Mensaje a los mercados

El presidente del Gobierno logr¨® ayer que el Congreso convalidara el decreto ley aprobado en la ¨²ltima reuni¨®n del Consejo de Ministros, que incluye diversas medidas para reducir el d¨¦ficit. Lo que se preve¨ªa como un debate sin sorpresas result¨® todo lo contrario. Las mayor¨ªas para aprobar el decreto fueron diferentes de las previstas y, sobre todo, Zapatero, en respuesta a las exigencias de la reciente cumbre franco-alemana, propuso reformar la Constituci¨®n para incluir en su texto "una regla para garantizar la estabilidad presupuestaria en el medio y largo plazo" que vincule a todas las Administraciones p¨²blicas. Fue una propuesta inesperada, fruto de una decisi¨®n tomada en las ¨²ltimas horas, que contradice la posici¨®n de su partido y del candidato Rubalcaba, y que Rajoy acept¨® de inmediato, ya que hace un a?o hizo una propuesta similar.

El apoyo mayoritario que ayer obtuvo la reforma no resuelve las dudas acerca de la conveniencia de fijar un l¨ªmite de d¨¦ficit en la Carta Magna. En Espa?a existen mecanismos igualmente eficaces que, adem¨¢s, refuerzan la estabilidad del texto constitucional. Incluir al m¨¢ximo nivel legal disposiciones que pertenecen al ¨¢mbito de las decisiones de Gobierno y que en ocasiones no pueden cumplirse por imposibilidad material de hacerlo, erosiona el concepto de constitucionalidad. Hasta el pleno de ayer, esta era la posici¨®n del Gobierno, al menos en palabras de la vicepresidenta Salgado.

La rapidez con la que se ha verificado el paso a la posici¨®n contraria, desairando el criterio defendido por el candidato Rubalcaba, evidencia m¨¢s bien la necesidad del Gobierno de trasladar un nuevo mensaje contundente a los mercados, ante el riesgo de graves convulsiones financieras en los pr¨®ximos meses. El Ejecutivo teme que las turbulencias de agosto contin¨²en y que la prima de riesgo espa?ola vuelva a sufrir en un contexto de estancamiento de la econom¨ªa. Se tratar¨ªa, por tanto, de una medida dolorosa para Zapatero, un nuevo sacrificio en el altar de los mercados. El Gobierno necesita dotar de sentido pol¨ªtico los dos meses que faltan para el inicio de la campa?a electoral. Pero proponer desde una situaci¨®n de debilidad una medida de tanto calado puede ser discutible.

Hasta el inicio de la campa?a para el 20-N, Espa?a se encuentra en una situaci¨®n pol¨ªtica singular. La decisi¨®n de anunciar la disoluci¨®n de las C¨¢maras con dos meses de anticipaci¨®n sobre la fecha en la que se har¨¢ efectiva coloca a las instituciones en un extra?o comp¨¢s de espera. Mientras dure, la ¨²nica preocupaci¨®n de los grupos ser¨¢ no cometer errores, evitando aparecer demasiado pr¨®ximos al Gobierno, pero tambi¨¦n demasiado alejados, para que no se les reproche falta de colaboraci¨®n para combatir la crisis. As¨ª se explica que el grupo socialista convalidara ayer el decreto del pasado viernes apoy¨¢ndose m¨¢s en las abstenciones que en los votos a favor.