Tras el abrazo ?qu¨¦?
Si alg¨²n d¨ªa la presidenta de Galicia Biling¨¹e (GB) y su hom¨®logo de la Mesa pola Normalizaci¨®n Ling¨¹¨ªstica se funden en emocionado abrazo, ocurrir¨¢ a las puertas del juzgado en caso de que ambos ganen sus recursos contra el Decreto de Pluriling¨¹ismo. Imagino el memorable evento presidido por la mirada ufana del presidente de la Real Academia Galega y entre los aplausos de los dirigentes de tres sindicatos, entreverados con los l¨ªderes de la nueva Mesa para la Libertad Ling¨¹¨ªstica y los de la vieja Asociaci¨®n Gallega para la Libertad de Idioma. Pues por extra?o que parezca, la batalla legal podr¨ªa resultar en que todos tengan un motivo com¨²n para un festejo si el Tribunal Superior sentencia que el decreto que las siete entidades han recurrido vulnera el derecho a recibir la primera ense?anza en su lengua materna, al establecer que en educaci¨®n infantil se use la lengua predominante en el aula.
Galicia Biling¨¹e y A Mesa piden el derecho a que la primera escolarizaci¨®n sea en lengua materna
Por lo que se puede extraer de sus declaraciones, parece que todos los recurrentes har¨¢n hincapi¨¦ en la vulneraci¨®n de ese derecho. Es tal la coincidencia en este punto entre gente que discrepa en todo lo dem¨¢s, que algunos foreros de GB no ocultaron su alborozo ante un art¨ªculo publicado en este peri¨®dico (La libertad ling¨¹¨ªstica, 28 de junio de 2010) por un jurista que ni de lejos parece simpatizar con tal asociaci¨®n: "?Eso es exactamente lo que defendemos nosotros!", ven¨ªan a decir. El jurista y profesor hac¨ªa en ese art¨ªculo, sin pretenderlo, una clara exposici¨®n (y defensa) de lo que constituye el punto esencial del ideario de GB, d¨¢ndole la cobertura filos¨®fica (de Locke a Habermas) de la que carecen otras formulaciones m¨¢s pedestres.
Descarto que el autor quisiera dar sustento a GB; tal vez solo pretend¨ªa darle una lecci¨®n a la Xunta sobre en qu¨¦ consistir¨ªa "una verdadera libertad ling¨¹¨ªstica", que vendr¨ªa a ser "que cada alumno pueda escoger directamente el modelo que prefiera, en una de las dos lenguas oficiales o en las dos", como en el Pa¨ªs Vasco. Justo lo que GB reclama. O sea, que esta asociaci¨®n y otras del mismo corte no est¨¢n en la indigencia absoluta desde la perspectiva de la Filosof¨ªa del Derecho, como bien sabe cualquiera que haya venido siguiendo las pol¨¦micas que jalonan la emergencia de la noci¨®n de "justicia ling¨¹¨ªstica". Por ello, cualquier soluci¨®n que aspire al consenso social tendr¨¢ que contemplar su existencia, por m¨¢s que uno crea que la libertad que reclaman no pertenece a la misma estirpe que aquella cuyo nombre escrib¨ªa obsesivamente el poeta Paul Eluard en su cuaderno de escolar, en su pupitre, en los ¨¢rboles, en la arena y en la nieve.
Habr¨¢ en las demandas elevados principios y tal vez tintes dram¨¢ticos. Pero los magistrados no se van a sentir conmovidos: el Constitucional ya ha sentenciado que el derecho a la ense?anza en una determinada lengua no forma parte de los derechos fundamentales que protege la Carta Magna. El tribunal se ocupar¨¢ m¨¢s bien de examinar qu¨¦ dicen las leyes de andar por casa. Por ejemplo, la de Normalizaci¨®n Ling¨¹¨ªstica (LNL), que establece que los ni?os s¨ª tienen derecho a recibir la primera ense?anza en su lengua y que el Gobierno deber¨¢ hacerlo efectivo. El n¨²cleo de la cuesti¨®n radica, pues, en determinar si respeta ese derecho una norma que establece que en la educaci¨®n infantil se usar¨¢ como lengua vehicular la predominante en el aula, prestando atenci¨®n individualizada a los que no la conozcan suficientemente.
Habr¨¢ tambi¨¦n argumentos y peticiones en torno a otros puntos del decreto. Pero lo que mantendr¨¢ unidos en la espera a unos recurrentes tan dispares ser¨¢ saber si con una atenci¨®n individualizada queda (o no) debidamente protegido el derecho a recibir la primera ense?anza en lengua materna. Hasta ahora, esa atenci¨®n individualizada hab¨ªa sido considerada por los tribunales como garant¨ªa suficiente, adem¨¢s de como el corolario l¨®gico de los sistemas de "conjunci¨®n ling¨¹¨ªstica", esto es, de una pol¨ªtica educativa que no separe a los ni?os seg¨²n su lengua. Pero sentencias recientes del Supremo declaran que el sistema de atenci¨®n individualizada es "algo bien distinto" del derecho de los ni?os a recibir la primera educaci¨®n en su lengua habitual. Las repercusiones de esa declaraci¨®n en la pr¨¢ctica de los tribunales ordinarios est¨¢n por verse todav¨ªa.
Supongamos que hay abrazo a las puertas del juzgado. Cuando cesen los aplausos y ya no quede ni una gota de albari?o ?qu¨¦ se va a exigir de la Administraci¨®n? ?que se les ponga a los ni?os con lengua distinta de la predominante un profesor y un aula aparte? ?que se les junte con otros en la misma situaci¨®n? Puesto que la LNL proh¨ªbe expresamente lo segundo y autoriza lo primero solo en situaciones excepcionales, habr¨ªa que cambiar esa ley en uno de los dos sentidos. Una posibilidad ser¨ªa suprimir el derecho a recibir la primera ense?anza en lengua materna, que no proviene de las tablas del monte Sina¨ª sino de la legislaci¨®n auton¨®mica. La otra modificaci¨®n posible ser¨ªa remover las disposiciones que impiden agrupar a los ni?os seg¨²n su lengua y la voluntad de sus padres.
P¨®nganse en la piel de los gobernantes -no importa qui¨¦nes sean- y elijan la que crean que es menos mala. Y si eligen lo que yo creo que van a elegir, ver¨¢n entonces que el magn¨ªfico triunfo en los juzgados habr¨¢ sido en la pr¨¢ctica una victoria p¨ªrrica que a quien menos aprovecha es a quienes quieren defender el gallego. Ver¨¢n que no era tan mala aquella norma, id¨¦ntica a la que estuvo vigente en Galicia desde 1995 hasta 2007 sin mayores problemas, ni jur¨ªdicos ni sociales.
Mauro Fern¨¢ndez es catedr¨¢tico de Ling¨¹?istica en la Universidade de A Coru?a
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