"James Bond es un h¨¦roe con debilidades"
El popular autor de best sellers de novela criminal Jeffery Deaver amaneci¨® una ma?ana de 2008 con un reto dif¨ªcil de rechazar: resucitar a James Bond. El seductor e inquebrantable agente del servicio secreto brit¨¢nico, con debilidad por el alcohol, las mujeres, los trajes elegantes, los coches deportivos, y un inexpugnable sentido del deber, era "un caramelo demasiado apetitoso para dejarlo escapar" y as¨ª naci¨® Carta Blanca, un t¨ªtulo que llega despu¨¦s de una d¨¦cada sin que una nueva aventura de 007 se asomara a las librer¨ªas.
El superagente James Bond, creado por el brit¨¢nico Ian Fleming en los cincuenta, es un mito literario que adem¨¢s multiplic¨® su fuerza con su salto a la gran pantalla desde principios de los sesenta. Y pese a la muerte de su autor en 1966, el agente 007 nunca lleg¨® a morir. En una cultura tan entregada a la comercialidad, habr¨ªa sido un error imperdonable matar a uno de los esp¨ªas m¨¢s rentables de la historia. De hecho, los herederos de Fleming parece que tuvieron claro que con millones de adictos a la intensa existencia de este esp¨ªa guapo, sarc¨¢stico, algo arrogante y siempre invencible, hab¨ªa que seguir explotando una marca que s¨®lo en el cine ha generado m¨¢s de 11.000 millones de d¨®lares. Los datos son m¨¢s confusos respecto a los libros pero baste decir que la saga que arranc¨® con el primer libro de Fleming, Casino Royale, en 1953, cuenta con cincuenta t¨ªtulos, la mayor¨ªa best sellers, de los cuales, s¨®lo 22 son de su creador original. El resto los han firmado dos autores de prestigio en el ¨¢mbito de la novela de acci¨®n: John Gardner, que escribi¨® diecis¨¦is de ellos, adem¨¢s de tres novelizaciones de las pel¨ªculas y relatos breves, y Raymond Benson, que en total firm¨® nueve t¨ªtulos. Benson, bastante criticado por ponerle demasiada "cosecha propia" al original, abandon¨® al superagente en 2002 para dedicarse a escribir sus propios libros y, desde entonces, los amantes de Bond s¨®lo han podido alimentarse con los productos "made in Hollywood", aunque en 2004 se cre¨® una exitosa serie de libros para ni?os, escritos por Charlie Higson, con las aventuras de un Bond de apenas trece a?os.
Trat¨¢ndose de un personaje con semejante peso comercial y de influencia en la cultura popular, es l¨®gico que Jeffery Deaver se tomara el encargo de los herederos de Fleming como un reto y un regalo y s¨®lo pusiera una condici¨®n para aceptar: poder situar a James Bond al siglo XXI. Gracias a eso el Bond de Carta Blanca aparece visiblemente rejuvenecido -su fecha de nacimiento es 1980 en lugar de 1922- y se enfrenta a un enemigo oscuro y retorcido en un mundo marcado por el miedo al terrorismo posterior al 11-S, la obsesi¨®n por la seguridad, el calentamiento global y c¨®mo salvar a ?frica del hambre, entre los muchos temas en los que se contextualiza la nueva aventura.
El pasado junio, tras firmar unos ejemplares en una de las pocas librer¨ªas que quedan en Manhattan dedicadas a la novela de misterio, Deaver, que antes de ser escritor fue cantante folk, periodista y abogado, convers¨® con Babelia.
PREGUNTA. Usted ha escrito m¨¢s de veinte
thrillers, algunos muy celebrados como El coleccionista de huesos. ?C¨®mo ha sido meterse en la piel de un personaje tan marcado a priori por el peso de Fleming y por las expectativas de sus seguidores?
RESPUESTA. Creo que ten¨ªa diez a?os la primera vez que me le¨ª uno de sus libros. Y para m¨ª no s¨®lo era un personaje interesante desde el punto de vista literario. Tambi¨¦n me gustaba su estilo de vida. Crec¨ª en el Medio Oeste y en mi casa mis padres nunca iban de vacaciones por lo tanto yo tampoco. James Bond viajaba por el mundo, le gustaban los coches caros y las mujeres y yo me identificaba con todo eso. Es un personaje al que tengo mucho cari?o, por eso cuando recib¨ª la propuesta apenas lo dud¨¦.
P. Pero al tratarse de una "marca" tan establecida supongo que sinti¨® cierto v¨¦rtigo. No se puede defraudar a los seguidores de James Bond...
R. Me gustan los retos pero precisamente por el peso legendario del personaje s¨ª que me pareci¨® fundamental poderle situar en el presente. Era clave para poder acercar emocionalmente el personaje a los lectores de hoy. Si al lector le hablas de lo que ocurre a su alrededor cada d¨ªa, le resultar¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil conectar emocionalmente con los personajes, sufrir y disfrutar con ellos. Los lectores de 007 son de todas las edades y pens¨¦ que quiz¨¢s para los m¨¢s j¨®venes situar la acci¨®n en los a?os sesenta y ver a Bond llamando desde una cabina telef¨®nica en lugar que desde un m¨®vil crear¨ªa demasiada distancia emocional.
