El profeta, condenado
Warren Jeffs, l¨ªder de una secta mormona, adoctrinaba a menores para que entregaran su virginidad a sus seguidores, muchos ancianos
Si se dirige contra las religiones impopulares vuestro celo persecutorio, ?d¨®nde acabar¨¢?" Esa pregunta, formulada el mi¨¦rcoles por el l¨ªder de la mayor iglesia fundamentalista mormona del mundo, Warren Jeffs, no iba destinada a la jueza que presid¨ªa el juicio sobre su caso en Tejas, ni al jurado, compuesto por 10 mujeres y 2 hombres, que le consider¨® culpable el jueves. Era una pregunta lanzada a la sociedad norteamericana en general, apelando a la libertad religiosa en defensa propia. Tras efectuarla, mirando al infinito, Jeffs, de 55 a?os, junt¨® las palmas de las manos y or¨®. Acababa de ese modo una larga diatriba que, supuestamente, Dios le hab¨ªa encargado que transmitiera al jurado, en una revelaci¨®n. Fue una apasionada defensa de la libertad de culto, garantizada por la Constituci¨®n norteamericana, y de la capacidad de decidir a qu¨¦ principios condicionar la propia salvaci¨®n del alma.
En el juicio mostr¨® una supuesta revelaci¨®n del Creador que advert¨ªa a la jueza: "Deja a mi sirviente en libertad"
La cinta en la que se le o¨ªa violar a una ni?a de 12 a?os acab¨® con las sonrisas del jurado ante sus extravagancias
Aun as¨ª, fue declarado culpable por el jurado y la juez podr¨ªa imponerle una condena de hasta 119 a?os en prisi¨®n. No se le procesaba por su religi¨®n, sino por sus onerosos actos. El credo de Jeffs, que dice ser el ¨²ltimo profeta de su dios en la tierra, es violar a ni?as de entre 12 y 16 a?os en p¨²blico. Su dios, con el que habla frecuentemente, le dice que para que un hombre entre en el cielo tiene que convivir con tres o m¨¢s mujeres. ?l debe de tener el para¨ªso garantizado, pues tiene m¨¢s de 90, la mayor¨ªa sus madrastras, con las que se cas¨® al morir su padre, Rulon Jeffs, el anterior profeta de la llamada Iglesia fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los ?ltimos D¨ªas. Con largos sermones y una crueldad sin l¨ªmite, adoctrinaba a las ni?as para que entregaran su virginidad con docilidad, pues su destino "es ser pose¨ªdas desde edad temprana". ?l decid¨ªa con qui¨¦n se casaban y las un¨ªa a sus secuaces, la mayor¨ªa ancianos. Para que existiera entre su Iglesia, con la que comulgan 10.000 fieles, una alta proporci¨®n de mujeres respecto a hombres, separaba a los ni?os varones de sus familias y los dejaba abandonados en carreteras, desiertos y cunetas. "Porque los ha pervertido el diablo", se justificaba.
Jeffs quer¨ªa ser el Mois¨¦s moderno de un pueblo al que guiaba en una traves¨ªa a trav¨¦s del desierto moral de la decadencia de Occidente. Dice que su fe es la mormona original, aunque los mormones renunciaron a la poligamia en 1890. En 2002 oblig¨® a su reba?o a malvender sus posesiones en Salt Lake City (Utah) para mudarse a Short Creek, un polvoriento poblacho en la frontera con Arizona que dominaba con pu?o de hierro. Como en un para¨ªso comunista, en apariencia all¨ª nadie pose¨ªa nada, todo era del pueblo. Tras esa fachada hab¨ªa una dictadura. Una cooperativa llamada Plan de Esfuerzos Unidos era due?a de todas las propiedades y recursos, y el ¨²nico que controlaba esa sociedad era el propio Jeffs. Ante ¨¦l respond¨ªan el sheriff y sus agentes y al buz¨®n de su casa llegaban a diario sobres con dinero dentro, que eran m¨¢s un diezmo que una limosna.
