La modernidad de lo 'sin'

Es la ley de lo moderno. Hay que convencerse, lo que hoy se lleva es lo light. Los dulces sin az¨²car, las comidas sin grasas, la leche desnatada... y en el arte del toreo, los toros sin raza, sin casta, sin presencia. La modernidad impone lo 'sin' y ayer se instal¨® en el coso de Illumbe. Quiz¨¢s en muchos ¨¢mbitos de la vida esta tendencia a desnaturalizar las cosas tenga sentido, pero en la fiesta de los toros no cabe un espect¨¢culo as¨ª.

Ocurri¨® el d¨ªa menos esperado, porque la ganader¨ªa del torero Joselito, anunciada con los hierros de El Tajo y La Reina, fue la triunfadora del pasado a?o en San Sebasti¨¢n y hace apenas quince d¨ªas triunf¨® en Bayona en una tarde en la que su mayoral fue sacado en hombros. Por eso, se esperaba una tarde cargada de emoci¨®n, justo lo contrario a lo que ocurri¨® en el ruedo, donde el tedio fue el sello de toda la corrida.

El Cid sustituye a Leandro, lesionado, en el cartel de esta tarde en Illumbe

Sabedores de que los astados de Joselito no son de gran tama?o, se acudi¨® a la presunci¨®n de bravura para no protestar un gato que sali¨® en segundo lugar. Pero fall¨® lo que se pensaba que no iba a fallar y se acab¨® la fiesta, porque no puede haber festejo sin toros.

Los toreros tampoco tuvieron su d¨ªa. Y eso que eran tres espadas de los que m¨¢s tardes suman durante la temporada, pero tambi¨¦n responden a la modernidad de la fiesta, esa tendencia al toreo acartonado, sin contar con el toro y a hacer lo que llevan pensado sea como fuere.

No hace tantos a?os en la larga historia de la tauromaquia, dec¨ªa el maestro Domingo Ortega que no toreaba contra un toro, sino con ¨¦l. Por algo le apodaban el sabio de Borox. Una filosof¨ªa que no se pod¨ªa obviar cuando las figuras se enfrentaban a toda clase de encastes y hab¨ªa que derrochar entendimiento en cada tarde.

Las estrellas -m¨¢s que figuras- de hoy en d¨ªa parece que no necesitan esa sentencia. Apuntados exclusivamente al toro descastado, carecen de recursos para entender cualquier alteraci¨®n que se produzca. Ni para bien ni para mal. Hacen lo de todos los d¨ªas y si vale...

Sebasti¨¢n Castella es un claro ejemplo. En el quinto decidi¨® hacer lo suyo, pero no se dio cuenta de que hay un toro enfrente. Le apret¨® desde el primer muletazo. Pase cambiado en los medios, mano baja en los primeros derechazos y luego, sorpresa porque el toro humillado y derrotado no quer¨ªa tomar la muleta. En lugar de ayudar a una res muy justita, se la carg¨® en dos minutos, aunque despu¨¦s insisti¨® en una faena tan larga como imposible y hasta lleg¨® a escuchar un aviso. Un desprop¨®sito, que solamente tuvo luz en las buenas ver¨®nicas de recibo a este quinto.

Ante esta pelmada, el p¨²blico abandon¨® la plaza como si de una urgencia se tratara. Seg¨²n cay¨® el sexto toro, hab¨ªa carreras hacia las bocanas. Seis faenas light era demasiado. Y eso que Perera se la jug¨® en un arrim¨®n en los medios en el sexto. Pero en los tendidos ya no calaba aquel gesto, porque los toros carec¨ªan de emoci¨®n y el de El Tajo estaba abochornado viendo c¨®mo el de la Puebla del Prior se empe?aba en meterse entre los pitones en dos faenas que escucharon un aviso antes de entrar a matar. Ni as¨ª reaccionaron los aficionados, porque fue un gesto con verg¨¹enza pero sin sentido.

Abri¨® cartel El Fandi, que se confundi¨® de d¨ªa, porque el concurso de recortadores ser¨¢ el s¨¢bado en Illumbe. Las mejores banderillas las pusieron Joselito Guti¨¦rrez, Javier Ambel y Vicente Herrera que corrieron menos que el granadino, pero cuadraron en la cara y se asomaron al balc¨®n como mandan los c¨¢nones en lugar de, como El Fandi, hacerlo siempre a toro pasado.

[Para la corrida de esta tarde, El Cid ser¨¢ el sustituto de Leandro, lesionado en un brazo, en el cartel que completan El Juli y Manzanares ante reses de Garcigrande].