P. ?Nunca se plante¨® que quiz¨¢s James Bond es un personaje agotado?
R. James Bond es un h¨¦roe de acci¨®n con perfecta vigencia. Escribo para mis lectores y si pensara que la gente ya est¨¢ cansada del personaje nunca habr¨ªa aceptado. Es obvio que su manera de esquivar las balas no es realista, pero es que James Bond es un superh¨¦roe y por tanto hay cosas que son inevitables. Yo tengo claro que hay que trazar una l¨ªnea, una distinci¨®n entre literatura y entretenimiento. Graham Greene fue un maestro en ambas cosas. Mi obra entra claramente en la categor¨ªa de entretenimiento. Esto no es Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez o Isabel Allende, mis dos autores favoritos, cuyos libros te ayudan a entender un poco mejor la condici¨®n humana. Yo escribo entretenimiento, me gusta, y no me averg¨¹enzo de ello.
P. ?D¨®nde radica la fuerza del personaje de James Bond?
R. Es un h¨¦roe con debilidades: bebe demasiado, conduce demasiado deprisa, es un mujeriego, aunque hay que entender que ha tenido relaciones desafortunadas a lo largo de su vida. Pero la clave es que a pesar de sus debilidades, cuando se enfrenta a una misi¨®n nada le frena, nunca es moralmente ambiguo, tiene claro que tiene que ser "el bueno". Creo que en la literatura europea se tolera m¨¢s al h¨¦roe con ambig¨¹edades morales, mira los libros de Stig Larsson o Henning Mankell, sus personajes son m¨¢s oscuros aunque tambi¨¦n nos atraen, pero lo que convierte a James Bond en un h¨¦roe globalmente universal es que es el caballero que lucha contra el drag¨®n. Hay una continuidad en su sentido del deber y en su idea de llevar su misi¨®n hasta el final. Y eso es lo que he tomado de los originales de Fleming.
P. ?C¨®mo cre¨® a su James Bond?
R. Me rele¨ª todos los libros, pero prescind¨ª de las continuaciones y las pel¨ªculas para quedarme con la esencia de su creador original. Quer¨ªa tener un solo Bond en la cabeza. Despu¨¦s escrib¨ª una larga biograf¨ªa bas¨¢ndome en ellos y a continuaci¨®n constru¨ª la trama. Pas¨¦ meses preparando el argumento antes de sentarme a escribir. Y aunque lo he situado en el presente he tratado de mantener paralelismos con el original: sigue siendo un hu¨¦rfano, conduce un Bentley, trabaja para una rama del servicio secreto brit¨¢nico, utiliza m¨²ltiples gadgets (englobados en una especie de iPhone)... De lo que s¨ª he prescindido es del lenguaje condescendiente hacia las mujeres.
P. A Fleming se le acus¨® de mis¨®gino...
R. Yo no creo que lo fuera. Simplemente pertenec¨ªa a otra era y su lenguaje hacia las mujeres como: "Querida, una mujer no puede entender ciertas cosas", es producto de su ¨¦poca, como lo es el lenguaje de una serie como Mad Men, situada entre finales de los cincuenta y principios de los sesenta. Pero las mujeres de Fleming son asesinos inteligent¨ªsimos y superagentes virtuosas capaces de mantener conversaciones brillantes. Eso no es misoginia.
P. La acci¨®n transcurre en Dubai, Serbia y Sud¨¢frica en un mundo post 11-S obsesionado con el terrorismo isl¨¢mico. Sin embargo, usted no ha escogido a un terrorista isl¨¢mico como "malo" del libro, ?por qu¨¦?
R. Mi objetivo siempre es encontrar un enemigo cre¨ªble que sea ¨²nico o al menos sorprendente o extra?o. Para m¨ª los terroristas no son atractivos intelectualmente porque son como cat¨¢strofes naturales, no puedes razonar con ellos. Tampoco me interesan los psic¨®patas puros. Me fascinan los villanos de los que puedas pensar "uf, esto es demasiado retorcido, nunca cre¨ª que existiera alguien as¨ª". Por eso al villano de este libro le preocupa el calentamiento global y el reciclaje, pero le atrae la vejez, la decadencia quiz¨¢s incluso la necrofilia y, encima, tiene muchos paralelismos biogr¨¢ficos con nuestro h¨¦roe.
P. ?Por qu¨¦ se hizo escritor?
R. Siempre quise serlo, aunque antes prob¨¦ otras cosas. Lo que ten¨ªa claro es que no quer¨ªa ser un artista pobre, siempre quise tener el confort de pagar mis facturas, viajar y comer en buenos restaurantes.
P. Como James Bond...
R. Tenemos algunas cosas en com¨²n. Tengo un buen coche, solo uno, no es un Ferrari pero es un Porche. Me encanta conducir. Me gustan los trajes buenos porque sientan muy bien, pero son de 800 d¨®lares, no de 5.000 como los suyos. Y tengo un buen reloj, pero lo llevo desde hace a?os. No quiero vivir una vida de lujos, pero quiero tener la libertad de poder sentarme a escribir libros que le gusten a mis fans sin pasar penurias econ¨®micas.
Carta Blanca. Jeffery Deaver. Traducci¨®n de Eduardo Garc¨ªa Murillo. Umbriel. Madrid, 2011. 512 p¨¢ginas. 20 euros.
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