En 2004, huyendo de las autoridades, Jeffs viaj¨® por Am¨¦rica, imitando a Jesucristo cuando se expuso a la tentaci¨®n de Sat¨¢n en el desierto. Se detuvo en Nueva Orleans y conden¨® a la ciudad por su depravaci¨®n. Semanas despu¨¦s la arrasaba el hurac¨¢n Katrina. Aquello envalenton¨® al profeta. ?Qu¨¦ mayor signo divino de que ¨¦l era la voz de Dios en la tierra y de que el final estaba cerca? Jeffs pidi¨® a Dios que erradicara a toda la humanidad, menos a su reba?o, y mand¨® erigir un templo en un rancho que ten¨ªa en Eldorado, Tejas. All¨ª llev¨® a los m¨¢s puros de sus seguidores: algunos ancianos y muchas ni?as. En un templo gigantesco, pintado de blanco, consumaban ¨¦l y sus c¨®mplices los matrimonios con las menores.
En 2008, ante una llamada de socorro falsa que dec¨ªa provenir de dentro del rancho, la polic¨ªa entr¨® en aquel recinto y lo que vio le sirvi¨® para llevarse de all¨ª a 436 menores, la mayor¨ªa v¨ªctimas de esa red que practicaba la violaci¨®n, incesto y poligamia; algunas de ellas embarazadas. El profeta llevaba toda la vida adoctrin¨¢ndolas. Les hab¨ªa advertido: "Alg¨²n d¨ªa llegar¨¢n los diablos y os intentar¨¢n llevar". Las im¨¢genes dieron la vuelta al mundo, ni?as con atuendos del siglo XIX, separadas de sus madres. A las pocas semanas ser¨ªan devueltas a sus familias, despu¨¦s de que los fiscales obtuvieran sus testimonios y pruebas de ADN. Un gran jurado acept¨® los cargos que la fiscal¨ªa present¨® contra Jeffs y otros siete hombres por agredir sexualmente a ni?as. Todos, incluido el profeta, han sido declarados culpables.
Cuando los polic¨ªas de Tejas entraron en aquel rancho de depravaci¨®n, el profeta estaba ya en prisi¨®n. Hab¨ªa sido arrestado en 2006 cerca de Las Vegas. Su nombre y su foto estaban en la lista de los criminales m¨¢s buscados por el FBI, por orquestar la violaci¨®n de Elissa Wall, de 14 a?os. Fue juzgado y condenado en Utah, pero el juicio fue declarado nulo por un error de procedimiento del juez. El a?o pasado fue extraditado a Tejas, donde ha sido juzgado ahora por la violaci¨®n de dos ni?as de 12 y 14 a?os. Para ¨¦l, l¨ªder de una religi¨®n pol¨ªgama y machista, donde las mujeres solo pueden ser salvadas del infierno a trav¨¦s de sus maridos, fue una gran humillaci¨®n que presidiera su caso una mujer, la jueza Barbara Walther.
En el circo de su juicio, Jeffs hizo todo lo imaginable: despidi¨® a sus abogados horas antes de que comenzaran las vistas orales para representarse a s¨ª mismo; se neg¨® a responder a la jueza; dio sermones cuando le correspond¨ªa defenderse; llam¨® a declarar a uno de los sacerdotes de su Iglesia, que ley¨® pasajes del libro del Morm¨®n; pidi¨® que se desestimaran los cargos contra ¨¦l, con un documento en el que presentaba como prueba una supuesta revelaci¨®n que le hab¨ªa entregado el Creador, en el que advert¨ªa a la jueza: "Yo te recuso de este caso... Ahora firma una orden para recusarte; permite que pare este proceso... Deja a mi sirviente en libertad". Dios tuvo adem¨¢s el detalle de decirle a Jeffs: "Comun¨ªcale a Barbara Walther que se humille al saber que le he enviado una enfermedad atroz que la matar¨¢ pronto. Ha perdido el respeto de los suyos".
Hubieran sido nada m¨¢s que los delirios de un lun¨¢tico si no fuera porque Jeffs, era el hijo favorito de un profeta y hered¨® su condici¨®n de dictador en una teocracia oculta en el oeste americano. La media sonrisa, provocada por las extravagancias de Jeffs en los miembros del jurado (casi todos mujeres), se borr¨® el mi¨¦rcoles, cuando los fiscales reprodujeron en la sala una cinta de audio de 21 minutos, grabada por ¨¦l mismo, en la que se le o¨ªa violar a una ni?a de 12 a?os. En ella se le escuchaba decir entre gemidos: "Una buena mujer est¨¢ preparada para acoger a su marido, y sigue el esp¨ªritu de la paz". Cuando acab¨®, cumplida su misi¨®n, a?adi¨®: "En el nombre de Jesucristo. Am¨¦n". Al d¨ªa siguiente, el jurado tard¨® s¨®lo tres horas en declararle culpable. -
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