"Que digan que yo altero la obra de Borges no tiene perd¨®n de Dios"
Hay un libro, Atlas, que la editorial Sudamericana public¨® con fotos en 1984, dos a?os antes de la muerte de Jorge Luis Borges, en el que el escritor ciego describe, con la colaboraci¨®n de su mujer, Mar¨ªa Kodama (Argentina, 1945), un viaje en globo. Es un libro simb¨®lico, como todos los de Borges, pero en este caso, esa uni¨®n, que fue sentimental y literaria a partes iguales, entre ¨¦l y Kodama queda sellada en la forma m¨¢s borgiana posible: lo que vio, no viendo, gracias a ella. "En el grato decurso de nuestra residencia en la tierra", escribe Borges en el pr¨®logo, "Mar¨ªa Kodama y yo hemos recorrido y saboreado muchas regiones, que sugirieron muchas fotograf¨ªas y muchos textos. (...) Mar¨ªa Kodama y yo hemos compartido y con asombro", finaliza el autor de El Aleph, "el hallazgo de sonidos, de idiomas, de crep¨²sculos, de ciudades, de jardines y de personas, siempre distintas y ¨²nicas. Estas p¨¢ginas querr¨ªan ser monumentos de esa larga aventura que prosigue". Veinticinco a?os m¨¢s tarde ese libro sigue siendo como una met¨¢fora y un testimonio a la vez. Lo evocamos con ella al tiempo que le preguntamos por su sentimiento ahora hacia el hombre al que vivi¨® ligada casi desde que lo conoci¨®, a los 12 a?os, cuando fue a escucharle dar una conferencia.
"Su imaginaci¨®n era su mirada. Las lecturas que hab¨ªa tenido eran sus ojos, su forma de ver era su manera de haber le¨ªdo..."
PREGUNTA. Veinticinco a?os desde que acab¨® el viaje f¨ªsico, la cercan¨ªa con Borges. ?Qu¨¦ supone para usted este viaje?
RESPUESTA. Borges entr¨® en el gran mar, como llamaban a la muerte los florentinos. Lo que ¨¦l me dio fue algo muy importante para una persona como yo, que era muy, muy t¨ªmida. Asist¨ª a una conferencia. Yo ten¨ªa 12 a?os y la sala estaba colmada de gente. Vi a este se?or que entraba y sent¨ª que era tanto o m¨¢s t¨ªmido que yo y ah¨ª pens¨¦ que yo pod¨ªa acercarme, aprender, ¨¦l me podr¨ªa ense?ar... Pens¨¦: "Si este se?or puede hablar delante de toda esta gente yo tambi¨¦n voy a poder dar un d¨ªa una clase". Lo que me dio, y me sigui¨® dando, fue la convicci¨®n de que era posible realizar mi vocaci¨®n, ense?ar, hacer lo que verdaderamente quer¨ªa hacer.
P. Ese viaje ha seguido despu¨¦s de su muerte. Pero, ?c¨®mo fue en vida?
R. Fui descubriendo su pasi¨®n por la literatura, su pasi¨®n por los idiomas, que compart¨ªamos... Y fue maravilloso compartir tambi¨¦n la pasi¨®n por las artes... ?l dec¨ªa que mi padre me hab¨ªa educado para ¨¦l, porque me hab¨ªa llevado a los museos, me regalaba libros de arte apenas tuve uso de raz¨®n... Y Borges conoc¨ªa bien los museos desde los tiempos en que estuvo en Europa. ?l y yo rehicimos ese largu¨ªsimo viaje que en realidad fue nuestra vida alrededor del mundo, yendo a los lugares donde ¨¦l hab¨ªa estado antes, ante los cuadros que ¨¦l recordaba, rememorando escenas de obras que ¨¦l hab¨ªa visto... Era maravilloso redescubrir su mundo, hacerlo m¨ªo mientras hac¨ªamos este largo viaje que fue la vida con ¨¦l.
P. Usted fue los ojos de Borges para la literatura.
R. Estudiamos primero anglosaj¨®n, despu¨¦s empec¨¦ a leerle en ingl¨¦s y luego ¨¦l me ense?o a pronunciar en alem¨¢n para poder leerle en esa lengua. Por la ma?ana, Borges dictaba a la persona que llegaba, un periodista o un estudiante, y por la tarde ¨¦l y yo rele¨ªamos eso que ¨¦l hab¨ªa dictado. ?l lo iba puliendo, era un fascinante proceso que cada d¨ªa fue m¨¢s acentuado, m¨¢s productivo, m¨¢s cercano.
