EE UU: miedo a la recesi¨®n
La primera econom¨ªa mundial frena en seco su ritmo de crecimiento
Les llaman los jitters (inestables). Son los inversores que hacen temblar Wall Street, lo que tampoco es dif¨ªcil a la vista de los ¨²ltimos datos. Y es que el intenso debate sobre el techo de la deuda nubl¨® un problema a¨²n mayor: la econom¨ªa de EE UU est¨¢ en una fase de crecimiento an¨¦mico que se siente como una recesi¨®n, y eso est¨¢ activando las alarmas.
?Se trata de un crecimiento d¨¦bil o de una segunda contracci¨®n? Hay varios elementos que ayudan a entender el dif¨ªcil momento por el que atraviesa la mayor potencia del planeta. Una econom¨ªa enferma que a¨²n necesita el tratamiento adecuado para poder sostenerse. Como dicen en el parqu¨¦, se habr¨¢ evitado el impago, pero la tirita no es la cura.
La Casa Blanca y la Reserva Federal hablan de un bache "transitorio"
Los consumidores prefieren ahorrar; por ello, el consumo ha empezado a caer
Las estad¨ªsticas, como indican desde Wells Fargo, son "horribles". Sus analistas critican a los pol¨ªticos de Washington por, en lugar de hacer su trabajo, dedicarse a "ofrecer una falsa historia al p¨²blico" con el cataclismo de la deuda. Pero en Wall Street no se dejan llevar por el drama del Capitolio, y la curva en los bonos ya anticipa la temida palabra que empieza con R.
Son pocos los que la usan, mientras la Casa Blanca y la Reserva Federal insisten en que es un bache "transitorio" y que de reca¨ªda, nada de nada. Lo que nadie oculta es que la econom¨ªa de Estados Unidos par¨® de crecer casi en seco, aunque se mantenga sobre los ra¨ªles. Y algunos analistas creen que el plan de austeridad fiscal hace m¨¢s probable la recesi¨®n y ata de manos a la Reserva Federal.
No ser¨¢ este a?o, pero la firma Strategas Research Partners habla de un 35% de posibilidades de recesi¨®n en 2012 y de un 60% en 2013. Estos son, en s¨ªntesis, los elementos en los que se fijan en Wall Street para tomar el pulso a tan delicado paciente:
Crecimiento. Si el PIB fuera el ¨²nico referente, la doble reca¨ªda es casi una realidad. En el primer trimestre, la expansi¨®n avanz¨® a una tasa anualizada del 0,4%, lo que es como decir estancamiento. En el segundo, la primera lectura fue del 1,3%, menos de la mitad del crecimiento potencial. Se necesitar¨ªa crecer al 5% para que la mejora en el empleo y el d¨¦ficit se noten.
Como se?alan desde Goldman Sachs, el rendimiento de la econom¨ªa es "decepcionante". Y se fijan en la actividad industrial, que se acerca a la l¨ªnea que separa la contracci¨®n de la expansi¨®n. Para JP Morgan, la previsi¨®n es que en el tercer trimestre EE UU no crecer¨¢ m¨¢s de un 1,5%, un punto menos de lo que anticipaba.
Empleo. Hay 25,1 millones de estadounidense para los que la recesi¨®n no ha terminado. Son en concreto 13,9 millones de parados (el 44,4%, de larga duraci¨®n), 8,4 millones de empleados obligados a trabajar a tiempo parcial y 2,8 millones que en la situaci¨®n actual ni se molestan en buscar trabajo. En julio, la tasa de paro se situ¨® en el 9,1% y lleva 30 meses por encima del 8%.
Los modelos de los bancos de inversi¨®n parten de una base: si el incremento del paro es superior a tres d¨¦cimas durante un trimestre, es muy probable que la econom¨ªa se contraiga en un plazo m¨¢ximo de seis meses. Reflejo de una espiral negativa, alimentada por el estancamiento en los salarios, la debilidad del consumo y la baja contrataci¨®n. En marzo estaba en el 8,9%.
