La CAM casi duplic¨® el gasto general en una d¨¦cada

Los males de la Caja Mediterr¨¢neo (CAM) no tienen que ver solo con las fallidas inversiones inmobiliarias o la p¨¦rdida de valor de sus activos vinculados al sector del ladrillo. La gesti¨®n del negocio bancario tambi¨¦n abre muchos interrogantes. La agresiva pol¨ªtica expansiva del director general entre 2001 y 2010, Roberto L¨®pez Abad, y la apertura de oficinas sin atender a otro criterio que el crecimiento en volumen provoc¨® que los gastos de administraci¨®n pasaran de los 330 millones de 2001 a los 624 del a?o pasado, un crecimiento del 90% en una d¨¦cada.

Sin embargo, el margen de intermediaci¨®n bancaria, es decir, la diferencia entre los intereses cobrados a los clientes y los devengados como cargas asimiladas, fue el a?o pasado casi la misma que cuando el directivo accedi¨® al cargo. En 2001, la caja alicantina obtuvo 575 millones de beneficios por este concepto y 10 a?os despu¨¦s, 586. El resultado de este desigual crecimiento ha sido que en 2010 los gastos de administraci¨®n (gastos de personal y otros gastos generales) superaron en 38 millones de euros a los beneficios imputables al negocio bancario.

Cierre de oficinas

La CAM dise?¨® un plan de expansi¨®n entre 2003 y 2008 que la llev¨® a superar las 1.000 oficinas y tener presencia en las 17 comunidades y dos ciudades aut¨®nomas de Espa?a, pero tambi¨¦n a disponer de nueve oficinas en el extranjero. Algunas como las de Varsovia, Casablanca, Canc¨²n o Santo Domingo se pod¨ªan justificar con las inversiones inmobiliarias de la caja en esos pa¨ªses, pero otras como la de Ginebra, en Suiza, son de dudosa apariencia. Ya en 2009, rectific¨® su pol¨ªtica y cerr¨® 116 sucursales, descenso que ha continuado sin que los gastos de administraci¨®n hayan parado de crecer.

Antes de ser intervenida el pasado 22 de julio, aprob¨® un plan para cerrar otras 122 oficinas y quedarse con una red formada por 841, m¨¢s de 200 menos que en 2008.

La primera d¨¦cada de este siglo ha supuesto para la CAM p¨¦rdidas por el deterioro de activos financieros de 3.537 millones de euros, el 30% del margen bruto que consigui¨® durante esos 10 a?os, que fue de 11.741 millones. Entre 2008 y 2009, los ejercicios siguientes a la explosi¨®n de la burbuja inmobiliaria, la entidad tuvo p¨¦rdidas de 887 y 861 millones de euros, respectivamente.