P. Ese viaje en globo. ?C¨®mo asum¨ªa ¨¦l esa aventura intensa pero parad¨®jica?
R. Con entusiasmo... Un d¨ªa yo estaba buscando otra cosa en una gu¨ªa telef¨®nica y encontr¨¦ una entrada que dec¨ªa: "Viajes en globo. Compa?¨ªas". Se lo coment¨¦ e inmediatamente ¨¦l evoc¨® a Julio Verne. Su imaginaci¨®n era su mirada, sus ojos, las lecturas que hab¨ªa tenido eran sus ojos, su forma de ver era su manera de haber le¨ªdo... As¨ª que un viaje en globo entonces no era parad¨®jico, no, era su modo de cumplir sue?os.
P. ?Hubo alg¨²n l¨ªmite a su curiosidad?
R. No. Yo jam¨¢s lo consider¨¦ a ¨¦l una persona muy mayor o una persona que no ve¨ªa, es decir, ciega; para m¨ª justamente era lo contrario. Cuando yo ten¨ªa 16 a?os, ¨¦l ten¨ªa 18 para m¨ª: Borges era la compa?¨ªa para la diversi¨®n, para la aventura. Era totalmente diferente a esa imagen que han dado siempre de ¨¦l. Tambi¨¦n pod¨ªa dar esa imagen que se tiene de ¨¦l cuando est¨¢ en p¨²blico, con otros, pero Borges era verdaderamente otro cuando estaba en la intimidad.
P. ?C¨®mo asumi¨® ¨¦l los ¨²ltimos tiempos?
R. Con un esp¨ªritu magn¨ªfico. ?l sab¨ªa que se iba a morir. Pero acept¨® una gira por Italia. Estuvimos all¨ª antes de ir a Ginebra, y vivimos un tiempo muy gozoso, era una compa?¨ªa magn¨ªfica y lo pasamos muy bien... Vivimos una vida plena, a pesar de todo lo que dice gente que vive difam¨¢ndome, ?no es cierto?, gente que ha trazado toda una atm¨®sfera siniestra en torno a mi persona de una manera verdaderamente vergonzosa. Esas difamaciones de las que le llegaron ecos s¨ª lo mortificaron en sus ¨²ltimos tiempos... Pero, bueno, toda esa gente qued¨® destruida a trav¨¦s de los juicios que he hecho en los que, por supuesto, no pudieron probar las cosas absurdas de m¨ª o de mi comportamiento con respecto a ¨¦l... ?l era una persona libre que me eligi¨®; s¨¦ que eso ha dado much¨ªsimo fastidio, pero no fastidio por amor, es fastidio por avidez, fastidio por deseo de notoriedad, fastidio porque quieren ser ¨¦l y no pueden serlo, no llegan a serlo, nadie va a llegar a serlo.
P. Esa atm¨®sfera que describe le afectaba ya en los tiempos de Borges, pero ahora es m¨¢s expl¨ªcita mostrando su desagrado. ?C¨®mo ha cambiado?
R. Bueno, he cambiado gracias a mi abogado franc¨¦s, porque mis amigos me dec¨ªan pr¨¢cticamente lo mismo pero desde el cari?o y la amistad. Pero el abogado franc¨¦s me hizo ver, y me lo dijo de una manera muy dura y muy cruda, que yo ten¨ªa que cambiar porque si yo dejaba que los otros hablaran, dejaba que personas totalmente espantosas que est¨¢n con un proceso penal por estafas a la propiedad intelectual, personas despechadas... y yo no dec¨ªa nada porque fui criada de otra manera... En fin. El abogado me hizo ver que yo ten¨ªa que cambiar y mis amigos est¨¢n muy contentos porque dicen que estoy dejando de ser extraterrestre para convertirme en una persona humana y normal que reacciona y que dice las cosas cuando tiene que decirlas y me dicen que no las digo con la suficiente agresi¨®n, que necesito hacer salir la agresi¨®n.
