La leyenda que no pudieron asesinar
"Alexandre B¨®veda no militar¨ªa hoy en ning¨²n partido", dice uno de sus hijos en el 75? aniversario de su muerte
Al alba del 17 de agosto de 1936, un cuerpo atado a un grueso pino yac¨ªa sin vida. El monte de A Caeira, en Pontevedra, acababa de ser testigo del fusilamiento de uno de los redactores del primer Estatuto de Autonom¨ªa de Galicia. Alexandre B¨®veda, secretario de Organizaci¨®n del Partido Galeguista (PG) y empleado de Hacienda, fallec¨ªa a los 33 a?os acusado de separatista, tras un juicio sumar¨ªsimo del que sali¨® condenado a muerte. La integraci¨®n de su partido en la Frente Popular le pasaba factura.
"Mi patria natural es Galicia. La amo fervorosamente, jam¨¢s la traicionar¨ªa. Si entiende el tribunal que por este amor entra?able debe serme aplicada la pena de muerte, la recibir¨¦ como un sacrificio m¨¢s por ella". En castellano expreso, B¨®veda interpel¨® al juez. Asum¨ªa as¨ª su calvario. La tarde anterior a su muerte recibi¨® a amigos y familiares. Su mujer, embarazada de la que ser¨ªa su ¨²ltima hija, se acerc¨® a despedirse con sus cuatro peque?os. Por la noche, poemas de Rosal¨ªa, algunas oraciones y las ¨²ltimas cartas a sus seres queridos.
"Mi madre fue otra verdadera m¨¢rtir", afirma Xos¨¦ Lois B¨®veda
Xos¨¦ Sesto, ¨ªntimo amigo, corri¨® hasta su cuerpo antes de ser enterrado en el cementerio de San Amaro. El juez que lo conden¨® no permiti¨® que se cumpliera su ¨²ltima voluntad: ser enterrado bajo la bandera gallega. Sin dejarse amedrentar, Sesto introdujo en su chaqueta una bandera confeccionada para la ocasi¨®n. Con ella no cubri¨® la caja, pero si tap¨® la herida de bala que atravesaba su coraz¨®n.
Xose Lois B¨®veda, uno de sus hijos, no guarda ning¨²n recuerdo de aquella noche. Su edad cuando ocurri¨® el asesinato se pod¨ªa contar sobradamente con los dedos de una mano, y por eso confiesa que empez¨® a conocer a su padre mucho despu¨¦s de su muerte. Tras el fat¨ªdico 17 de agosto, su madre oposit¨® a Hacienda, y cuando aprob¨® "la destinaron a C¨¢diz, el mismo sitio al que desterraran a B¨®veda durante el Bienio Negro de Lerroux" recuerda. ?l, junto a sus hermanos, ingresar¨ªa en el Colegio de Hu¨¦rfanos de Madrid, del que sali¨® con 20 a?os. "Mi madre fue otra verdadera m¨¢rtir", al sacar adelante a todos sus hijos "como una campeona". Cuando comenz¨® a leer y a contactar con compa?eros de su padre, fue cuando verdaderamente supo qui¨¦n era B¨®veda, como se refiere siempre a su progenitor. La memoria del asesinado es "molesta", seg¨²n su hijo, por profesar ideas progresistas -pese a no ser comunista- y ser un ac¨¦rrimo defensor de la autonom¨ªa.
En varios informes que elabor¨® para el primer borrador de Estatuto republicano, B¨®veda se afan¨® en demostrar que el Estado discriminaba a Galicia. Tambi¨¦n fue precursor de las cajas de ahorros gallegas. Aunque algunas instituciones no est¨¦n interesadas en airear su figura e ideolog¨ªa, la sociedad gallega lo ha sabido reconocer. Actualmente una asociaci¨®n cultural lleva su nombre en A Coru?a, que se complementa con una fundaci¨®n -de la que fue presidenta su madre, ya fallecida- y una c¨¢tedra en la Universidade de Vigo.
Desde esos foros intentan "expandir la figura de B¨®veda por institutos y facultades" presume su hijo, "aunque en algunos lugares no lo conocen, o lo confunden con un escritor o un poeta". "Si viviera hoy en d¨ªa, no militar¨ªa en ning¨²n partido" reflexiona. Quiz¨¢s por su ideolog¨ªa galleguista y su vocaci¨®n intelectual, se le ha concedido el t¨ªtulo de hijo predilecto de la provincia de Ourense, gobernada por el PP. Cada a?o, los tres grupos pol¨ªticos de la ciudad de As Burgas -donde naci¨® y residi¨® hasta su traslado a Pontevedra- secundan un homenaje en la fecha de su nacimiento.
Pero en aquel agosto de 1936, defender la libertad y la democracia era el peor de los cr¨ªmenes. Tras B¨®veda, otros galleguistas fueron paseados. Unos d¨ªas antes de su muerte, Camilo D¨ªaz Bali?o, artista y padre de Isaac D¨ªaz Pardo, ca¨ªa abatido a tiros. El 19 de agosto, solo dos d¨ªas despu¨¦s, las balas fascistas tambi¨¦n se llevaban por delante al ¨²ltimo alcalde republicano de Santiago, el editor ?nxel Casal.
"La bandera de nuestra redenci¨®n"
En aquel agosto te?ido de sangre en las cunetas de Galicia, Castelao tuvo mejor suerte y fue "languideciendo" poco a poco desde el exilio. Desde all¨ª so?¨® que en su tierra "se cumplir¨¢ la voluntad de los m¨¢rtires". Antes de marchar, el m¨¦dico rianxeiro -que nunca ejerci¨® por el bien de la humanidad, como siempre bromeaba- recorri¨® buena parte de los camposantos gallegos visitando a sus compa?eros asesinados. Como si de una hoguera se tratase, descubri¨® una luz en cada cementerio, pero en el de Pontevedra vi¨® "una llamarada que llegaba hasta el cielo". "Era el fuego del esp¨ªritu de B¨®veda que no figura en la Santa Compa?a de los inmortales, porque no pertenece a la Historia sino a la Tradici¨®n, en aroma de leyenda", escribi¨® despu¨¦s. "B¨®veda ser¨¢ en una ma?ana pr¨®xima o lejana la bandera de nuestra Redenci¨®n."
Desde al¨¦n mar, la emigraci¨®n y los exiliados gallegos decidieron consagrar el 17 de agosto -d¨ªa de la muerte de B¨®veda- como el D¨ªa da Galiza M¨¢rtir, para conmemorar la figura de todas las "gentes de buenas intenciones sociopol¨ªticas y humanas" que murieron por defender la justicia, tal y como expresa Xose Lois B¨®veda. Galiza Nova, organizaci¨®n juvenil del BNG, organiza anualmente un acto en Poio para honrar la memoria de una figura esencial de la tradici¨®n democr¨¢tica y galleguista.
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