Claroscuros africanos
La primera vez que supe de Chimamanda no la le¨ª, la escuch¨¦. Era un v¨ªdeo que circulaba por Internet y en el que ella hablaba del poder de las historias. Me llam¨® la atenci¨®n su humor fresco, la naturalidad con la que le¨ªa porque su intervenci¨®n estaba escrita y su mensaje de fondo: no podemos dejar que se cuente una ¨²nica versi¨®n de la historia. Quien habla decide c¨®mo cuenta, qu¨¦ cuenta, desde d¨®nde cuenta y, soportado por el poder medi¨¢tico, establecer una historia ¨²nica, estereotipada, no necesariamente falsa, pero si incompleta. Utiliz¨® para describir este poder una palabra del igbo, una de las lenguas de su natal Nigeria, Nkali, que se traduce como "ser m¨¢s grande que el otro".
Algo alrededor de tu cuello
Chimamanda Ngozi Adichie
Traducci¨®n de Aurora Echevarr¨ªa
Mondadori. Barcelona, 2011
210 p¨¢ginas. 17,90 euros
Quien hablaba era una escritora que para ese 2009, con solo 32 a?os, hab¨ªa publicado dos novelas, La flor p¨²rpura (2003) y Medio sol amarillo (2006), y ten¨ªa en sus manos reci¨¦n salido de la imprenta en ingl¨¦s Algo alrededor de tu cuello, doce relatos intensos que hab¨ªan sido acogidos en prestigiosos medios ingleses y estadounidenses, como Granta o The New Yorker, entre otros.
Las historias no eran de factura reciente. Chimamanda confes¨® ese d¨ªa que desde los siete a?os empez¨® a escribir para un p¨²blico que en sus inicios estaba compuesto por su madre y que se ampli¨® hasta abarcar diversas geograf¨ªas. En 2007 fue una de las invitadas al Hay Festival de Cartagena de Indias en Colombia solo para citar algunos de los escenarios tocados por su voz y que incluyen sus talleres de escritura todos los veranos en Nigeria.
La acogida de sus relatos en espa?ol, desde el a?o pasado en Mondadori, tiene que ver con que a pesar de su juventud, Chimamanda se ha revelado como una escritora de ¨ªndole universal, una de esas personas tocadas por los dioses para que nada de lo humano les sea desconocido.
En ellos, buen preludio de su narrativa, explora temas que se leen en sus dos novelas y que seguro seguiremos leyendo: las relaciones de familia, que las hay amorosas y tambi¨¦n opresivas; la religi¨®n castradora y el miedo como dominaci¨®n; la maravilla ante el mundo reci¨¦n inaugurado una ma?ana de sol; el oprobio de los imperios; los golpes de Estado y la corrupci¨®n del sistema; la educaci¨®n y la gesta de la universidad africana, sobre todo la de Nsukka; el desarraigo y la a?oranza del inmigrante; la tristeza y la culpa del exilio; las desapariciones forzadas, el abuso del poder; es decir, proyectan desde la experiencia individual lo noble y lo abyecto, los claros y los oscuros del ser humano y sus sociedades.
Recorrer sus p¨¢ginas es acompa?arla en un viaje por el coraz¨®n humano, emprendido desde Nigeria, su centro de gravedad, que incluye todo lo que concierne a esta ?frica, inclusive un plato de arroz jollof o un moimoi. Chimamanda (que significa en su dulce igbo "Dios no fallar¨¢") no le fallar¨¢ con toda seguridad a sus lectores. El mundo hablar¨¢ mucho m¨¢s de ella.
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