Brixton, una olla a punto de reventar
El distrito multi¨¦tnico del sur de Londres es uno de los m¨¢s afectados por el vandalismo - "Aqu¨ª se cultiva la semilla de la injusticia", asegura un vecino
Brixton fue el foco principal de los disturbios del domingo por la noche y ayer no era f¨¢cil llegar a su famoso mercado, punto cardinal del barrio. La polic¨ªa ha acordonado los fragmentos de la calle mayor, la m¨¢s afectada por los pillajes. La estaci¨®n de metro est¨¢ cerrada y el cord¨®n de seguridad ha obligado tambi¨¦n a desviar muchas l¨ªneas de autobuses.
En la esquina de Brixton Road y Stockwell Road, una casa de prestamistas muestra las cicatrices de la noche en forma de cristales casi rotos: se aprecian los c¨ªrculos creados por los golpes, pero el vidrio ha resistido. Muy cerca, justo enfrente de la famosa Brixton Academy, un restaurante de la cadena Nando's est¨¢ acordonado. Huele a quemado, pero desde la lejan¨ªa no se ve lo que hay en el interior. En la terraza, una mujer polic¨ªa con la t¨ªpica vestimenta blanca del equipo forense busca piezas con las que reconstruir el rompecabezas del ataque mientras un hombre, sentado como quien se est¨¢ tomando un aperitivo, va tomando nota de los destrozos sin inmutarse.
La polic¨ªa acordona el barrio tras los disturbios de la noche del domingo
El mercado parece animado, pero dos chicas colombianas aseguran que hay menos gente de lo normal. "Fueron los morenos", explica una. "Nosotros les vimos. Iban en grupo al salir de un festival y se fueron a Argos y lo asaltaron", dicen. "El problema es que en este pa¨ªs les dan demasiadas cosas a los j¨®venes", opinan las dos. "El Estado les da demasiadas ayudas y los padres no tienen autoridad. Y adem¨¢s los hijos amenazan con denunciarles a la polic¨ªa si les levantan la mano. Eso en Colombia no pasa: si el hijo se desmanda el padre le da bien y se ha acabado el problema".
Joe, un muchacho negro de 29 a?os que vive muy cerca, en Streatham, admite que ¨¦l no vio los incidentes. "He o¨ªdo esta ma?ana lo que ha ocurrido y desde luego me parece terrible". "Es repugnante la manera en que se comportan esos chavales y los incendios y los disturbios", a?ade. "Creo que la mayor¨ªa de la gente tiene que ser de Brixton porque han de tener alguna manera de llevarse las cosas que han saqueado y para muchos de esos chavales ha de ser dif¨ªcil ir a otra zona", reflexiona. Opina que esos j¨®venes est¨¢n utilizando los incidentes del s¨¢bado "como una excusa". "Han o¨ªdo lo que ha pasado en Tottenham y est¨¢n utilizando eso obviamente para hacer lo mismo y crear problemas. No hay ninguna otra raz¨®n, ning¨²n otro motivo: s¨®lo una excusa para saquear y para hacerse los machotes antes sus amigos", sentencia. "Esto no tiene nada que ver con la comunidad negra y la polic¨ªa, ni con blancos y negros. Es un asunto de j¨®venes haciendo de j¨®venes. Es la mentalidad que hay ahora. Son un reflejo de la sociedad actual. El problema no son ellos, sino c¨®mo es la sociedad actual", reflexiona.
George es un abuelo ya entrado en a?os que prefiere no desvelar su edad. "No tengo ni idea de lo que ha pasado. S¨®lo soy un viejo lleno de achaques", asegura. Pero tiene opini¨®n: "Para m¨ª, es una locura que la gente se comporte de esa manera. La polic¨ªa tiene que actuar. Es como el tiroteo de ese hombre en Tottenham. Si llevas una pistola o un arma agresiva tienes que pagar por ello. En este pa¨ªs la polic¨ªa tiene que ir armada. Mire por ejemplo en Little Jamaica. La mayor¨ªa de la gente que vive all¨ª lleva pistola. Para ellos es como si fuera legal llevar una pistola. Hay que aumentar las penas por esos delitos y volver a instaurar la pena capital", sentencia.
No todos piensan as¨ª. Luther, de 60 a?os, y Leroy, de 50, ven los disturbios con prisma revolucionario. "Esto es Brixton; y Brixton tiene una larga historia de luchas por la igualdad de oportunidades, contra la brutalidad de la polic¨ªa. Es como una olla a presi¨®n siempre est¨¢ a punto de estallar. Llevo aqu¨ª cuarenta a?os y siempre ha sido as¨ª, una olla a punto de estallar", arranca Leroy.
Luther le interrumpe de inmediato. "Aqu¨ª se cultiva la semilla de la injusticia", asegura, y pone como prueba la sospechosa muerte de un hombre que viv¨ªa muy cerca. La polic¨ªa dice que se suicid¨® cuando le iban a detener por un asunto de drogas. ?l no se lo cree. "Todas esas cosas crean frustraci¨®n", concluye.
?Est¨¢n las cosas tan mal como hace 30 a?os, cuando los famosos disturbios de 1981? "S¨ª porque el Gobierno est¨¢ haciendo todos esos recortes y los j¨®venes no tienen oportunidades", opina Leroy. "Los recortes afectan a los centros comunitarios, a los centros en los que los j¨®venes pueden aprender algo ¨²til. Los j¨®venes de hoy est¨¢n frustrados, como dice mi amigo. Est¨¢n hartos", a?ade. "Todo el mundo est¨¢ harto y frustrado", tercia Luther. "La gente mayor como nosotros ya no esperamos nada. Pero, ?qu¨¦ hacen los j¨®venes? Si eres joven, vulnerable y no le importas a nadie, no tienes nada que perder", asegura. "Mi hermano dice que as¨ª es el capitalismo. El capitalismo te hace vulnerable, es opresivo", concluye Leroy.
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