La herencia de la duquesa
Inventario del patrimonio donado por Cayetana Fitz-James a sus hijos para vencer la oposici¨®n a su tercera boda - El palacio de Las Due?as ser¨¢ para su nieto Fernando
A comienzos de julio, antes de que las vacaciones desperdigasen a la familia, Cayetana de Alba cit¨® a sus hijos en el despacho del notario madrile?o Luis N¨²?ez. Semanas despu¨¦s se supo por qu¨¦ a trav¨¦s de una nota de la agencia Europa Press: la duquesa hab¨ªa decidido donar en vida parte de su fortuna personal. A los 85 a?os, Cayetana Fitz-James Stuart, la tercera mujer en dirigir la Casa de Alba en sus 539 a?os de historia, la arist¨®crata con tantos t¨ªtulos que cabe la duda de si podr¨ªa recitarlos de corrido, hab¨ªa decidido zanjar una de las cuestiones m¨¢s peliagudas de cualquier familia, repartan yates o lentejas. ?A qui¨¦n le doy qu¨¦?
A Fernando Fitz-James Stuart y Sol¨ªs (Madrid, 1990), nieto de la duquesa y primog¨¦nito del actual heredero de la Casa de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, le correspondi¨® el palacio de Las Due?as, en Sevilla. El joven, de 21 a?os, ser¨¢ propietario de un palacio que encandil¨® al ni?o con memoria de poeta Antonio Machado y al escritor con imaginaci¨®n de ni?o Italo Calvino por su superposici¨®n de patios, estilos y edificios del siglo XVI. Ubicado en el centro hist¨®rico de Sevilla, ante Las Due?as se repite cada a?o un rito m¨¢gico de la Semana Santa: el cante de la saeta de Antonio Machado al paso del Cristo de los Gitanos. Volviendo a lo material, hay decisiones para iluminar el tesoro que contiene. En 2010, la Junta de Andaluc¨ªa inscribi¨® 1.425 bienes de Las Due?as en el Cat¨¢logo General del Patrimonio Hist¨®rico Andaluz, entre ellos obras de Bassano, Luca Giordano, Sofonisba Anguisola, Annibale Carracci, Sorolla, Zuloaga o Romero de Torres, que ya no podr¨¢n salir de Sevilla salvo que reciban la autorizaci¨®n de la Administraci¨®n andaluza.
Cayetano hereda el palacio donostiarra de Arbaizenea y un latifundio en Sevilla
El duque de Hu¨¦scar trabaja desde hace a?os codo a codo con su madre
Las estimaciones sobre sus bienes oscilan entre los 600 millones y los 3.500
El palacio madrile?o de Liria permanece en la fundaci¨®n creada en 1975
Al margen de la sorpresa que depara el hecho de que la finca de las Due?as, con sus 9.452 metros cuadrados y por la que la duquesa siente un apego especial, haya ido a parar a uno de sus nietos, sigue siendo una decisi¨®n acorde con la tradici¨®n: el palacio sevillano conserva el v¨ªnculo con el futuro jefe de la Casa de Alba si todo sigue un curso l¨®gico.
Carlos Fitz-James Stuart (Madrid, 1948), primog¨¦nito de la duquesa y su primer marido, Luis Mart¨ªnez de Irujo, recibir¨¢ adherido al t¨ªtulo todo un paquete: la Fundaci¨®n Casa de Alba (con sus palacios de Liria y Monterrey, entre otros), la colecci¨®n de medio centenar de ducados, marquesados, condados y grandezas y la responsabilidad de preservar el legado hist¨®rico y monumental. Al margen de esto, su madre le ha donado fincas r¨²sticas -entre ellas, uno de los mayores latifundios de C¨®rdoba, en El Carpio- y casas en alquiler. El duque de Hu¨¦scar, que se licenci¨® en Derecho en la Universidad Complutense, trabaja desde hace a?os codo a codo con su madre en la gesti¨®n de patrimonio. Es el vicepresidente de la fundaci¨®n y participa en casi todas las empresas de la arist¨®crata (Inversiones Princesa, Eurot¨¦cnica Agraria, Euroexplotaciones Agrarias, Agrotecsa, Agralsa y Castrofresno).
