Un paso atr¨¢s en el ruedo

La feria taurina de la Virgen Blanca se fragu¨® a modo de experimento y ya se conoce su resultado. Un concurso por un a?o, en el que ver una soluci¨®n a los desajustes econ¨®micos colocados como excusa para haberles quitado la gesti¨®n a los aficionados locales agrupados en Vitauri.

El encargado de hacer realidad la nueva feria ha sido Tom¨¢s Entero, un profesional taurino que propuso un ciclo similar al de otras plazas de segunda categor¨ªa. Cinco puertas grandes en seis festejos pueden parecer un resultado espectacular, pero lo cierto es que ninguna de ellas tendr¨¢ un eco importante en el recuerdo de los aficionados.

Hermoso de Mendoza, con dos salidas en hombros, una el d¨ªa 25 y la otra en el cierre del abono, cuando le acompa?¨® Leonardo Hern¨¢ndez, es el absoluto triunfador. Entre los toreros de a pie, Morante mereci¨® la puerta grande en la Corrida del Blusa y El Cid cort¨® tres orejas ya en agosto.

Ha descendido la presentaci¨®n de los toros, desiguales todas las tardes

Para el acartonado mundo de los profesionales del toro, estos triunfos son suficiente motivo para justificar el buen rendimiento de una feria. Sin embargo, no ha habido ninguna corrida con bravura, ninguna tarde con emoci¨®n de verdad, ni siquiera un tercio de varas que dignifique la seriedad de la fiesta. En resumen, un paso atr¨¢s en el resurgimiento de Vitoria dentro del panorama taurino, que hace dos temporadas fue declarada mejor feria de segunda por delante de dif¨ªciles competidores como Santander o Alicante.

En La Blanca 2011 se ha echado en falta aquel cari?o de quien organiza la feria con el mimo de ser aficionado local. Adem¨¢s del inter¨¦s profesional y de la correcci¨®n en los carteles, han bajado los detalles y, sobre todo, ha descendido la presentaci¨®n de los toros, desiguales todas las tardes, peque?os y con algunos sospechosos de pitones. Lejos de los serios encierros de a?os anteriores.

A nadie se le escap¨® en invierno que la decisi¨®n justificada en el balance econ¨®mico obedec¨ªa en realidad a criterios de otra ¨ªndole, m¨¢s cercanos a los caprichos de la pol¨ªtica y desavenencias personales. En medio, el juego de la democracia ha deparado cambios en las instituciones y el Ayuntamiento de Vitoria, del que depende la plaza, cuenta con nuevos ediles diferentes a los que decidieron expulsar a Vitauri de la gesti¨®n del abono.

La respuesta del p¨²blico tampoco ha sido muy diferente a a?os anteriores, y la plaza s¨®lo registr¨® una entrada muy buena el d¨ªa de los rejones, cuando se ocuparon tres cuartos del aforo. Se ve que hay que seguir sembrando a¨²n mucho para que haya m¨¢s p¨²blico. Sin duda, este a?o ha ca¨ªdo el n¨²mero de aficionados for¨¢neos desplazados hasta la capital vasca y eso s¨ª debe ser tenido en cuenta por el consistorio, ya que los toros es una fiesta que atrae turismo.

Si el cambio en la gesti¨®n se ha revelado como un paso atr¨¢s en el crecimiento de Vitoria, quiz¨¢s la primera semilla para seguir sembrando hacia recuperar una feria de importancia sea devolver la gesti¨®n a Vitauri, iniciativa que podr¨ªa estar estudiando la actual corporaci¨®n.