De la mochila de Garitano
Al poco de llover Bildu -pues, seg¨²n parece, nadie ha tenido nada que ver ni nadie sabe c¨®mo ha sido pese a los m¨¢s de 300.000 votos-, y tras el consiguiente traspaso de poderes, el ya diputado general de Guip¨²zcoa, Martin Garitano, concedi¨® una serie de entrevistas. Al ser preguntado acerca de los asesinados por ETA, afirmaba: "Utilizar el se?uelo del sufrimiento es muy poco ¨¦tico". Con todo, la semana pasada recib¨ªa a una delegaci¨®n de Segi para mostrarles su apoyo y despu¨¦s de reunirse con sus miembros emit¨ªa una nota en la que pod¨ªan leerse sus valoraciones sobre "el sufrimiento que han padecido y contin¨²an padeciendo". Y esta misma semana, en los actos de celebraci¨®n del D¨ªa de Guip¨²zcoa, tras acercarse a departir y reconfortar a los familiares de los presos de ETA all¨ª congregados, siendo acogido entre aplausos, irrintzis, aupas y vivas, y tras el desplante a la lehendakari en funciones, Isabel Cela¨¢, al preferir el solaz de una cercana terraza veraniega a la celebraci¨®n de la misa oficial en la Bas¨ªlica de Loyola, se dirig¨ªa a los medios para hablar de que "todav¨ªa existe mucho sufrimiento" por lo que hace a los presos y sus familiares. Por lo que se ve, el sufrimiento ya no es ni tan se?uelo ni tan poco ¨¦tico. ?O s¨ª? Depende. El otrora redactor jefe de Egin y subdirector de Gara es, qu¨¦ duda cabe, un experto en el arte de la evaluaci¨®n asim¨¦trica del sufrimiento.
"Es fr¨ªvolo intentar reducir el sufrimiento que hemos padecido en este pa¨ªs a los atentados de ETA. No vale tomar la parte por el todo", dec¨ªa en una de esas primeras entrevistas. En rom¨¢n paladino: si todos sufren, nadie sufre. Al diputado no parece que le guste la metonimia, ya saben, ese tomar la parte por el todo; sin embargo, en su diario quehacer pol¨ªtico, pese a que porta el bast¨®n de mando y lleva la venera de Guip¨²zcoa prendida en su pecho que le se?alan como representante de todos los guipuzcoanos, se muestra, como hemos visto, como un consumado meton¨ªmico.
Y a?ade: "Cada uno lleva su mochila. El sufrimiento no se puede cuantificar". La mochila de Garitano me devuelve a un pasaje de la novela de Gabriel V¨¢squez El ruido de las cosas al caer. Dos conocidos se colocan sus aud¨ªfonos para escuchar diferentes grabaciones. Mientras uno escucha el Nocturno del poeta Jos¨¦ Asunci¨®n Silva, el otro escucha la grabaci¨®n de la caja negra del avi¨®n en que pereci¨® su esposa y rompe a llorar: "Yo no sab¨ªa si mirar o no a Laverde, si dejarlo solo con su pena o ir y preguntarle qu¨¦ le ocurr¨ªa. Y recuerdo haber preferido la seguridad y el silencio de mi grabaci¨®n, donde la melancol¨ªa del poema de Silva me entristec¨ªa sin arriesgarme. Pens¨¦ que la tristeza de Laverde estaba llena de riesgos, tuve miedo de lo que esa tristeza conten¨ªa". Ah¨ª est¨¢ la diferencia, diputado. En el contenido de las grabaciones y de las mochilas. No todos los sufrimientos son iguales.
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