Alfonso Mart¨ªnez de Irujo, duque de Aliaga (Madrid, 1950), licenciado en Econ¨®micas en la Complutense, tambi¨¦n figura en los ¨®rganos de gesti¨®n de casi todas las empresas familiares, seg¨²n datos del Registro Mercantil. Es uno de los dos patronos vitalicios de la Fundaci¨®n Casa de Alba (el otro es su hermano Carlos). Su madre le ha donado parcelas r¨²sticas y la finca del antiguo castillo de El Tejado (XIV), que ha sido rehabilitado, en Calzada de Don Diego (Salamanca).
Jacobo Fitz-James Stuart, conde de Siruela (Madrid, 1954), fundador y director de la prestigiosa editorial Siruela y ahora de Atalanta, recibe algunas fincas r¨²sticas.
Fernando Mart¨ªnez de Irujo, marqu¨¦s de San Vicente del Barco (Madrid, 1959), empleado de un banco, hereda la mansi¨®n de Las Ca?as, en Marbella, y propiedades agr¨ªcolas.
Cayetano Mart¨ªnez de Irujo, conde de Salvatierra (Madrid, 1963), ser¨¢ el propietario del palacio de Arbaizenea, en San Sebasti¨¢n, la finca de 20.000 metros cuadrados que pertenec¨ªa a la familia de su padre, los duques de Sotomayor, y del cortijo Las Arroyuelas, un gran latifundio en Sevilla. Adem¨¢s de la h¨ªpica, Cayetano se ha implicado activamente en los ¨²ltimos a?os en la gesti¨®n de las explotaciones familiares. Dirige una de las principales empresas de la familia, Eurot¨¦cnica Agraria, que recibi¨® subvenciones de la Comisi¨®n Europea por un importe de 1,7 millones en 2009, seg¨²n datos del Registro Mercantil.
Eugenia Mart¨ªnez de Irujo, duquesa de Montoro (Madrid, 1968), que promociona una marca de joyas catalana, ser¨¢ la due?a de la mansi¨®n de Ibiza donde estos d¨ªas veranean Cayetana y su pareja, Alfonso D¨ªez. Adem¨¢s de Sa Aufabaguera, hereda el cortijo de La Pizana, una finca de 600 hect¨¢reas en Gerena (Sevilla), que le regal¨® la duquesa cuando se cas¨® con el torero Francisco Rivera Ord¨®?ez.
Excluido Fernando, beneficiario de Las Due?as, la duquesa ha donado una finca en el campo a cada uno de sus ocho nietos restantes.
Hasta aqu¨ª lo jugoso de la herencia adelantada por la arist¨®crata, seg¨²n fuentes del entorno familiar, aunque se reserve algunas posesiones. El patrimonio de la Casa de Alba es grandioso, pero dif¨ªcil de cuantificar en su conjunto. Circulan estimaciones a la baja (600 millones de euros) y al alza (3.500 millones). Al tratarse de una riqueza a la antigua usanza -tierras e inmuebles-, la lista Forbes, cl¨¢sico term¨®metro de la riqueza posmoderna -financiera-, la ignora. La parte sustancial de sus bienes pertenece a la Fundaci¨®n Casa de Alba, creada en 1975 y registrada un a?o despu¨¦s. Como patrimonio dotacional de la fundaci¨®n figuran los palacios de Liria (Madrid) y Monterrey (Salamanca), el castillo y la torre de Alba de Tormes (cuna de la casa) y cuatro castillos en Galicia (Castro Caldelas, Moeche, Andrade y Narah¨ªo). Con el tiempo se han agregado nuevas posesiones, como cuatro locales comerciales en la calle de Fuencarral, en Madrid, seg¨²n consta en el Registro de la Propiedad.
