Casillas en la encrucijada
El portero intenta conciliar las capitan¨ªas del Madrid y de Espa?a con la petici¨®n del presidente Florentino P¨¦rez de que apoye a Mourinho y su estrategia frente al Bar?a
Los entrenamientos del Madrid en Valdebebas, la temporada pasada, sol¨ªan acabar cuando Jos¨¦ Mourinho, el t¨¦cnico, se?alaba el final y Jorge Mendes, su agente, sal¨ªa al campo a esperar a sus amigos frente al vestuario. Ah¨ª se reun¨ªan Pepe, Cristiano, Marcelo, Di Mar¨ªa y a veces Carvalho. Formaban un corrillo ameno. Eran el poder emergente y la mayor¨ªa de los jugadores les saludaban al pasar. Todos hac¨ªan alg¨²n gesto a Mendes y Mourinho, aunque fuese por cortes¨ªa. Todos menos Iker Casillas, el capit¨¢n, que, seg¨²n los empleados del club, daba un rodeo largo y evidente. Un rodeo de silencio que era en s¨ª mismo un mensaje de distanciamiento. Una manera de no mezclarse en el programa de un entrenador por cuyos m¨¦todos no sent¨ªa una afinidad espont¨¢nea.
En La Roja, repleta de azulgranas, creyeron que antepon¨ªa su lealtad al portugu¨¦s
Casillas se mantuvo al margen de la estrategia de comunicaci¨®n de Mourinho hasta los cl¨¢sicos de abril. Entonces comenz¨® a implicarse. Lo hizo hasta secundar el discurso de su entrenador por completo. Hasta que entr¨® en conflicto con su amigo, el capit¨¢n azulgrana Xavi Hern¨¢ndez. Hasta que neg¨® la realidad. Hasta que dijo que Cesc se hab¨ªa tirado tras una entrada violenta de Marcelo, lo que equival¨ªa a denunciar a un compa?ero de selecci¨®n por mala fe. Casillas fue tan lejos que tras la Supercopa -tras repasar las im¨¢genes que certificaban su error- se vio obligado a tomar la iniciativa en un gesto valiente. Un gesto que le honra: rectificar.
Seg¨²n inform¨® Al Primer Toque , el programa de Onda Cero, tras la Supercopa, Casillas hizo algo imprescindible para reconstruir la armon¨ªa en el f¨²tbol espa?ol: llam¨® por tel¨¦fono a Xavi y a Puyol. Lo hizo asumiendo su responsabilidad como capit¨¢n del Madrid y de Espa?a, pero sobre todo en un intento por restituir su credibilidad personal. Puyol y Xavi son los dos chicos con los que Casillas trab¨® amistad hace diez a?os. Sus c¨®mplices en la capitan¨ªa de la selecci¨®n. Los ide¨®logos de una epopeya que llev¨® a Espa?a a conseguir los mayores logros futbol¨ªsticos de su historia. Una empresa inacabada que, sin embargo, peligraba tras las peleas entre jugadores y t¨¦cnicos -a pu?etazos- de los cl¨¢sicos de la Champions,y despu¨¦s de los estrepitosos partidos de la Supercopa en los que Karanka, el vicario de Mourinho, insisti¨® p¨²blicamente en una conspiraci¨®n arbitral antimadridista.
Casillas nunca fue un l¨ªder de discursos. Ante las crisis, su car¨¢cter, un poco t¨ªmido, un poco tozudo, le impidi¨® comunicarse con el grupo y con el entrenador desde la ortodoxia de los oradores. En el vestuario del Madrid se mostr¨® indiferente ante el t¨¦cnico y aglutin¨® a los espa?oles. As¨ª se mantuvo hasta febrero, cuando el presidente, Florentino P¨¦rez, le llam¨® para pedirle que hiciera demostraciones p¨²blicas de lealtad a Mourinho. Seg¨²n fuentes del vestuario, se lo pidi¨® por el bien del club, para conseguir la estabilidad necesaria para afrontar el final de temporada con opciones de ganar t¨ªtulos. Desde entonces Casillas repiti¨® todo lo que pidi¨® Mourinho que se dijese: que el equipo hab¨ªa hecho una buena temporada, que los jugadores del Bar?a fing¨ªan sufrir faltas y que los ¨¢rbitros da?aban al Madrid.
En la selecci¨®n pensaron que Casillas abrazaba por completo la causa de Mourinho. "M¨¢s no se puede hacer", dec¨ªan. Casillas cumpli¨® con su entrenador, seg¨²n sus compa?eros de club, porque se lo pidi¨® el presidente, porque es un madridista dolido y el discurso victimista le proporcion¨® una coartada c¨®moda ante la superioridad del Bar?a, y porque Mourinho se mostr¨® muy cr¨ªtico con Cristiano en el vestuario. Que desde abril Cristiano recibiese un trato ¨¢spero por parte del t¨¦cnico pareci¨® satisfacer a Casillas en su af¨¢n por no conceder privilegios al Bal¨®n de Oro portugu¨¦s.
Ahora Casillas vuelve a moverse. Ha llamado a Xavi y a Puyol. Su condici¨®n de s¨ªmbolo del f¨²tbol espa?ol le exige dar el paso.
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