El dedo de Mou
Jos¨¦ Mouri?o es sin duda un gran entrenador, pero pasar¨¢ a la historia del f¨²tbol por su dedo asilvestrado que se meti¨® el otro d¨ªa en el ojo de Tito Vilanova, segundo entrenador del Bar?a, quien le respondi¨® con una simple colleja.
Desde ahora, todos los rivales del Madrid han de tener m¨¢s cuidado con el dedo de Mou, que los puede dejar tuertos, que con los ca?onazos de Cristiano Ronaldo. La verdad es que ese dedo inoportuno da verg¨¹enza ajena, no solo a los rivales, sino tambi¨¦n a todos los madridistas.
Igualmente, el Papa, el dedo de Dios, irrumpi¨® de lleno en los ojos del Gobierno socialista a prop¨®sito del aborto y la eutanasia, sus grandes obsesiones. En esta ocasi¨®n no hizo menci¨®n del divorcio, porque sabe que es una guerra perdida, incluso para sus m¨¢s fieles seguidores.
Asimismo, Su Santidad se refiri¨® a los "abusos de una ciencia sin l¨ªmites". Con respecto a los cient¨ªficos, habr¨¢ que recordarle al pont¨ªfice lo que dijo Churchill tal d¨ªa como hoy, en 1940, en la C¨¢mara de los Comunes: "Nunca tantos le debieron tanto a tan pocos". La Iglesia siempre ha mantenido unas relaciones esquivas con la ciencia, a no ser que la ciencia se acomode a las directrices y dogmas del Vaticano. El mundo no habr¨ªa avanzado un ¨¢pice sin la ciencia. Por eso los cient¨ªficos cat¨®licos han tenido y tendr¨¢n problemas con Roma. Y por eso muchos sabios se apartan de la Iglesia sin contemplaciones.
Volviendo a Mou, algunos de sus defensores aseguran que ese dedo no iba al ojo del azulgrana, sino que se despist¨® por el camino y fue a dar donde ¨¦l no pretend¨ªa. Es incierta esa teor¨ªa, porque el portugu¨¦s sabe siempre ad¨®nde va. Lo que pasa es que Mouri?o es montaraz, y eso es una parte esencial de su dif¨ªcil personalidad.
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