Siendo apabullante el continente, el contenido quita -o da- hipo: 249 ¨®leos (ya saben, vel¨¢zquez, rubens, goyas, tizianos...), 177 acuarelas (?una firmada por Charles Chaplin y otra por la emperatriz Eugenia de Montijo!), 137 miniaturas, 54 dibujos, 52 tapices, 31 cer¨¢micas, un archivo hist¨®rico valorado en 41 millones (el de Liria, donde se conserva el primer mapa de Am¨¦rica trazado por Col¨®n o el ¨²ltimo testamento de Fernando el Cat¨®lico), una biblioteca tasada en 20,5 millones (entre los 18.000 vol¨²menes de Liria figuran la primera edici¨®n del Quijote de 1605 y la Biblia de la Casa de Alba, de 1429) y todos los muebles y bienes de los palacios de Liria y Monterrey, seg¨²n figura en la documentaci¨®n depositada en el Registro de Fundaciones del Ministerio de Cultura.
La gesti¨®n y disfrute de los bienes de la fundaci¨®n va en el lote del t¨ªtulo y corresponder¨¢ al duque de Hu¨¦scar como pr¨®ximo jefe de la Casa de Alba. La creaci¨®n de la fundaci¨®n salvaguarda el patrimonio frente a veleidades -un heredero veleta cae, sobre todo, en las mejores familias- y contribuye a perpetuarlo, aspiraci¨®n natural en un linaje que ha visto c¨®mo se han ido extinguiendo a su alrededor fortunas y t¨ªtulos medievales. Con la fundaci¨®n los Alba tambi¨¦n se ahorran impuestos, aunque a cambio sacrifican autonom¨ªa. El patrimonio dotacional no se puede vender, salvo con autorizaci¨®n del Ministerio de Cultura. Un doble candado lo protege: la Ley de Patrimonio Hist¨®rico y la Ley de Fundaciones.
Como ya qued¨® dicho, nada de este patrimonio, que gestionar¨¢ el hijo mayor de la duquesa, suscitaba dudas. Sin embargo, hasta comienzos de julio segu¨ªa en el aire el reparto de la notable fortuna personal de la duquesa, que inclu¨ªa palacios, mansiones, cortijos, grandes latifundios en Andaluc¨ªa y Salamanca, casas alquiladas, acciones, joyas y obras de arte. Desde luego era una inc¨®gnita en 2008, cuando apareci¨® un elemento inesperado en el planeta Alba: Alfonso D¨ªez, de 60 a?os, palentino, funcionario de la Seguridad Social. En una familia que exhibe tolerancia hacia la vida privada de sus integrantes (quien m¨¢s quien menos ha tenido 10 minutos de bochorno p¨²blico), seguramente no habr¨ªan objetado nada si Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba, no airease a los cuatro vientos su deseo de casarse por tercera vez y convertir a Alfonso D¨ªez en duque consorte, como antes lo fueron el ingeniero Luis Mart¨ªnez de Irujo y el exjesuita Jes¨²s Aguirre, fallecidos en 1972 y 2001.
La oposici¨®n de los hijos a la boda fue notoria. El pasado 26 de febrero, Cayetana de Alba les afeaba sus trabas en una entrevista en la Cope: "A¨²n no lo s¨¦ porque mis hijos ponen dificultades. No hacemos da?o a nadie. Ojal¨¢ se arreglen las cosas. Creo que s¨ª... Alfonso no quiere nada, ha renunciado a todo. No me quiere m¨¢s que a m¨ª".
La duquesa estaba ya despejando obst¨¢culos para sus planes matrimoniales. La distribuci¨®n en vida del grueso de su fortuna personal garantiza a sus herederos que Alfonso D¨ªez no competir¨¢ por los bienes. Aunque el funcionario firm¨® su renuncia a ellos, eso no hab¨ªa bastado para tranquilizar a los hijos. As¨ª pues, la ¨²nica salida para Cayetana de Alba era proceder a la distribuci¨®n del patrimonio para allanar el camino hacia su tercera boda. Que seguramente ser¨¢ la ant¨ªtesis de la que protagoniz¨® en 1947 con Luis Mart¨ªnez de Irujo, con un millar de invitados, art¨ªculo en The New York Times y rotundo titular en Lib¨¦ration: la boda m¨¢s cara del mundo.
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