Un 'beach boy' se oculta en Ant¨®n Mart¨ªn
Guillermo Farr¨¦ prepara otro disco para Wild Honey
El chico de la playa del pop espa?ol tiene pinta de cualquier cosa menos de haber nacido en California. Ni chanclas ni bermudas de mil colores: Guillermo Farr¨¦ comparece para la entrevista con vaqueros y unas discretas zapatillas azules que deben de llevar kil¨®metros prestando servicio. Y por la complexi¨®n menuda del muchacho, tampoco nos lo acabar¨ªamos de imaginar surcando las olas de Malib¨² sobre una tabla de surf. Pero bajo la denominaci¨®n art¨ªstica de Wild Honey, este madrile?o de 31 a?os ha asombrado con su pop luminoso y descaradamente playero, lo m¨¢s parecido a los Beach Boys que ha parido la m¨²sica popular de este pa¨ªs.
Wild honey es, de hecho, el t¨ªtulo del disco que la banda de Brian Wilson y Mike Love public¨® all¨¢ por las Navidades de 1967, cuando a Guillermo a¨²n le faltaban much¨ªsimos a?os para abrir los ojos. "Pero yo soy hijo de un l¨ªo de verano", explica Farr¨¦, divertido, mientras remueve una bebida tan poco estival como un t¨¦ humeante. "Mis padres se conocieron de vacaciones en Torredembarra, un pueblecito de Tarragona, y no s¨¦ si eso influir¨ªa en mi gusto por una est¨¦tica musical bastante, digamos, californiana: instrumentaci¨®n ac¨²stica, armon¨ªas vocales y unos medios tiempos siempre tranquilos y optimistas".
"Soy hijo de un l¨ªo de verano, no s¨¦ si eso influir¨¢ en mi gusto musical"
Debut¨® con un disco que hizo en los huecos libres tras salir de la oficina
Sus letras incluyen elementos oscuros: "Las historias no siempre acaban bien"
Ha tocado en el Primavera Sound y un sello japon¨¦s edit¨® su primer CD
Cuidado: esa primera apariencia pl¨¢cida y almibarada de Wild Honey precisa de algunos matices. As¨ª, sus letras -siempre en ingl¨¦s-, por ahora suelen incluir "elementos oscuros, un poco t¨¦tricos, porque no es veros¨ªmil que todas las historias acaben bien".
El propio romance costero de sus progenitores termin¨® en ruptura a los pocos a?os, de modo que Farr¨¦ ejerce su militancia como beach boy de forma at¨ªpica. De peque?o rehu¨ªa sistem¨¢ticamente la playa ("prefer¨ªa quedarme trasteando en el jard¨ªn de mis abuelos, sin arena") y hoy se confiesa un urbanita vocacional que pospone sus vacaciones para disfrutar de la metr¨®poli y su caracter¨ªstica modorra canicular. En su habitaci¨®n de la calle de la Magdalena, mientras los nativos huyen a la costa y el turisteo inmortaliza cada rinc¨®n del barrio de las Letras, Guillermo se ha encerrado a preparar su esperad¨ªsimo segundo disco. Teclado, guitarras, micr¨®fono, previo y ordenador: no requiere de mucho m¨¢s.
La trayectoria musical de un jovenc¨ªsimo Farr¨¦ hab¨ªa comenzado a finales de los a?os noventa, en algunas bandas "bastante macarras" de sonidos punk-rock y hardcore que hoy no recuerda nadie. La mecha comenz¨® a prender a partir de 2004, cuando se incorpora como bajista a una formaci¨®n deliciosa de folk-pop, Mittens, que ha sido telonera de The New Pornographers. En 2009, aprovechando los pocos ratos libres que le deja su trabajo de oficinista, Guillermo comenz¨® a armar por su cuenta las canciones que integrar¨ªan Epic handshakes and a bear hug, su debut como Wild Honey.
Era un trabajo creado en estricta soledad y para el que ¨¦l mismo coste¨® una peque?a primera edici¨®n en vinilo de color rojo, pero no habr¨ªa sido justo que aquellos deliciosos temas radiantes (To steal a piece of art, 1918 1920, Gold leaf) pasaran del todo inadvertidos. Y empezaron a suceder algunas cosas inesperadas.
"Hab¨ªa aprovechado mi sueldo para darme el gustazo de mezclar el ¨¢lbum en Nashville, con Brad Jones", recuerda Farr¨¦. "Y de repente, me vi tocando en un escenario gigantesco del Primavera Sound, ofreciendo un par de conciertos en Londres y viviendo mil an¨¦cdotas absurdas en la furgoneta, de un sitio para otro. Un sello japon¨¦s, Flake Records, decidi¨® editar el disco en aquel pa¨ªs e incluso un chaval que estudia Comunicaci¨®n Audiovisual en la Universidad de Burgos, elabor¨® por su cuenta un v¨ªdeo alucinante para Gold leaf". Ante esa avalancha imparable, la discogr¨¢fica madrile?a Lovemonk public¨® recientemente Epic handshakes..., por fin, en formato CD.
Las expectativas en torno a Wild Honey son ahora muy considerables, pero nuestro at¨ªpico playero urbanita sigue sorbiendo su t¨¦ con los pies bien asentados en el suelo. Trabaja de nueve de la ma?ana a seis de la tarde en TNT, un canal televisivo de cine cl¨¢sico donde gestiona adquisiciones de pel¨ªculas cl¨¢sicas. Lleva una vida ordenada junto a su novia, Cristina G¨®mez (cantante de The Shellac Family); se acuesta pronto porque "es la ¨²nica manera de que durante el d¨ªa te cunda el tiempo" y jura no conocer un solo after madrile?o. "Los domingos me levanto a primera hora a comprar el peri¨®dico en Ant¨®n Mart¨ªn y me cruzo con muchos chavales de mi edad, que contin¨²an a¨²n de marcha, y me miran raro", desvela con guasa.
Asume que poder dedicarse solo a la m¨²sica "es ahora mismo una fantas¨ªa casi tan grande como viajar en el tiempo", aunque, entre risas, se muestra "dispuesto a que alg¨²n mecenas renacentista financie mi carrera musical y un estudio de grabaci¨®n en medio de un bosque chulo". Mientras tanto, seguir¨¢ levant¨¢ndose alrededor de las seis para ir a la oficina y seguir¨¢ grabando a su aire por las tardes, en su guarida estival madrile?a, los 15 temas previstos en la segunda entrega de Wild Honey. Y luego, vacaciones tard¨ªas en Vancouver, en la costa pac¨ªfica canadiense. A ver si all¨ª, al contrario que en Tarragona, s¨ª que pisa la arena de la playa.

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