Los abogados ganan a los jueces
Los espa?oles opinan que la justicia funciona mal, pero es la garant¨ªa de nuestros derechos
Lo que quiz¨¢ resulte m¨¢s llamativo del ranking de confianza ciudadana es que la mayor¨ªa de los grupos e instituciones sociales que aparecen ahora situados en la zona media de la tabla (con puntuaciones de 4,5 a 5,5) pertenezcan fundamentalmente al mundo de la justicia. De los 13 grupos o instituciones que conforman esta zona templada, siete forman parte o est¨¢n relacionados en mayor o menor medida con ¨¦l. Sin duda, la clara negativa puntuaci¨®n que en conjunto merece la Administraci¨®n de justicia (3,5) desti?e sobre la evaluaci¨®n que merecen partes o elementos diferenciados de la misma o que en el imaginario colectivo quedan asociados a ella. Con todo, tres de estos grupos o instituciones logran superar el punto medio de la escala de confianza ciudadana: el Tribunal Constitucional, los abogados y los notarios.
En el ¨¢mbito laboral, los ciudadanos son m¨¢s cr¨ªticos con los sindicatos que con los empresarios
El Tribunal Constitucional obtiene una puntuaci¨®n media de 5,3, solo tres d¨¦cimas por debajo de la que los ciudadanos otorgan a una figura tan reconocida como es el Rey. Los abogados, por su parte, son evaluados en conjunto de forma claramente positiva, que hace que est¨¦n situados en un confortable lugar intermedio de la clasificaci¨®n con una puntuaci¨®n media de 5,2, la misma que logran tambi¨¦n los notarios (figura en cierto modo mixta: profesionales que ejercen una funci¨®n gestionada por una direcci¨®n general del Ministerio de Justicia). Los abogados suponen quiz¨¢ el caso m¨¢s paradigm¨¢tico de ambivalencia evaluativa, probablemente por el car¨¢cter mismo de su actividad, que requiere una confianza total en el propio abogado, que no es f¨¢cilmente extensible al abogado de la parte contraria. Por cierto, algo m¨¢s de la mitad de los espa?oles ha utilizado alguna vez los servicios de un abogado, y, seg¨²n los datos disponibles, a plena satisfacci¨®n.
En todo caso, no deja de ser destacable que un grupo profesional al que podr¨ªa, paradigm¨¢ticamente, percibirse como un grupo al servicio de intereses sectoriales logre un grado tan sustancial de confianza ciudadana. Una posible explicaci¨®n es que el espa?ol medio perciba que, a trav¨¦s de la defensa que hacen de intereses particulares, la abogac¨ªa contribuye a la seguridad jur¨ªdica colectiva. Y cabe tambi¨¦n pensar que la positiva evaluaci¨®n ciudadana (seg¨²n datos recientes) de una actividad, como la justicia gratuita, que gravita fundamentalmente sobre los hombros de la abogac¨ªa, pueda estar contribuyendo a esa imagen doble, a la vez sectorial y altruista, de los abogados.
Sorprende tambi¨¦n, pero en este caso por las razones justamente inversas, que los jueces queden por debajo de los abogados en cuanto al grado de confianza ciudadana que inspiran. Lo esperable ser¨ªa que, a ojos del ciudadano medio, los jueces y los tribunales figurasen entre las instituciones m¨¢s directamente empe?adas en la defensa del bien com¨²n y de los intereses colectivos y, por tanto, con un inequ¨ªvoco grado de credibilidad y confianza. No ocurre as¨ª. La ambivalencia y la incertidumbre son los sentimientos dominantes respecto de las instancias judiciales, lo que indica la profunda crisis en que se encuentra (o al menos, en que es percibida encontrarse) una instituci¨®n tan crucial. Seg¨²n datos de Metroscopia, la idea dominante entre los espa?oles es que nuestra justicia funciona mal; al mismo tiempo, dos de cada tres piensan que, con todos sus defectos e insuficiencias, constituye la garant¨ªa ¨²ltima de nuestros derechos y libertades. ?Puede expresarse m¨¢s contundentemente el fundamento de este sentimiento de recelosa ambivalencia?
En esta zona media de la tabla cuentan tambi¨¦n con una presencia meritoria los empresarios. En primer lugar, las grandes empresas espa?olas, que, aunque se sit¨²an lejos de la confianza que para los espa?oles merecen las peque?as y medianas empresas (6,6), obtienen una buena puntuaci¨®n media: 5,2. Los empresarios, en general, y las multinacionales, en particular, cierran la zona media de la tabla de confianza institucional con puntuaciones de 4,6 y 4,5, respectivamente. En todo caso, es de destacar la mejor posici¨®n relativa que ocupa el mundo empresarial en comparaci¨®n con su "contraparte" institucional, esto es, los sindicatos. Estos, con un 3,3, forman parte del grupo de instituciones que menor grado de confianza generan entre la ciudadan¨ªa Es decir, en el ¨¢mbito sociolaboral, los espa?oles parecen mostrarse m¨¢s cr¨ªticos, en general, con los representantes que con los representados.
Los funcionarios, considerados en su conjunto, obtienen una puntuaci¨®n de 4,6. Sin duda, y como ocurre tambi¨¦n con los empresarios, intentar calificar globalmente a colectivos tan amplios y gen¨¦ricos, que agrupan una gran diversidad de cuerpos y categor¨ªas, no puede sino dar lugar a evaluaciones ambivalentes, que se traducen en posiciones intermedias en el ranking. Algo similar ocurre con la prensa escrita, que obtiene una puntuaci¨®n promedio de 4,7. Esa etiqueta, "la prensa", engloba en realidad tanto a los peri¨®dicos de calidad, que cabe considerar de referencia, como a la prensa especializada, a la prensa amarilla y sensacionalista. Por otro lado, cuando ella misma es noticia, rara vez lo es por algo positivo. Un claro ejemplo lo constituye el reciente esc¨¢ndalo en torno al tabloide brit¨¢nico The News of the World. Sus m¨²ltiples ilegalidades, trapacer¨ªas y aun delitos han sido ampliamente divulgados. Pero apenas si se ha dedicado atenci¨®n al hecho de que otro peri¨®dico, esta vez uno de calidad como The Guardian, llevara a?os empe?ado -en muy desigual y por ello particularmente arriesgada batalla- en desenmascarar las malas artes de uno de los diarios insignia del magnate Murdoch. En el ¨¢mbito medi¨¢tico, las culpas de unos acaban, de alg¨²n modo, manchando a quienes forman parte del mismo entramado profesional, por muy diferente que sea su estilo y contenido. As¨ª y todo, los peri¨®dicos se sit¨²an por encima de la televisi¨®n: esta puede ser la primera en audiencia, pero queda en ¨²ltimo lugar (frente a radio y prensa) en cuanto a credibilidad (4,1).
Por ¨²ltimo, compartiendo puntuaci¨®n con los peri¨®dicos y los jueces, figura la obra social de la Iglesia. Al contrario de lo que ocurre con la justicia, cuya negativa evaluaci¨®n de conjunto contamina a sus dem¨¢s partes componentes, la baja confianza que los espa?oles sienten hacia la Iglesia cat¨®lica (4,0) o a sus obispos (3,1) no afecta a su obra social, que logra situarse en este grupo intermedio con una apreciable puntuaci¨®n media de 4,7.
Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz es director general de Metroscopia.
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