P. ?Y c¨®mo se siente en esa situaci¨®n de terr¨¢quea que ha bajado del globo? ?C¨®mo ve el mundo que tiene alrededor?
R. Bueno, realmente por un lado lo veo maravilloso. Pero tambi¨¦n hay esas barbaridades que uno lee en la prensa, por ejemplo en Espa?a... Los peri¨®dicos espa?oles realmente han sido excelentes conmigo, pero tambi¨¦n hay algunas personas totalmente descastadas que dicen y hablan y escriben y no hacer honor al oficio de periodistas porque ni son periodistas... Pero yo dejo de lado eso, y as¨ª he logrado sobrevivir sin que me perturben, haciendo el trabajo que yo debo hacer que no es otro que el cuidado permanente de la obra de Borges. As¨ª que yo dedico mi vida al cuidado de esa obra. Y si hay alguien que dice que yo altero esa obra no tiene perd¨®n de Dios ni del demonio ni de nadie, y el m¨ªo tampoco lo va a tener.
P. ?Qu¨¦ nos da a los lectores esa obra que usted cuida? ?Qu¨¦ met¨¢fora encierra?
R. La met¨¢fora ser¨ªa ese laberinto. Borges da a la gente que es sensible aunque no entienda intelectualmente su obra, a la gente que pueda sentir la belleza y la sutileza de sus sentimientos. Yo creo que Borges da eso y esa met¨¢fora ser¨ªa esa inauguraci¨®n en Venecia, que fue realmente de una impresionante poes¨ªa. Esa es la contrapartida de toda esa bajeza que acabo de explicarle, y esa belleza es lo m¨¢s importante para m¨ª, es lo que me alimenta... Es una persona que jam¨¢s se traicion¨® a s¨ª misma, jam¨¢s se vendi¨® por nada. Y eso creo que para las nuevas generaciones es un faro, es una antorcha, es algo que no debe dejarse caer, y por eso su obra es inmortal. Trabaje o no trabaje yo en ella y tenga lo que dicen muchos ese purgatorio en que ya el escritor no est¨¢ f¨ªsicamente y queda como olvidado... Eso hubiera ocurrido con Borges, posiblemente, de no haber estado yo para que adem¨¢s de esa obra maravillosa se sienta una presencia digamos casi f¨ªsica de ¨¦l en el mundo.
P. Usted lo ha salvado del purgatorio.
R. Lo he salvado del purgatorio... A ¨¦l le encantaba Dante. Y me hablaba del infierno, del purgatorio y del para¨ªso en la obra de Dante. Y a veces dec¨ªa que ¨¦l prefer¨ªa el infierno conmigo que el para¨ªso con Dios... Yo soy agn¨®stica, pero yo creo que hay ah¨ª como una luz que dej¨® ¨¦l, una energ¨ªa, un punto en el espacio. Frente a las cosas viles, puedo bajar el yelmo, cubrirme, protegerme, salir adelante, porque al final de la ruta hay una luz o una energ¨ªa y all¨ª tambi¨¦n yo me reencontrar¨¦ con ¨¦l.
P. Usted dec¨ªa que es la mitad de su alma. ?Y c¨®mo era el alma de Borges? ?C¨®mo era Borges?
P. Pues era divino porque estaba lleno de sentido del humor, era ir¨®nico, le¨ªamos mucho, pase¨¢bamos y era una persona que estaba siempre dispuesta, de una humildad absoluta, los ch¨®feres de taxi en Buenos Aires lo adoraban porque sub¨ªa al taxi y les preguntaba: ?la vida est¨¢ cara?, por la familia, ?cu¨¢ntos hijos tiene?... Era una persona que entablaba f¨¢cil relaci¨®n con la gente y esa era una relaci¨®n desde un punto de vista digamos humano, muy lindo y de una humildad extraordinaria.
P. ?Usted tiene la impresi¨®n de que Borges sigue siendo en parte un desconocido?
R. ?l es conocido como si fuera un icono. ?l dec¨ªa: "A m¨ª me conoce todo el mundo por las entrevistas, por lo que digo, por las pol¨¦micas que despierto, pero mi obra no la leen". Y, en general, el hecho de que hayan cre¨ªdo que ese poema Instantes es de Borges, ya eso demuestra que no han le¨ªdo ni una l¨ªnea de ¨¦l. Pero al mismo tiempo hay todo un nivel de gente que estudia literatura, que ha le¨ªdo toda su vida y que tiene un real entusiasmo en la obra de Borges. Lo que sucede tambi¨¦n es que no hay un criterio para hacer que los chicos entren en su lectura, entonces eligen obras que son espl¨¦ndidas, pero que como estilo y vocabulario no pueden estar al nivel de chicos que tienen 14 a?os y nunca han le¨ªdo.
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