Mora¨ªto Chico, el toque que buscaban los cantaores
El guitarrista jerezano fue acompa?ante habitual de Merc¨¦
Cuando el cante flamenco quer¨ªa sonar a Jerez, buscaba su guitarra, la de Manuel Moreno Junquera, Mora¨ªto Chico (Jerez de la Frontera, C¨¢diz, 1956). El soniquete jerezano, esa peculiar manera de entender el comp¨¢s, de marcarlo y jugar perdi¨¦ndose en ¨¦l, no ten¨ªa mejor representante en su generaci¨®n. Su guitarra siempre estaba para escuchar el cante, contestarlo y mecerlo con ese comp¨¢s propio de su tierra. Hab¨ªa actuado con casi todos los cantaores de su ¨¦poca, pero ser¨¢ recordado por las casi dos d¨¦cadas de trabajo junto a otro jerezano, Jos¨¦ Merc¨¦.
No le interesaba pasar a la historia ni crear un nuevo sonido en la guitarra flamenca, pero a lo largo de su carrera logr¨® que su manera de tocar, siguiendo la m¨¢s estricta tradici¨®n de su ciudad natal, tambi¨¦n sonase profundamente personal. Recogi¨® la herencia familiar, la que le dieron su padre, Juan Morao, y antes su t¨ªo, Manuel Morao. Pero tambi¨¦n bebi¨® de otras fuentes, como Parrilla de Jerez o Paco Cepero, a las que a?adi¨® nuevas melod¨ªas de factor¨ªa propia, nuevos picados o falsetas con un punto de picard¨ªa, la que lleva dentro la buler¨ªa, entendida a la manera en la que se vive en su barrio, el de Santiago, una de las cunas del flamenco.
Derrochaba arte, aunque evitaba los alardes que restan brillo al cante
Debut¨® profesionalmente al lado de La Paquera, porque el acompa?ante habitual de la cantaora, Parrilla de Jerez, curiosamente uno de sus referentes, estaba enfermo. Pero antes, y desde los 11 a?os, hab¨ªa participado en los Jueves Flamencos que organizaba su t¨ªo. Y nunca m¨¢s solt¨® la guitarra.
Su fuerte era el repertorio jerezano: buler¨ªa, sole¨¢, seguiriya, malague?as del Mellizo, tientos, fandangos y canti?as. Pero sin duda ser¨¢ recordado siempre como el eterno escudero del cantaor Jos¨¦ Merc¨¦. Con ¨¦l ha compartido giras por todo el mundo y numerosas grabaciones, incluida la del ¨²ltimo disco del cantaor, Ruido, publicado en 2010.
Era muy admirado por su saber acompa?ando al cante, por lo que le buscaban todos los cantaores, los de su tierra y los de fuera. Los rasgos que defin¨ªan su car¨¢cter marcaban quiz¨¢s tambi¨¦n esa personalidad art¨ªstica que atra¨ªa a sus colegas como un im¨¢n. Mora¨ªto era humilde, y su guitarra siempre ocupaba el lugar que le corresponde, junto al cantaor, d¨¢ndole r¨¦plica y envoltorio, pero nunca buscando el protagonismo. Era un artista generoso con sus compa?eros de escenario, que gracias a su toque brillaban a¨²n m¨¢s. Tambi¨¦n era un tipo simp¨¢tico, un tanto guas¨®n, realmente conocedor del significado de la buler¨ªa. Tanto as¨ª, que casi la defend¨ªa tan bien bailando, derrochando arte y comp¨¢s, como con la guitarra, siempre buscado en el fin de fiesta para demostrarlo. Nunca necesit¨® alardear de conocimientos t¨¦cnicos, ni le gustaba tocar con rabia (como siempre ha dicho el maestro Paco de Luc¨ªa que tocaba en su juventud), ni exhibirse con una gran velocidad en su toque. Lo suyo era otra cosa.
Fue quiz¨¢s esa poca necesidad de protagonismo la que hizo que Mora¨ªto no haya desarrollado una carrera m¨¢s prol¨ªfica como concertista. Aunque ha participado en numerosas grabaciones de diferentes cantaores, solo ha dejado dos discos como solista: Morao y oro (1992) y Morao, morao (grabado en 1999 y reeditado por Nuevos Medios en 2005).
Y parad¨®jicamente, ha sido una actuaci¨®n como solista la ¨²ltima que hizo. El guitarrista se desped¨ªa de los escenarios, sin saberlo, el pasado mes de enero, en el Festival de Flamenco de Nimes (Francia). En Espa?a, sus trabajos postreros fueron para la televisi¨®n, en el programa que emit¨ªa Canal Sur, El sol, la sal, el son, producido por el periodista Jes¨²s Quintero. Tambi¨¦n sus dos actuaciones en la Bienal de Flamenco de Sevilla, en septiembre de 2010.
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