Una acci¨®n desproporcionada
Esa es la sensaci¨®n que tengo cuando oigo las razones que han motivado los cambios en el sistema de pago de la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n (RMI), fundamentadas en la lucha contra el fraude y la identificaci¨®n de las personas que no tienen derecho a su recepci¨®n. Es evidente que hay que perseguir y castigar a aquellas personas que obtienen dinero f¨¢cil al margen de la ley a trav¨¦s de la mentira, la estafa, el enga?o, el fraude o la especulaci¨®n. Tristemente, en los ¨²ltimos meses hemos tenido ejemplos, como en el caso Palau, muy vergonzosos que bajo la imagen de la respetabilidad ciudadana han conseguido grandes fortunas de forma ilegal, y hoy todav¨ªa no han sido castigados, y se encuentran disfrutando de total inmunidad.
Sin embargo, la picaresca fraudulenta que puede darse en algunos casos entre los 34.000 beneficiarios de la renta m¨ªnima, incumpliendo los requisitos de acceso o falseando algunas de las condiciones exigidas, ha sido motivo suficiente para buscar con la m¨¢xima rapidez y contundencia una forma de expulsarlos del programa, neg¨¢ndoles cualquier posibilidad de recibir esta ayuda. Llama la atenci¨®n esa prontitud, que no siempre se aplica por igual, cuando estamos hablando, seg¨²n las estimaciones que hacen los profesionales del sector, de una cifra que no llega ni al 2% de la totalidad de beneficiarios que de manera fraudulenta cobran unos 500 euros al mes. De nuevo, la mayor¨ªa es v¨ªctima de la acci¨®n incorrecta de una minor¨ªa.
Las entidades sociales son las primeras en condenar el mal uso que se ha dado a la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n, porque no siempre se ha utilizado para los colectivos y objetivos que fue ideado, o se ha convertido en una ayuda para las personas que han agotado la prestaci¨®n del paro o ha cronificado algunos beneficiarios que no ya no son capaces de integrarse en la sociedad. Y, admit¨¢moslo tambi¨¦n, porque algunos desaprensivos se han apropiado de un derecho que no ten¨ªan. Pero a pesar de todo ello, es un recurso fundamental que debe mantenerse y encontrar las v¨ªas para superar adecuadamente dichas disfunciones.
Nos referimos a un colectivo sin recursos econ¨®micos que espera el d¨ªa 1 de cada mes para pagar la habitaci¨®n donde duerme, comprar comida y pagar sus deudas, si alguien todav¨ªa les presta dinero. Es gente que tiene dificultades en comprender el contenido de la carta enviada por la Generalitat que les comunica el cambio en el sistema de cobro y que pregunta atemorizada el porqu¨¦ de esa modificaci¨®n, y si significar¨¢ la p¨¦rdida de la ayuda imprescindible para su subsistencia. Y si eso ya es grave, la implantaci¨®n del nuevo sistema coincide con la temporada estival y nadie es capaz de responder a la infinidad de cuestiones que ha generado dicha modificaci¨®n. Prueba de ello ha sido el manifiesto de un grupo de profesionales que se ha quejado de la falta de informaci¨®n e incapacidad de responder al aumento de consultas; no les hab¨ªan comunicado ni indicado c¨®mo resolver los posibles problemas que surgieran.
Se han tomado unas medidas desproporcionadas al problema que se desea resolver, y se ha hecho fuera de tiempo y lugar. El cambio previsto requer¨ªa haber tenido en cuenta todos los factores que intervienen, en especial las personas afectadas, cuidando los detalles que permitieran un proceso participado y consensuado. Por el contrario, se ha practicado un claro desprecio hacia estas personas que han sido calificadas como sospechosas de acciones fraudulentas, y en ning¨²n momento se ha valorado las delicadas y dif¨ªciles situaciones que muchas de ellas est¨¢n viviendo, hablando ¨²nicamente de la necesidad de luchar contra el fraude. Con estos mensajes conseguiremos aumentar la imagen estigmatizada que ya ven¨ªan sufriendo y que les dificulta su integraci¨®n en la sociedad. Por todo ello, pedir¨ªamos mayor control, pero gestion¨¢ndolo desde el respeto a la persona y a su realidad.
Teresa Crespo es presidenta del Consejo Asesor en Pol¨ªticas Sociales y Familiares de la Generalitat y de la asociaci¨®n de ONG Entitats Catalanes d'Acci¨® Social
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