Consumo. El paro crea un problema: recorta el gasto privado, lo que en ¨²ltima instancia afecta al PIB. Los estadounidenses prefieren ahorrar, lo que provoc¨® que el consumo cayera en junio por primera vez desde septiembre de 2009. El precio de la gasolina se moder¨®, y con ¨¦l la inflaci¨®n. Pero los salarios est¨¢n empantanados, como la econom¨ªa.
Vivienda. El consumo no cobrar¨¢ fuerza hasta que se estabilice la vivienda. Y las cosas han ido a peor en los ¨²ltimos dos meses. Los precios est¨¢n a nivel de 2002 y no tocan fondo tras cuatro a?os de desplome. En zonas de Arizona, California, Florida y Nevada, o ciudades como Detroit, los precios cayeron un 50%. Hay 11 millones de propietarios (28,4%) con hipotecas superiores al precio de sus propiedades. En este contexto, los bancos prefieren dejar las casas embargadas fuera del mercado, con lo que se acumulan dos millones de inmuebles en la sombra. Por eso la vivienda es el principal lastre para la recuperaci¨®n. Para dar dimensi¨®n al desplome, el valor de las propiedades inmobiliarias de las familias cay¨® de 13,5 billones de d¨®lares en 2006 a 5,3 billones en 2009, seg¨²n la Reserva Federal.
Hay un v¨ªnculo directo entre vivienda y paro que alimenta la espiral. Cada vez m¨¢s personas mayores de 65 a?os siguen trabajando porque sus viviendas perdieron valor. Eso significa que los j¨®venes se quedan sin acceso a unos empleos bien remunerados y no pueden comprar una vivienda.
Cr¨¦dito. Muchos propietarios que quieren vender no lo hacen porque no puede ir al banco con menos dinero del que deben. La vivienda no es solo una fuente de liquidez en la jubilaci¨®n; tambi¨¦n se utiliza para pagar estudios o el coche. Y ahora los bancos miran m¨¢s al revisar hipotecas o conceder pr¨¦stamos a particulares o empresas como menos de 100 empleados.
Empresas. La temporada de resultados trimestrales fue decente, con el 72% de las compa?¨ªas del S&P 500 anot¨¢ndose beneficios por encima de las previsiones. Pero ello se debe al incremento de la productividad y a la mejora de las operaciones en el extranjero. No se animan a contratar en casa y no lo har¨¢n hasta que les convenza la demanda interna.
Gobierno. La lucha pol¨ªtica por el incremento del techo de la deuda cre¨® desconfianza. El paquete acordado contempla recortes por valor de 2,1 billones de d¨®lares en una d¨¦cada. El efecto econ¨®mico a corto plazo se espera, sin embargo, limitado. Reducir¨¢ el gasto p¨²blico en un 0,2% del PIB en 2012, seg¨²n Goldman Sachs. El ajuste se notar¨¢ m¨¢s en 2013.
Lo que es m¨¢s preocupante es que la disputa diezm¨® cualquier posibilidad de un nuevo programa de est¨ªmulos al crecimiento y al empleo. Y ahora el recorte del d¨¦ficit mete a EE UU en una situaci¨®n que recuerda a la de Grecia, Reino Unido y Jap¨®n. Por no dejar de mencionar el impacto que eso tendr¨¢ en el empleo p¨²blico. UBS espera 450.000 despidos este a?o y el que viene.
Inflaci¨®n. Es el mayor impuesto que se le puede aplicar al consumo en un momento de debilidad econ¨®mica. El precio de la ropa, por ejemplo, subi¨® un 20% este verano. Tambi¨¦n se paga m¨¢s por la carne, la leche, el az¨²car o productos a base de cereales, por no mencionar el caf¨¦. El precio de la gasolina se ha moderado, pero sigue a niveles altos para la media.
Mercados. Las ventas est¨¢n siendo indiscriminadas. El lunes, el Dow Jones pas¨® en 30 minutos de ganar un 1% por el fin de la pelea por la deuda a dejarse m¨¢s de medio punto porcentual, una correcci¨®n que se ha visto una decena de veces desde 1985. El S&P 500 y el Nasdaq perdieron entre tanto las ganancias de 2011. Como resultado, la cesta de inversi¨®n de las familias sufre. Y ahora el ansiado repunte se aplaza al menos un a?o. Lejos quedan los brotes verdes de 2009.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.