El Siglo: "Pero los planes de rigor impuestos por los mercados financieros y los otros pa¨ªses del euro a los Estados con fuertes d¨¦ficits y endeudamiento p¨²blico est¨¢n provocando una contestaci¨®n social cada vez mayor... y porque no dan los resultados que de ellos se esperaban, los d¨¦ficits no se reducen y el ratio de endeudamiento con respecto al PIB aumenta porque esas medidas han acabado de matar el crecimiento".
Muchos comentaristas, economistas y pol¨ªticos, est¨¢n llamando la atenci¨®n sobre el peligro de las pol¨ªticas que los "mercados" est¨¢n imponiendo a Europa y advierten que va a ser imposible que obtengan resultados. Los bancos est¨¢n pidiendo lo imposible.
En nuestro pa¨ªs las reformas y ajustes que nos ha impuesto Europa han sido un fracaso, aunque otra cosa digan los dirigentes pol¨ªticos. Todas las medidas tomadas disminuyendo los ingresos de los ciudadanos no han disminuido el paro. El "¨¦xito" que se adjudica el Gobierno y se ha convertido en su objetivo fundamental es que todav¨ªa no nos hayan "rescatado". Pero ?a qu¨¦ precio! Y la marcha de la crisis, su agravaci¨®n en otros pa¨ªses europeos, ?hasta cu¨¢ndo va a evitar nuestro rescate?
No hace falta ser un experto en la materia para saber que la pol¨ªtica de la UE y los mercados es exactamente la contraria de lo que hace falta para crear empleo, porque reduce con medidas brutales la capacidad de los ciudadanos de activar la demanda. Mientras los ciudadanos pierdan cada d¨ªa capacidad de compra, las empresas no tendr¨¢n posibilidad de aumentar la producci¨®n y no contratar¨¢n m¨¢s personal por muy barato que sea el precio de la mano de obra. ?Elemental! Cuando hacen falta medidas keynesianas se hace exactamente lo contrario, se alarga la crisis, que se hace insoportable para muchas gentes.
A la larga resultar¨ªa imposible conservar el Estado democr¨¢tico y realizar una pol¨ªtica que los pueblos de Europa no puedan soportar. El enfrentamiento entre los pueblos y los poderes p¨²blicos ser¨¢ inevitable y los Gobiernos de derecha encontrar¨¢n as¨ª justificaci¨®n para reducir las libertades p¨²blicas y reforzar el car¨¢cter represivo del Estado.
La aparici¨®n de un movimiento como el 15-M es un s¨ªntoma serio. La gente empieza a perder ya la confianza en los partidos democr¨¢ticos tradicionales, que se han rendido ante los mercados. El 15-M es solo un comienzo. Si esta situaci¨®n que agrava, la pobreza se prolonga un a?o o dos, en unos cuantos pa¨ªses europeos la batalla se plantear¨¢ en las calles. Y puede terminar en amplios alzamientos populares que podr¨ªan convertirse en aut¨¦nticos movimientos revolucionarios. ?Por qu¨¦ no har¨ªan los pueblos europeos lo que han hecho los ¨¢rabes? M¨¢xime cuanto han conocido una vida mejor que lograron luchando.
En el fondo este asunto se est¨¢ convirtiendo en un grave conflicto entre los "mercados" y la sociedad internacional, aunque sean los pol¨ªticos -Gobiernos y Parlamentos- los que visualmente est¨¢n coloc¨¢ndose frente a sus pueblos que se niegan a ser los paganos ¨²nicos de una crisis que ellos no causaron.
Hasta aqu¨ª sobre todo en los dos ¨²ltimos decenios, los "mercados" han actuado como un oscuro poder mundial, que decide el destino de todo. Es verdad que poseen la llave del cr¨¦dito y tener esa llave en una sociedad en que todo marcha a cr¨¦dito, supone demasiado poder tanto como para poner a Gobiernos y Parlamentos a sus pies.
Se ha creado la ficci¨®n de que los mercados son ellos mismos el sistema capitalista. Pero esto es falso. El capitalismo puede subsistir en la econom¨ªa productiva, en la industria, la agricultura, el comercio, los servicios, desapareciendo los "mercados". La transformaci¨®n del sistema financiero -los "mercados"- en un servicio p¨²blico, a cargo de los Estados y en el plano global de los organismos adecuados, bajo el control de la comunidad internacional, asegurar¨ªa el cr¨¦dito, sin su acompa?amiento actual, la especulaci¨®n. El sector productivo es el que crea la riqueza real.
Yo llegu¨¦ a pensar que cuando, al principio de la crisis, pol¨ªticos como Sarkozy hablaban de "refundar" el capitalismo se refer¨ªan a una reforma de esta naturaleza.
Sin duda es una reforma dif¨ªcil, porque tendr¨ªa que hacerse de manera global. Un pa¨ªs solo, ni dos, ni tres, no podr¨ªan hacerlo porque el dinero emigra a otros sitios a la velocidad de la luz.
Pero lo que est¨¢ sucediendo con los "mercados" y la crisis es demasiado serio. Estamos avanzando a pasos r¨¢pidos hacia una situaci¨®n en que el viejo mundo pol¨ªtico, los partidos, se alejan de sus pueblos que les consideran vendidos y en que puede surgir una crisis pol¨ªtica social que barra todo lo viejo. El capitalismo es cada vez m¨¢s un disparate, como dice un amigo m¨ªo que se proclama conservador de todo lo que merece la pena conservar.
Quiero creer que en este planeta todav¨ªa quedan figuras pol¨ªticas, intelectuales, cient¨ªficas de izquierda, incluso de derecha, con talento, coraje y suficiente independencia para elevarse sobre la estulticia y coger el toro por los cuernos.
El capitalismo podr¨ªa provocar grandes cat¨¢strofes si no se reforma. Hoy, esa es la cuesti¨®n.
Santiago Carrillo fue secretario general del PCE y es comentarista pol¨ªtico.
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